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Reseñas

Mario Kart World – Reseña

Mario y sus amigos… ¡qué digo sus amigos, el universo de Mario está de regreso! Esta vez para que disfrutemos como nunca

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Mario y sus amigos… ¡qué digo sus amigos, el universo de Mario está de regreso!
Esta vez para que disfrutemos en solitario, en compañía de nuestros amigos, familia o pareja o, ¿por qué no?, también con desconocidos en línea, en la entrega más ambiciosa de la saga. ¿Vale la pena lo que pagamos por el juego? Aquí te lo platico.

Grand Prix

Comencemos con lo que todos conocemos: las carreras más clásicas de Mario Kart, el Grand Prix. Esta entrega cuenta con 8 copas, y en cada una hay 4 circuitos. Puede parecer que son más, ya que entre cada carrera hay un “recorrido” del que hablaré más adelante. La dificultad sigue basada, como siempre, en los CC, y en esta ocasión hay tres disponibles: 50CC, 100CC y 150CC. Y por si tenías la duda: sí, también existe el modo espejo.

Por primera vez en la saga se implementan cambios de gran magnitud, y uno de los más notables es este: ¡24 corredores simultáneos en la pista! Esto, además de ser visualmente más impactante, provoca modificaciones importantes en el diseño de las pistas.

Ahora los circuitos son mucho más grandes para albergar a todos los personajes, y también están adaptados para resaltar las nuevas mecánicas que implementó este Mario Kart (de las cuales hablaré más adelante). Los escenarios son más dinámicos que nunca: en la mayoría de las pistas siempre está ocurriendo algo. Ya sea que tengas que esquivar autos, dinosaurios, barriles o lo que se les haya ocurrido poner esta vez, o simplemente admirar los paisajes espectaculares: montañas, playas, cielos hermosos…

Un cambio que no fue tanto de mi agrado es lo que ocurre entre pista y pista. Ahora, para acceder a la siguiente carrera, hay que recorrer una parte del mundo abierto que las conecta. Es decir, donde termina una pista, comienza la siguiente, y ese trayecto también cuenta como parte del circuito. Esto provoca que, muchas veces, solo des una vuelta por pista, en lugar de las clásicas tres. Una lástima, ya que cada pista está tan bien diseñada que dan ganas de recorrerlas más veces sin necesidad de cruzar esos tramos de transición.

Supervivencia

Un modo nuevo y bastante divertido. Creo que será el que más pique genere entre los amigos.
¿De qué va este nuevo modo de juego? Tal cual lo dice su nombre: tenemos que sobrevivir entre carreras, y el último en pie gana… o mejor dicho, el que llegue al final del recorrido completo se lleva la corona.

Este modo es continuo, a diferencia del Grand Prix, y cada vez que completes un circuito, una buena cantidad de corredores será eliminada, específicamente los que no hayan llegado a la meta en los lugares correspondientes.

Esto hace que el modo Supervivencia sea lo más frenético del juego. Un pequeño error, una concha mal intencionada o una curva mal tomada pueden dejarte fuera en un instante.

Cuenta con 8 circuitos distintos al Grand Prix, divididos en cuatro pistas cada uno. Muchas de ellas no aparecen en el modo clásico o presentan una perspectiva completamente diferente. Muy pocas se repiten.

A mi parecer, este modo es el más beneficiado con todos los cambios que implementó la saga, tanto los buenos como los no tan acertados. Es, sin duda, lo que más brilla en Mario Kart World.

El mundo abierto (Free Roam)

Lo que nadie pensó que haría Nintendo en una saga como Mario Kart pasó: ¡el mundo abierto de Mario es una realidad! Aunque, sinceramente, me parece que está logrado solo a medias.

Es impresionante cómo las mentes detrás del juego lograron unir los circuitos de esta forma para que funcionen en distintos modos de juego, y además te permitan recorrerlos libremente.

Sin embargo, aunque el mundo abierto visualmente impresiona, se siente más como un añadido que como un modo principal. Sí, hay actividades que puedes realizar, coleccionables que puedes encontrar y hasta pequeñas “misiones”, pero aun con todo eso, el espacio se siente vacío. Hay varios NPC y corredores del roster que ves de un lado a otro, pero no se compara con la riqueza de los mundos abiertos de otras franquicias de Nintendo, como Zelda.

A pesar de eso, hay algo encantador en recorrer el mundo a tu ritmo, tomarte fotos espectaculares y notar detalles diminutos que probablemente no veas durante las carreras. El nivel de detalle que se le puso al entorno se agradece muchísimo.

Contrarreloj, VS y Batalla

Platiquemos de estos tres clásicos modos de juego de Mario Kart, los tres bastante divertidos, sin traer nada nuevo, más allá de las mecánicas ya mencionadas.

Contrarreloj: Por si hay algún despistado, es el modo donde los más hardcore imponen récords en las pistas o, en mi caso, mejoran el tiempo de mis amigos.
VS: Un modo donde puedes poner tus propias reglas para los circuitos y de esta manera jugar a tu gusto.
Batalla: Existen dos tipos, Globos y Monedas. Ambas son bastante divertidas, y ahora con tantos jugadores, se convierten en un auténtico caos.

Online

Para ser sincero, y tratándose de Nintendo, es algo que sorprende: es muy fluido y estable, incluso con 24 jugadores.

¿Qué podemos encontrar en partidas en línea?

  • Hasta 24 jugadores simultáneos en carreras públicas (Grand Prix, Knockout Tour, VS Race, Battle)
  • Puedes elegir entre partidas públicas o lobbies privados
  • El sistema de matchmaking agrupa según habilidad, y permite tanto confrontaciones nacionales como internacionales
  • Mientras esperas a que todos se unan, el lobby se mantiene en una versión más pequeña del Free Roam

Esperemos que este sea el inicio de una nueva etapa para Nintendo en cuanto a calidad de juego en línea.

Lo nuevo

Mario Kart World trae muchas cosas nuevas a la mesa:

  • Los modos ya antes mencionados: Free Roam y Supervivencia
  • Una cantidad enorme de personajes del universo de Mario: 50 en total

De esos 50 personajes, 24 tienen variantes de trajes, así que da un total de “84” personajes

  • Mecánicas de conducción nuevas: Charge Jump, Rail Grinding, Wall Riding y Water Skimming
  • IA dinámica y adaptativa
  • Clima dinámico y ciclo día/noche
  • Nuevos ítems únicos
  • Modo foto

Todo esto lo convierte en el Mario Kart más ambicioso hasta la fecha.

Portento gráfico y de rendimiento

El juego se ve y se siente increíble. El equipo detrás del juego se esforzó por lograr que esta entrega se perciba como de nueva generación, y lo lograron bastante bien.

En modo dock, corre en 4K dinámico con texturas en alta resolución. Cuenta con iluminación global dinámica (ray tracing parcial), lo cual hace que se vea mucho más realista: sombras suaves, reflejos en tiempo real y brillos adaptativos según la fuente de luz. Aunque no es ray tracing completo, utiliza técnicas híbridas que simulan muy bien los reflejos.

Gracias a esto, el juego incorpora lluvia, neblina, partículas de polvo, explosiones, chispas y nieve, todo con físicas realistas. También hay ciclos de día y noche.

Los personajes cuentan con animaciones faciales que, aunque suene exagerado, parecen sacadas de una película de Disney.

Y algo que muchos ni notarán: tanto en carreras locales como en línea, el juego corre a 60 cuadros por segundo constantes.

Conclusión

Mario Kart World es un paso adelante para la saga. Aporta ideas frescas, nuevas mecánicas y una presentación audiovisual digna de la Switch 2. Sin embargo, su ambición también le juega en contra en algunos momentos: el mundo abierto se siente poco aprovechado, y las carreras más cortas por los tramos de conexión pueden saber a poco para los fans clásicos. Y aunque no es normal en la saga, en está ocasión le hizo falta un modo historia, para aprovechar su nuevo modo de juego.

Aun así, el título brilla por su innovación, estabilidad online y lo divertido que puede ser tanto en solitario como acompañado. Es, sin duda, un nuevo estándar para los juegos de carreras de Nintendo.

Así que si tienes la duda si el juego es bueno es un rotundo sí, tu sabrás si es que vale la pena pagar el precio de juego por lo que ofrece. Pero en la Comikeria es un juego que recomendamos.

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Cine

DEPREDADOR: TIERRAS SALVAJES (2025) | Reseña

Conoce más de la inflexible cultura Yautja en esta nueva entrega de Depredador, la cual está llena de acción y hasta sus dosis de humor

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Conoce más de la inflexible cultura Yautja en esta nueva entrega de Depredador, la cual está llena de acción y hasta sus dosis de humor. Te contamos qué tal está en nuestra reseña.

Corría el año de 1987 cuando apareció una película con un formato inicial que parecía encasillarla dentro del montón de historias del género de acción, con un comando adentrándose en la selva como equipo de rescate. La historia se tuerce hasta combinarse con ciencia ficción y presentarnos a uno de los aliens más letales del universo: la imponente figura del Yautja.

La saga del “Depredador” ha pasado por varios directores y temáticas, historias no siempre afortunadas y hasta un crossover con el Xenomorfo de “Alien” que sostuvo apenas el interés por este experto cazador. Afortunadamente en el 2022 el director Dan Trachtenberg se hizo cargo del nuevo spin off de la serie, con una historia situada en el siglo 18, este nuevo paraje, además de una historia sólida y buenos acabados técnicos, revivieron el interés por la saga y “Prey” fue todo un éxito. Después de una paseo por la animación con “Cazador de asesinos”, el Yautja regresa a pantalla grande nuevamente de la mano de Dan Trachtenberg y tiene varios aciertos pero también pequeños detalles que pueden dividir al público. Sigue leyendo para enterarte de nuestra opinión y no te preocupes que esta reseña estará libre de spoilers.

¿DE QUÉ TRATA “DEPREDADOR: TIERRAS SALVAJES”

La historia arranca en Yautja Prime, planeta de la raza de cazadores, ahí conocemos a “Dek” (Dimitrius Schuster-Koloamatangi), un Yautja menospreciado por su tamaño pero con un ímpetu indomable que intenta ganarse el respeto de su padre. Para ello decide ir a Genna, un peligroso planeta, hogar de una bestia que se dice imposible de cazar, sin embargo el código Yautja y el orgullo de su padre hace que la muerte sea su sentencia, así que el hermano de Dek lo salva, enviándolo al peligroso planeta con el objetivo de cazar a la única bestia capaz de hacer que su padre por fin lo acepte como uno de ellos.

Dek aterriza en el planeta Genna y se da cuenta que prácticamente todo lo que ahí habita es letal, así que su primer cacería bien podría convertirse en la última.

CHIQUITO PERO PICOSO

Solo necesitarán unos segundos para apreciar el gran empeño que el equipo de efectos especiales necesitó para darle vida a cada uno de los paisajes que aparecen en la película, desde el hogar de los Yautja hasta el planeta asesino en el que pasará la mayor parte de la historia. Sin duda los efectos especiales son un gran atractivo dentro de una película que casi siempre se ve bien en este sentido, desde los enormes parajes hasta los pequeños detalles, es efectiva en hacernos sentir dentro de este universo y sus emocionantes batallas.

Los efectos especiales hacen equipo con el maquillaje, vestuario y equipo humano que le aporta realidad y corazón a la película, a pesar de que muchas son escenas digitales, las coreografías son emocionantes, la cámara muy fluida y la acción es constante, casi sin parar dentro de sus poco menos de dos horas de duración.

Si bien la música no es particularmente excepcional, es cumplidora al momento de reforzar los ambientes de la película, yo tuve oportunidad de verla en IMAX y la música es un constante trancazo al pecho, sobre todo durante las peleas.

Las motivaciones de Dek vienen de la tragedia y de ser siempre menospreciado, no solo por su raza sino por su propio padre, sin embargo el personaje se nos presenta capaz de manera física y con un temple inamovible aún ante la situación más temeraria. Lo que vemos aquí no es como tal un crecimiento típico del “camino del héroe”, sino una bestia imparable que poco a poco irá descubriendo que lo que el pensaba eran debilidades, se pueden convertir en fortalezas, lo cual hace que nos interesemos en todo momento por su destino.

UN YAUTJA PG-13

Dentro de toda la saga de “Depredador”, esta nueva entrega tiene la característica de tener la clasificación de edad más baja en todas sus versiones, ni siquiera el universo animado se atrevió a bajar la casi inamovible clasificación C y esta es una decisión que se nota para bien y para mal, por lo que será el principal punto de quiebre para los fanáticos (sobre todo los más viejos).

Podría hacer teoría de las razones por las cuales este “Depredador” es más amigable, pero me centraré en lo que tenemos dentro de la película, si bien es justo mencionar que no se extraña tanto la sangre y muertes (hay bastantes), la clasificación pegó sobre todo en el ambiente “familiar” con el que cuenta ahora la película, que por momentos se siente como una versión terrorífica de “Lilo y Stitch”, el insensible e imparable cazador tiene que unir fuerzas con nuevos personajes que le darán cierta humanidad, si me lo preguntan, es funcional para la historia y correcto para su ambiente, sin embargo se siente casi una traición al espíritu de las entregas anteriores.

El humor será otro de los momentos que dividirán a la audiencia, y es que, definitivamente es adecuado para la película, pero por momentos se les olvidará que están viendo una historia del “Depredador”, y la sentirán más cercana a “Los Vengadores” o “Guardianes de la Galaxia”, en donde las concesiones por parte del guion para que la historia siga avanzando no serán pocas y necesitarán que ustedes como espectadores fluyan con la historia para no pasarla mal.

VEREDICTO

“Depredador: Tierras salvajes” será recordada de dos maneras posibles: por un lado es una historia algo genérica pero con buen acabado capaz de entretener a los espectadores y que se vuelve por lo tanto en una buena y palomera opción de fin de semana. Por otro lado puede convertirse también en una película genérica que escupe a la saga original y deja incertidumbre acerca de la dirección que tomará la saga a partir de ahora.

Honestamente me la pasé bien, creo que fui capaz de separarme de la obra original y disfrutar la película como lo que es, un intento por regresar al Depredador al interés de las nuevas generaciones, pero para ello se agarra de sitios comunes que se han probado exitosos en otras películas, restándole originalidad pero apostando por la seguridad de que todos salgan con una sonrisa cuando la pantalla se vaya a negro (no se vayan tan rápido que hay escena mid credits). El trabajo de Elle Fanning es suficiente y sabe su lugar de patiño frente a la figura principal, las escenas son grandilocuentes y la historia sale avante sobre todo gracias a que casi no te dará respiro, además de ciertos guiños y toques de nostalgia para los sobrevivientes de los inicios de esta saga.

Como conclusión, es muy posible que “Depredador: Tierras Salvajes” NO sea la continuación que muchos esperábamos, pero si el blockbuster palomero que la productora intentó. Si esta decisión fue la correcta, quedará a juicio de ustedes cuando acudan a verla a partir de este 6 de noviembre en salas mexicanas.

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7/10

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The Outer Worlds 2 — Reseña

The Outer Worlds 2 pertenece a un incómodo punto medio: no es brillante ni espantoso, sino una curiosa mezcla de virtudes y defectos

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The Outer Worlds 2

En muchos sentidos, es más fácil escribir sobre juegos geniales o desastrosos que sobre los que se quedan a medio camino.The Outer Worlds 2 pertenece a ese incómodo punto medio: no es brillante ni espantoso, sino una curiosa mezcla de virtudes y defectos que lo hacen tan fascinante como frustrante.

Y eso sin contar el elefante en la habitación: su contexto corporativo, que inevitablemente empaña la conversación sobre su lanzamiento. Pero vamos por partes.

El regreso del sarcasmo espacial

Si nunca jugaste el primero, The Outer Worlds 2 es básicamente lo que pasaría si Fallout se mudara al espacio y tomara un curso de sátira política. Obsidian vuelve a lo que mejor sabe hacer: un RPG de disparos en primera persona donde el humor, las decisiones y los dilemas morales van de la mano.

Eres el Comandante del Directorio de la Tierra, una especie de sheriff interplanetario encargado de poner orden en Arcadia, un conjunto de colonias humanas infestadas de burocracia, propaganda y compañías que creen que vender salchichas enlatadas es un acto de patriotismo.

La personalización del personaje sigue siendo un punto fuerte. Puedes moldear tu héroe (o antihéroe) a tu gusto, decidiendo si resolverás los problemas con plomo, labia o pura improvisación. No hay una habilidad dominante: todo tiene su utilidad, incluso la Medicina, algo que rara vez se puede decir en un shooter.

Lo más interesante es que el juego no te deja “respecar” habilidades: tus decisiones son permanentes. ¿Invertiste todos tus puntos en diálogo y ahora necesitas forzar una puerta? Mala suerte. Pero siempre hay rutas alternativas: rejillas de ventilación, terminales de hackeo o llaves perdidas. El diseño evita frustrar al jugador y recompensa la creatividad.

Rasgos, defectos y mucho humor negro

El sistema de rasgos y desventajas regresa con más estilo que nunca. Puedes elegir hasta dos ventajas, pero si vas por la segunda, también adquieres un defecto. Y aquí es donde The Outer Worlds 2 brilla: las desventajas son tan graciosas como útiles.

Tomemos mi favorita: “Tonto”. Te bloquea varias habilidades clave, pero desbloquea opciones de diálogo absurdamente divertidas. Es una desventaja que, en cierto modo, te premia por no tomarte tan en serio este universo hiperconsumista y delirante.

El humor sigue siendo la columna vertebral del juego. Soldados que cantan jingles de salchichas, matemáticos fanáticos que rezan ecuaciones, y corporativos que te descuentan cada bala de tu salario. Es Black Mirror con anuncios de cereales.

Facciones: capitalismo o fanatismo, elige tu veneno

Obsidian no es sutil, pero no necesita serlo. Las facciones del juego representan los extremos de nuestra realidad:

Auntie’s Choice, la mega corporación, es una oda al capitalismo salvaje. Sus empleados viven para trabajar, consumen solo productos de la marca y miden su valor por cuántos turnos dobles pueden soportar sin colapsar.

La Orden, en cambio, encarna el dogmatismo científico: creen en “La Ecuación Absoluta”, una fórmula mística que resolverá todos los conflictos del universo… algún día. Mientras tanto, ignoran los problemas reales y mueren convencidos de tener la razón.

Ambas ideologías están tan caricaturizadas que rozan lo ridículo, pero justo ahí radica la gracia. The Outer Worlds 2 no te sermonea, te pone un espejo deformante enfrente.

En un momento, debes mediar entre refugiados de guerra y fanáticos matemáticos que quieren echarlos de su asentamiento “porque las ecuaciones lo predicen”. No hay solución correcta, y ese es el punto.

Compañeros: el alma del juego

Los compañeros son uno de los mayores aciertos del juego. Cada uno aporta una perspectiva distinta, y las conversaciones entre ellos enriquecen el viaje más que muchas misiones. Tristan, por ejemplo, es un exárbitro del Protectorado (una especie de Juez Dredd corporativo) que empieza a cuestionar todo lo que creía sobre autoridad y justicia.

Sin embargo, no todos brillan igual. Inez, una exmercenaria de Auntie’s Choice, tiene contradicciones molestas: defiende a los trabajadores, pero se escandaliza cuando realmente luchas por ellos. En parte, esa hipocresía parece intencional, una crítica al “activismo de escritorio” moderno… pero a veces da más coraje que risa.

Combate y progresión: el eslabón débil

El sistema de combate mejora respecto al original, pero sigue sin sentirse del todo bien. Las armas de biomasa, por ejemplo, son un suplicio: lentas, poco precisas y con animaciones interminables. Solo los revólveres pesados y rifles de francotirador ofrecen verdadera satisfacción.

Las modificaciones de armas tampoco ayudan. Una vez encuentras un arma que encaja con tu estilo, el incentivo para cambiarla es mínimo. En mi caso, el rifle de francotirador que obtuve a mitad del juego fue suficiente hasta el final… al menos hasta que encontré la “Trituradora de Balas”, una ametralladora que combina todos los tipos de munición y nunca se recarga. Sí, está tan rota como suena.

Exploración: entre mazmorras brillantes y planetas vacíos

El mundo abierto es, irónicamente, lo menos interesante. Aunque los paisajes de Arcadia son visualmente atractivos, la exploración se siente monótona. Caminas entre llanuras casi vacías con alguna que otra criatura aleatoria o edificio abandonado.

Pero las mazmorras, en cambio, son un deleite. Obsidian demuestra su maestría en el diseño de niveles: múltiples rutas, puzzles, trampas, recompensas y narrativa ambiental en cada rincón. Una misión secundaria en la que pirateas trampas para usarlas contra tus enemigos fue, fácilmente, uno de los mejores momentos del juego.

Donde The Outer Worlds 2 realmente muestra su genio es en los detalles. La nave insignia de Auntie’s Choice es un festival de sátira corporativa: anuncios constantes, slogans pegajosos, empleados robotizados y oficinas donde los descansos están cronometrados.

El contraste con los planetas exteriores —nevados, áridos o selváticos— es notable, pero también irregular. Cuando el juego abandona la sátira para enfocarse solo en la exploración, pierde parte de su identidad.

Entre lo grandioso y lo vacío

The Outer Worlds 2 es un juego de contrastes. Su narrativa, su construcción de mundo y sus sistemas de rol son brillantes. Pero su combate, ritmo y diseño abierto se sienten mediocres. Tiene momentos de genialidad seguidos de largos tramos de… nada.

Es un título que constantemente roza la excelencia sin llegar a tocarla. Terminarlo deja una sensación de satisfacción parcial, como si hubieras comido un gran platillo sin guarnición.

Aquí es donde las cosas se complican. Obsidian Entertainment sigue siendo uno de los estudios más talentosos de la industria, pero ahora forma parte de Xbox Game Studios, es decir, de Microsoft. Y Microsoft, como sabemos, atraviesa un periodo turbulento de despidos, cierres y decisiones cuestionables.

El resultado de The Outer Worlds 2

The Outer Worlds 2 es una sátira espacial brillante atrapada en un cuerpo de shooter promedio. Su guion, sus diálogos y su crítica social son de lo mejor que ofrece el RPG moderno, pero su combate, ritmo y exploración diluyen parte de su potencial.

Obsidian entrega una obra que fascina tanto como desespera, y que refleja —quizás demasiado bien— los males del sistema que parodia. No es el juego del año, pero sí uno de los más interesantes para discutir.

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  • Jugabilidad
  • Historia
  • Gráficos
  • Narrativa
  • Qualities of Life
3.6

The Outer Worlds 2

The Outer Worlds 2 es una sátira espacial brillante atrapada en un cuerpo de shooter promedio. Su guion, sus diálogos y su crítica social son de lo mejor que ofrece el RPG moderno, pero su combate, ritmo y exploración diluyen parte de su potencial.

Obsidian entrega una obra que fascina tanto como desespera, y que refleja —quizás demasiado bien— los males del sistema que parodia. No es el juego del año, pero sí uno de los más interesantes para pasarla bien.

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Reseñas

Once Upon a Katamari – Reseña

Después de muchos años sin una nueva entrega, Once Upon a Katamari marca el regreso de una de las sagas más extravagantes de Bandai Namco.

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Después de muchos años sin una nueva entrega, Once Upon a Katamari marca el regreso de una de las sagas más extravagantes y queridas de Bandai Namco. Esta vez, el Príncipe y su padre, el Rey del Cosmos, se meten en un enredo que involucra viajes en el tiempo, lo que nos lleva a rodar nuestros katamaris a través de distintas épocas históricas y lugares del mundo. Desde la prehistoria hasta el futuro, todo se presta para hacer lo que más nos gusta: rodar, rodar y rodar hasta dejar el escenario vacío.

Como en todas las entregas anteriores, la historia sigue siendo un simple pretexto para disfrutar del caos y la diversión. Pero esa simplicidad siempre ha sido parte del encanto de Katamari.

Apartado artístico

Visualmente, el juego mantiene su estilo colorido y caricaturesco, con escenarios llenos de detalles, objetos absurdos y esa estética tan única que ha acompañado a la franquicia desde sus inicios. No intenta ser realista, y eso está bien, Katamari siempre ha destacado por su identidad visual tan peculiar.

El salto temporal entre niveles aporta una gran variedad de ambientes, lo cual se agradece. Rodar en la era medieval, en Egipto o en un Tokio futurista hace que cada partida se sienta diferente. Sin embargo, hay momentos en que el rendimiento baja ligeramente, sobre todo cuando el katamari ya es enorme y hay miles de objetos en pantalla.

El soundtrack es simplemente excelente. Mantiene esa mezcla entre lo excéntrico y lo alegre que caracteriza a Katamari, con temas nuevos y también algunos clásicos de entregas pasadas. Es una de esas bandas sonoras que te sacan una sonrisa incluso cuando solo estás navegando por el menú.

Jugabilidad

Aquí es donde las cosas se mantienen fieles a la fórmula original. La mecánica sigue siendo la misma, recolectar todo lo que puedas para formar la bola más grande posible dentro del tiempo límite. Lo nuevo llega con minijuegos, desafíos extra y un modo multijugador en línea que agrega bastante rejugabilidad. Competir contra tus amigos o la IA para ver quién hace el katamari más grande es algo que, honestamente es muy divertido.

También hay una amplia personalización, puedes cambiar el aspecto de tu personaje, los colores de tu katamari, usar sombreros, máscaras o incluso diferentes rostros. Todo se desbloquea al completar misiones y retos, lo que motiva a seguir jugando.

Pero no todo brilla, aunque la rejugabilidad es alta, a veces puede sentirse repetitiva o frustrante, sobre todo cuando necesitas rejugar un nivel varias veces para conseguir objetos ocultos o alcanzar la puntuación perfecta. Y si bien los controles fueron “mejorados”, todavía se sienten torpes en algunos momentos, especialmente con la cámara, que puede arruinar más de una partida. Eso sí, se agradece poder elegir entre el modo clásico o el moderno de control, dependiendo de cómo prefieras jugar.

Conclusión

Once Upon a Katamari es un regreso encantador a una saga que muchos pensaban olvidada. Mantiene intacta su esencia, introduce ideas nuevas y conserva ese toque de locura que la hace tan única. A pesar de sus problemas con los controles y cierta sensación de repetición, el juego logra lo más importante, ser divertido.

No es un título para todo el mundo, su estilo tan particular puede no gustarle a algunos, pero si disfrutas de juegos ligeros, creativos y con personalidad, definitivamente vale la pena darle una oportunidad.

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Once Upon a Katamari

No es un título para todo el mundo, su estilo tan particular puede no gustarle a algunos, pero si disfrutas de juegos ligeros, creativos y con personalidad, definitivamente vale la pena darle una oportunidad.

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