Algunos días atrás Netflix nos ha permitido apreciar su más reciente producción original, y se trató de la adaptación live-action del popular y amado anime Fullmetal Alchemist (FMA).
Como de costumbre, cada vez que un live-action es anunciado, la fanaticada de la serie nipona experimenta una sensación de miedo recorriendo por su cuerpo, una reacción natural después de la desastrosa adaptación que sufrió Dragon Ball, la cual generó un trauma irrevocable en la psique y corazones de los seguidores que por lo visto en fechas recientes no desaparecerá fácilmente.
En el caso de la adaptación de FMA a manos de Netflix, que a pesar de no ser tan mala como lo sigue siendo Dragon Ball Evolution, no es capaz de hacerle justicia a la obra original.
Esta producción se suma a la ya larga lista de proyectos cuya única función aparente es reafirmar la actitud de los fans ante las adaptaciones live-action de la animación japonesa. Siendo más que evidente que los productores, directores y guionistas NO COMPRENDEN EL MATERIAL ORIGINAL dando como resultado una obra destroza de principio a fin.
Dentro de una larga lista de fallos, uno de los más notables es la inmensa confusión que genera su trama, fusionando de muy deplorable manera las dos versiones del anime, y el segundo gran error se encuentra en la historia presentada, toma las directrices centrales del anime y las busca desarrollar aunque en ocasiones cambiando algunos elementos de forma innecesaria y dando por sentado que el espectador está altamente familiarizado con las obras originales, y como tercer punto en contra nos topamos con una gama de actuaciones sumamente ridículas que restan merito a los icónicos personajes de Hiromu Arakawa.
La película, basada en el manga de Hiromu Arakawa, como tal no es un nuevo Dragon Ball Evolution, aunque tampoco es la tan esperada adaptación del mundo del anime que uno esperaría tratándose de FMA.
Modificando algunos elementos de la trama para hacerla encajar en las 2 horas y 14 minutos que dura, por fugases momentos nos entrega pequeños guiños que nos hace recordar el magnífico anime que es FMA, mientras que en otras ocasiones nos hace cuestionar el por qué se siguen haciendo estas adaptaciones.
Es de esta forma como en la película no podemos ver a Elicia Hughes la hija de Maes Hughes, quien en el anime forma parte de uno de los momentos más emotivos. Pese a que Maes es uno de los personajes que más vemos en el filme, cuando muestran a su familia, su esposa se encuentra embarazada y no se logra ver el nacimiento de la pequeña Elicia. Otro de los momentos que se hacen extrañar de la serie y que hace que no se logre desarrollar del todo las motivaciones de Ed y Al, es la ausencia de escena en la que ambos queman la casa en que crecieron, por lo mismo en ningún momento se logra ver que el reloj de Edward tenga escrita la famosa frase “Don’t Forget”.
La historia que nos cuentan pasa a ser una mezcla del primer arco del anime con algunos elementos del final de la serie. Ésta a ratos extraña combinación, hace que muchos puntos de la trama queden en el aire y resulta probable que quienes no hayan visto la serie se pierdan o no entiendan algunas cosas.
Penosamente también nos topamos con algunos efectos que dejan bastante que desear, como lo es la escena en la que Gula ataca a unos soldados en ciudad Central o cuando despiertan los soldados inmortales, los cuales se ven muy artificiales en relación al resto de la película.
Probablemente uno de los efectos que se aprecian mejor logrados es el de ‘La Verdad’. Desde el diseño del misterioso ser, hasta la ambientación con el fondo blanco y la puerta de piedra se encuentra muy bien lograda.
Finalmente, la historia al sólo mostrar el primer arco, al hacer mención de algunos personajes y contar una historia con un final abierto, nos deja con una sensación de insatisfacción.
Ahora que si hemos aprendido algo es que ese tipo de finales con todo lo anterior a la vez nos apunta a una cosa, y es a una secuela. Sobre qué esperanzas quedan para esta, depende mucho del desarrollo de los personajes, ya que aunque esta primera entrega fue deficiente en este y muchos otros sentidos, no está del todo perdida y aún parece tener potencial para mejorar.