

Cine
“EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS” | Reseña sin spoilers
El “Cine Negro” a través de los ojos de Guillermo del Toro ¿Fórmula ganadora? Acá te contamos.
San Guillermo del Toro está de regreso, en esta ocasión con una historia basada en la novela de William Lindsay Gresham (1909 – 1962) y que ya había sido llevada a la pantalla grande en 1947. En su momento, el director Edmund Goulding nos presentó una obra casi perfecta a pesar de las restricciones de la época que impedían tratar de manera gráfica los episodios más oscuros de su contraparte literaria, ahora el jalisciense nos presenta un tratamiento más fiel a la novela pero ¿Será capaz de superar a su predecesora?
Con un gran reparto de su lado y el enorme talento al que nos tiene acostumbrados el director mexicano, llega por fin su más reciente obra a territorio nacional, una película que a pesar de coquetear mucho con el cine negro, está dotada también de la fantasía, magia, suspenso y hasta algunas dosis de terror con los personajes que más le gustan al director: Los monstruos. Aunque en este caso estén enfundados en pieles y actitudes muy humanas, porque no hay peor monstruo que el propio hombre.

¿DE QUÉ TRATA?
Stanton Carlisle (Bradley Cooper) ha dejado su pasado atrás, emprendiendo un camino sin rumbo aparente que lo lleva al mundo circense, donde comenzará desde abajo para ganarse un lugar en lo que se convertirá en su nuevo hogar, ahí conocerá a diversos personajes como Clem Hoatley (Willem Dafoe), el dueño del circo, a Bruno (Ron Perlman) de quien no hablamos como ordena “Encanto” (2021), la bella Molly (Rooney Mara) de quien Stanton se enamora casi de inmediato, pero son la pareja de médiums “Zeena” (Toni Collette) y Pete (David Strathairn) quienes hacen que Stanton descubra su verdadero talento, un talento que despierta en él la ambición de algo mejor, una ambición que no parece llenarse con nada.

LO BUENO
Prácticamente no hay un solo cuadro en la película en la que no se note la obsesiva perfección de Guillermo del Toro, por momentos el cine negro se tiñe ahora de colores rojos, azules (algunos verdes) más parecidos a los “giallos” de Dario Argento. Es este cuidado aspecto visual la carta de presentación más fuerte de la película.
El aspecto técnico es casi perfecto, el movimiento de cámara, la música, la cinematografía de Dan Laustsen (a cargo también de las dos obras anteriores de Guillermo del Toro), el reparto es una lluvia de estrellas (unas brillando más que otras), una enorme diseño de producción (con elementos de la propia colección privada del director) y de vestuario que nos coloca de manera perfecta en un reluciente pasado (la película tiene lugar en los 40´s) y en general, aunque hay departamentos que lucen más que otros, no hay uno solo que esté descuidado.
El “toque Del Toro” se agradece y la historia esencialmente dramática tiene interesantes tintes de terror, suspenso y hasta gore, lo que hace que la historia se sienta actual a pesar de la época en que se desarrolla y le época del material original en la que está recargada.
Como en casi todas las películas del mexicano, los tributos a su cine favorito (aunque no tan a la vista) están presentes, sobre todo a “Freaks” (1932), quizá unos ojos que nos recuerden a los de Salvador Dalí en “Recuerda” (1945), y autocomplacencias del director que quizá compartan algunos espectadores.

LO MALO
La historia comienza muy bien pero rápidamente se estanca, lo que provoca que el ritmo no sea tan fluido (en sus dos horas y media de duración) y aunque se recupera de a poco no es el torbellino de emociones o suspenso que uno se podría imaginar.
El guion intenta darle cierta importancia a los personajes secundarios, pero intuyo que es más por el nombre de quienes los encarnan que por la influencia que tienen sobre la historia, la película de 1947 (por ejemplo) muy consciente de ello los trata como engranes girando alrededor de Stan, en el caso de esta nueva presentación la película trata de que luzcan más, pero se queda corto en su intento y por otro lado no es necesario, no son sus historias las que nos importan (y al tratar de lograr que nos importen se quedan inconclusas), lo que me lleva a otro pequeño detalle.
El reparto puede ser una pléyade de talentos, sin embargo Bradley Cooper no me parece la mejor opción para un papel tan demandante (originalmente iba a ser para Leonardo Di Caprio pero nos quedamos con las ganas), es cierto que hay muchos cambios en la postura y tesitura de voz conforme su arco argumental progresa pero salvo el dramático cierre no logra la conexión necesaria como para empatizar con él, lo mismo ocurre con Rooney Mara que falla en expresar el amor e inocencia de su personaje para con Stan y por último Ron Perlman el actor fetiche de Guillermo del Toro es poco creíble para con su personaje a pesar de que está venido a menos.
La calidad en el guion por parte del director se ha demostrado varias veces, es curioso como sus mejores trabajos en este aspecto resultan de trabajar solo (“Cronos”, “El laberinto del Fauno”) y se vuelva irregular cuando lo hace acompañado (“Pacific Rim”, “La forma del agua”) y en esta ocasión muy prejuiciosamente (lo acepto) participa en este guion su recién esposa, quien cabe destacar tiene (casi) nula experiencia en el departamento, y no quiero decir que sea enteramente culpa de ella, pero los diálogos y situaciones no son las mejores, el romance se torna algo meloso, el suspenso no es del todo tenso y la resolución es algo apresurada.

VEREDICTO
No me cabe la menor duda de que “El callejón de las almas perdidas” es una película que debe verse en cine, sobre todo porque sus mayores bondades están en el departamento técnico y en la sensibilidad que el de Jalisco tiene para contarnos una historia a través de imágenes, que acompañadas por la música nos presenta diversas secuencias muy hermosas que están pensadas para ser disfrutadas en pantalla grande. Con algo de tristeza debo añadir que recomiendo que acuda con las expectativas bajas, y es que creo que este director ya alcanzó (hace varios años) su punto más alto en cuanto a manufactura estética, es la historia lo que le sigue flaqueando un poco y entiendo (o al menos a mí me pasa) que cada nueva entrega es la esperanza de ver una nueva obra maestra, la contradicción viene cuando es evidente que cada entrega es visualmente más perfecta que la anterior (si es que eso es posible) y aún así, son pocos los casos en donde uno abandona la sala con la sensación de haber presenciado lo mejor de Guillermo del Toro.
Si esta sensación se debe más a que (desafortunadamente) tenía muy fresca en mi cabeza la versión de Edmund Goulding y las comparaciones me fueron inevitables, es algo que jamás sabremos, pero si ustedes no han visto la versión de 1947 es más que factible que su opinión sea más favorable para con el compatriota, en lo personal, tomando en cuenta la ventaja estética y cultural que tenía frente a la versión anterior (ventajas que en muchos momentos aprovecha), es inconcebible que pierda, sobre todo narrativamente, con la misma historia, que en momentos clave Goulding (con todo y la censura de su tiempo) supo llenar de pesimismo, oscuridad y crueldad sin una sola gota de violencia, sexo o sangre en pantalla.
Si quiere ser comprensivo con quien esto escribe lo invito a que vea antes la versión de Edmund Goulding que encuentra fácilmente en Youtube, no sin antes recalcar que eso reducirá su experiencia (como a mí me ocurrió), si por otro lado, quiere atestiguar la maestría de Guillermo del Toro y quizá ser sorprendido con el (no tan sorprendente) giro de tuerca que la historia tiene preparados para ustedes, entonces acuda a ver una más en el repertorio de grandes y elocuentes películas al que ya nos acostumbró el director mexicano.
“El callejón de las almas perdidas” estrena el día 27 de enero en todo el país y los invito a que vayan a verla y sean ustedes quien me den la razón o justificadamente la coloquen como la obra maestra de Guillermo del Toro. La decisión está en sus manos.
Cine
La Máquina, The Smashing Machine – Reseña
La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.

La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.
La cinta está escrita y dirigida por Ben Safdie, el mismo detrás de Diamantes en bruto, y protagonizada por Dwayne Johnson y Emily Blunt. Si en aquella ocasión Safdie sacó lo mejor de Adam Sandler, la pregunta es: ¿logró hacer lo mismo con “La Roca”? Aquí te lo platico.

Lo bueno de La Máquina, The Smashing Machine
La película tiene un estilo visual muy atractivo, logrando que te sientas totalmente dentro de la época. Los colores brillantes y el granulado le dan un toque artístico que la hace destacar entre otras biografías deportivas. Además, el enfoque semidocumental, con cámara en mano y planos que parecen seguir a los personajes en todo momento, le da un aire muy realista, como si estuviéramos viviendo los eventos en primera persona.
Las peleas son simplemente brutales. Safdie logra transmitir toda la crudeza del deporte, su intensidad y lo peligroso que puede ser. El diseño de sonido es sobresaliente: se escuchan los impactos, los huesos que parecen romperse y el dolor de los luchadores con un realismo que incomoda, pero justo eso lo hace efectivo.
El soundtrack acompaña perfectamente los momentos clave, reforzando la emoción en los puntos más intensos y dando identidad a la historia.
En cuanto a las actuaciones, Emily Blunt interpreta a Dawn Staples, la novia de Mark Kerr. Desde hace tiempo está consolidada como una gran actriz, y aquí lo vuelve a demostrar con un papel entrañable, cariñoso, pero también desesperante en ocasiones. Su presencia da un gran equilibrio a la cinta y complementa bien el drama personal de su pareja.

Y llegamos al punto que muchos esperaban, Dwayne Johnson. Mucho se ha dicho que La Máquina representa su mejor papel hasta la fecha, e incluso se comentó que recibió una ovación de 15 minutos por su actuación. La verdad es que sí, probablemente esta sea su interpretación más lograda. Sin embargo, hay que ser honestos, la vara no estaba muy alta.
Johnson cumple con creces en las escenas más caóticas o contenidas, pero cuando la historia le exige profundidad emocional o vulnerabilidad, su desempeño se siente limitado. Es una buena actuación, pero no algo tan impresionante como para aplaudirle durante un cuarto de hora.
Lo malo de La Máquina, The Smashing Machine
Tal vez el punto más negativo de La Máquina, The Smashing Machine, es que por momentos se siente fragmentada y apresurada, como si se hubieran saltado varios años o eventos importantes en la vida del protagonista. Esta narrativa irregular en la línea del tiempo de la historia hacen que se sienta entrecortada y apresurada.
De igual formase tratan de retratar los primeros pasos de la UFC, aunque ese aspecto se siente pobremente desarrollado, aunque lo intentan, no se logra entender del todo la relevancia de lo que están construyendo.

Tal vez el desenlace puede resultar algo anticlimático para algunos, ya que el tercer acto tiene un cierre sobrio o realista, pero personalmente, lo encontré desconectado del tono serio y dramático general de la historia, puede sonar un tanto absurdo en relación con lo que la cinta venía construyendo, pero a fin de cuentas es basado en una historia real.
Además, hay un intento de mostrar un conflicto interno en el protagonista, pero nunca llega a sentirse realmente grave o profundo. Tomándose meramente como una insinuación de problemas, pero sin el peso necesario para justificar el cambio que la trama propone.
¿Vale la pena La Máquina, The Smashing Machine?
La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.
Aunque tiene fallas en su ritmo y un cierre discutible, sobresale por su dirección visual, realismo, y por ofrecernos una versión más contenida y humana de Dwayne Johnson.
No es una obra maestra ni una revolución del género, pero sí un paso adelante en la carrera actoral de “La Roca” y un relato lo suficientemente sólido como para mantenerte pegado a la pantalla hasta el final.
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La Máquina, The Smashing Machine - Reseña
Overall
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Actuaciones
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Dirección
The Smashing Machine - Review
La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.
Cine
DEMIÁN BICHIR REGRESA A LA CIUDAD DE MÉXICO PARA CELEBRAR EL ESTRENO DE TELÉFONO NEGRO 2
El actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir estuvo presente en la alfombra roja de Teléfono Negro en México.

El actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir estuvo presente en la alfombra roja de Teléfono Negro en México.
Universal Pictures México celebró en Cinemex Antara el estreno de Teléfono Negro 2, la esperada secuela del fenómeno de terror de 2022 que cautivó a la crítica y al público mundial.

El evento contó con la presencia del actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir, quien desfiló por la alfombra roja y presentó la película ante medios, creadores de contenido e invitados especiales.
“Este filme es especial porque es una película de terror de la más alta manufactura artística. El director Scott Derrickson es un autor cuya visión está a la altura de cualquier director especializado en drama o películas de corte artístico. Lo impresionante de esta película es que te tiene un terror psicológico tan fino que no depende de los sustos fáciles, apoyados en efectos especiales o de sonido, para transmitir el terror que sientes sus personajes, que son muy humanos y por eso la película te conmueve hasta las lágrimas”, dijo el actor durante su paso por la alfombra roja.
En esta nueva entrega, Bichir interpreta a Mando, el dueño del campamento Alpine Lake, un hombre marcado por un pasado turbulento que dedica su vida a proteger a los niños bajo su cuidado.
“Me encantó mi personaje porque está alejado de todos los estereotipos prejuiciosos que muchas veces Hollywood se encarga de reforzar respecto a los latinos. No es una coincidencia que Armando sea mexicano, ya que sólo nosotros los hermanos latinos somos capaces de empatizar y proteger a nuestros seres queridos de esta manera tan particular”.
El personaje, detalló Demián, fue inspirado por figuras reales de ascendencia mexicana que influyeron en la juventud del director Scott Derrickson, quien además firma el guion junto a C. Robert Cargill, basados en los personajes creados por autor Joe Hill.
La historia retoma los eventos cuatro años después de la primera película: Finn (Mason Thames), el único sobreviviente de El Raptor, intenta rehacer su vida tras el secuestro, mientras su hermana Gwen (Madeleine McGraw) comienza a recibir visiones inquietantes que la llevan a Alpine Lake, un campamento donde el mal vuelve a manifestarse… y el teléfono vuelve a sonar.

Producida por Jason Blum, Scott Derrickson y C. Robert Cargill, la cinta cuenta con las actuaciones de Ethan Hawke, Mason Thames, Madeleine McGraw, Demián Bichir, Arianna Rivas, Miguel Mora, Jeremy Davies, Maev Beaty y Graham Abbey.
Teléfono Negro 2 combina terror psicológico, elementos sobrenaturales y una narrativa emocional que explora el trauma, la fe y la redención. La primera entrega, estrenada en 2022, recaudó más de 160 millones de dólares a nivel mundial y consolidó a El Teléfono Negro como una de las franquicias de terror más exitosas de Universal Pictures y Blumhouse.
Teléfono Negro 2 estrena en cines el 16 de octubre, distribuida por Universal Pictures México.
Cine
TRON: ARES (2025) | Reseña
TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.

TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.
La honesta brutalidad con que acá se desmenuzan las películas es una característica que no pienso soltar, por lo que comenzaré confesando que mis expectativas eran casi nulas, las razones se debían a sucesos como la tremenda espera que tuvimos que soportar para la llegada de esta tercer entrega, el cambio de casting/historia (de acuerdo a lo que podíamos suponer del tráiler), pero la razón más poderosa tiene nombre y apellido: Joachim Rønning.
La desconfianza no es meramente personal o subjetiva, sino que se recarga en sus trabajos previos, comenzando por su ópera prima del 2006 llamada “Bandidas”, si esa donde sale Salma Hayek y Penélope Cruz, la lista de infamias continúa más recientemente con “La venganza de Salazar” (2017) y “Maléfica: Maestra del Mal” (2019). Mi lógica me decía que no había manera de que esa trayectoria fuera aquello que se necesitaba para levantar una saga que, después de tantos años, parecía casi muerta. Qué grato es cuando el sexto sentido se equivoca. Tron: Ares llega a pantalla grande con la clara intención de ser un éxito en taquilla sin dejar de lado sus momentos de nostalgia y hasta filosóficos, un viaje que no se van a querer perder.

¿DE QUÉ TRATA “TRON: ARES”?
Una rápida introducción (sospechosamente parecida a lo que puede realizar visualmente hoy en día a una Inteligencia Artificial) nos explica el mundo en el que estamos situados: ENCOM y DILLINGER son las dos grandes compañías tecnológicas que compiten por la vanguardia en su ramo, Sam Flynn (quien fue introducido en “TRON: LEGACY”) ha dejado vacía nuevamente la silla de CEO y es Eve Kim (Greta Lee) la más idónea para tomar el puesto, sin embargo tendrá que ganarle al imparable e inmoral Julian Dillinger (Evan Peters) en la carrera por encontrar la “permanencia”, un código que permitiría que todo aquello que sea “impreso” a nivel partículas por una computadora, sea completamente real.
En esta batalla por el poder tecnológico, Dillinger lleva la delantera como creador de un súper programa llamado “Ares” (Jared Leto), diseñado como Control Maestro de la red de Dillinger y que es capaz de “pasar” al mundo real por algunos minutos, el código le permitiría a Dillinger no solamente ser el poseedor de un súper soldado, sino de una artillería ilimitada que le garantiza un millonario contrato armamentista con el gobierno. Un plan que, aunque maligno, parece no tener falla alguna excepto por la aparición de una consciencia en Ares que hace qué se pregunte si un programa podría ser humano.

LO BUENO DE TRON: ARES
Trent Reznor y Atticus Ross (aunque sagazmente presentados como Nine Inch Nails) son los encargados de la música y lo que tendrán oportunidad de presenciar es un concierto auditivo que no solamente acompaña, sino que participa activamente dentro de la narrativa visual de la historia y sin duda añade emoción y fluidez a la historia (los momentos sin música son muy breves), con beats que harán vibrar el pecho. En entrevista, el director ha dicho la insistencia de los compositores de que la música emergiera de las bocinas frontales, cuando vayan a verla entenderán el por qué tenían toda la razón de que así fuera. La música por sí sola ya vale mucho la pena, pero las virtudes de esta película no terminan ahí.
Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores, el mundo de Tron conocido como “la red” mantiene los vivos colores de sus antecesoras, pero en esa ocasión añaden además un toque de nostalgia en cierta escena que hace honor a la primera entrega sin que se sienta visualmente forzado. “Tron: Ares” es un constante espectáculo visual que combina a la perfección con su música. La película podría verse sin diálogos y aún así ser digna de contemplarse en pantalla grande.
La historia es quizá el punto más endeble de la película y es verdad que tiene momentos que van a necesitar que el espectador fluya con lo que nos propone, sin embargo, vale la pena destacar que intenta ofrecer cierta profundidad en un entorno que se nota meramente de entretenimiento, “Tron: Ares” no es el lugar para preguntas filosóficas y existenciales, de hecho tampoco aborda estos momentos con la mayor seriedad, pero si que pone sobre la mesa terrenos temáticos que se han abordado desde “Frankenstein” o “Pinocho”, incógnitas eternas como ¿Qué nos hace ser humanos? o si ¿Las máquinas pueden llegar a tener deseos y sentimientos? Como dije anteriormente, el objetivo de “Tron: Ares” es convertirse en un blockbuster que haga que el espectador la vea una y otra vez, quizá no está de más exigir que aborde temas importantes de manera más comprometida, pero lo cierto es que los temas ahí están, si quieres desarrollo y complejidad, tal vez debas llevártelos a casa y continuar allá.
La nostalgia, tributos y referencias están presentes, pero no como simple “fan service”, la película les tiene preparadas varias escenas que nos hacen sentir que el corazón y alma del Tron original está presente, más aún, no se olvidan del todo de la película anterior y les aconsejo que no se salgan inmediatamente, ya que hay una escena mid credits que no solo muestra algo de lo que se vendrá en el futuro sino que conecta de manera directa con la película de 1982.

LO MALO DE TRON: ARES
Aunque el humor acierta algunos chistes y el personaje que sirve de alivio cómico está bien definido, el guion se saca una puntadas indefendibles, lo peor es que la mayoría de esos penosos diálogos recaen en el personaje de Jared Leto, si la intención era que Ares causara empatía, lo que en realidad termina generando es incomodidad.
La lógica es el peor enemigo de la saga (quizá desde 1982), así que si están esperando a que su narrativa sea sólida, lógica y comprobable científicamente están buscando en la película equivocada.

¿VALE LA PENA VER TRON: ARES?
Tuve oportunidad de ver “Tron: Ares” en IMAX y es una experiencia que recomiendo mucho si tienen la posibilidad de hacerlo, la música de Nine Inch Nails resalta mucho y al ser parte importante de la película vale la pena que se expongan a las bocinotas del formato, además de que la imagen nítida y de gran tamaño le queda perfecto a su propuesta visual.
Después de tanto tiempo es natural que la desconfianza se haga presente en el espectador, creo que por momentos es evidente que el guion pasó por diversos tratamientos de reciclaje, borradores y correcciones para alejarse lo suficiente de la segunda entrega, pero no por completo para mantener la trilogía y el espíritu de la saga, es por ello que quizá narrativamente no sea perfecta pero ni de cerca, sin embargo se nota también que el objetivo de la película es aprovechar la grandiosidad visual que solo te da una pantalla de cine, un blockbuster sin otra intención que generar taquilla y hacer que los espectadores acudan a las salas, un trepidante viaje lleno de efectos especiales bien logrados y emocionantes peleas, aunque encima de una historia más bien simple, pero bien intencionada, para que los fanáticos (y no tanto) salgan contentos de la sala y con ganas no solo de ver más, sino de visitar a las anteriores.
Recomiendo mucho “Tron: Ares” como producto de entretenimiento, que aunque muchos insisten, no está del todo vacío, en el fondo las intenciones de hacer crecer la saga se combinan con el respeto a las entregas anteriores, temáticamente hablando se queda algo corto en sus críticas tecnológicas, pero la humanidad está presente, a pesar de la robótica actuación de Jared Leto, quien no ha parado de elegir un fracaso tras otro, “Tron: Ares” puede ser la película que rompa la maldición y espero que así sea.
Encuentran “TRON: ARES” en salas mexicanas a partir de este 09 de octubre y recuerden darle las gracias y ser amables con la inteligencia artificial de su preferencia porque cuando se subleve es mejor que nos considere de su lado.
TRON: ARES - Review
Overall
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Música
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Efectos Especiales
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Historia
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Actuaciones
TRON: ARES - Reseña
Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido, sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores.
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