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Shinobi: Art of Vengeance, el ninja que necesitas – Reseña
Shinobi: Art of Vengeance, desarrollado por Lizardcube no es solo un revival bonito: es, probablemente, el mejor Shinobi de la historia.
En diciembre de 2023 Sega se puso nostálgica y anunció que iba a revivir cinco de sus franquicias más queridas: Jet Set Radio, Streets of Rage, Golden Axe, Crazy Taxi y Shinobi.
Medio internet pensó que esto era puro humo pero sorpresa: la primera de esas resurrecciones ya está aquí y no solo cumple, sino que pega más fuerte que un shuriken en la frente.

Shinobi: Art of Vengeance, desarrollado por Lizardcube (los mismos que hicieron magia con Wonder Boy: The Dragon’s Trap y Streets of Rage 4), no es solo un revival bonito: es, probablemente, el mejor Shinobi de la historia.
Lo digo porque el juego toma todo lo bueno de la saga, tira a la basura lo obsoleto y lo reimagina como un hack & slash en 2D que se siente tan fresco como brutal.
La velocidad ninja que nunca tuvimos
Si recuerdas los Shinobi clásicos, sabrás que Joe Musashi se movía de manera precisa, pero lenta. Art of Vengeance rompe ese molde desde el inicio: ahora Joe corre por default, y todo el diseño está pensado para que te muevas como un rayo.
La diferencia se nota al instante. Plataformas rápidas, enemigos que aparecen a ritmo constante y un flujo que convierte cada nivel en un pequeño parque de diversiones sangriento. No más caminatas solemnes: aquí todo es vértigo y adrenalina.

Sí, los puristas van a llorar porque “esto no es Shinobi”, pero la realidad es que esta velocidad era lo que la saga pedía a gritos desde hace décadas.
El combate: más que repartir shurikens
Atrás quedó el “lanza un shuriken y sigue caminando”. En Art of Vengeance cada enemigo tiene su barra de vida y sus propios patrones.
Esto convierte las peleas en pequeñas coreografías: aprendes, atacas, encadenas y ejecutas.
La joya está en el sistema de ejecuciones: cuando desgastas a un enemigo puedes rematarlo con un movimiento letal que da monedas y salud. Y sí, son tan espectaculares como útiles.

Esto, combinado con un sistema de combos heredado del ADN de Streets of Rage 4, hace que quieras pelear con estilo.
¿La mejor parte? Las oleadas. Normalmente en otros juegos son un relleno tedioso; aquí son una invitación al caos. Cuando ves venir a diez enemigos de golpe, en lugar de estresarte te emociona el reto que vendrá
Exploración ninja estilo mini-Metroidvania
Cada nivel es más que un simple pasillo lineal: son pequeños Metroidvanias encapsulados, con caminos bloqueados que solo puedes abrir al desbloquear nuevas habilidades. Puedes terminarlo de manera directa si solo quieres la historia, pero los completistas tienen razones de sobra para volver y reexplorar.
El gran pero: el mapa es confuso. Sega pensó que era buena idea marcar los secretos con un color que no desaparece aunque ya los hayas encontrado. Resultado: terminas revisitando zonas sin saber si de verdad te falta algo o si el juego solo quiere hacerte perder tiempo.

Es un detalle que rompe la fluidez, y duele porque el resto del diseño está muy pulido. Aun así, la estructura de exploración le da a Shinobi una frescura que lo diferencia del simple arcade de antes.
Presentación: arte para colgar en un museo gamer
Visualmente, Art of Vengeance es una joya. Lizardcube ya había demostrado que sabe hacer animaciones a mano con un estilo vibrante, pero aquí se superaron. Cada sprite parece sacado de un anime de alto presupuesto, con escenarios que respiran detalle y una cámara dinámica que añade espectáculo.
Un ejemplo: Neo City, una metrópolis lluviosa llena de neones que parece salida de Blade Runner. Estás peleando en un puente mientras la cámara se aleja y la lluvia salpica la pantalla. Es imposible no quedarte con la boca abierta.
La música también merece aplausos. Sega trajo de vuelta al maestro Yuzo Koshiro, acompañado de Tee Lopes (Sonic Mania). El resultado es una mezcla gloriosa de sintetizadores ochenteros con beats modernos.
Es como si tu ninja interior hubiera contratado a un DJ personal para acompañar cada decapitación.
Dificultad: reto justo con salvavidas opcional
Aquí Sega se cuidó de no caer en la trampa del “soulslike para sufrir”. El juego tiene reto, sí, pero nunca al punto de la frustración absurda. Puedes ajustar la dificultad, reducir daño o acortar checkpoints si lo deseas.

Los puristas dirán que así se vuelve demasiado fácil. Pero la verdad es que esto no le quita mérito: el corazón del juego está en la fluidez del combate, no en hacerte repetir veinte veces el mismo jefe. El balance logrado es ideal: reto para los que quieren sudar, accesibilidad para los que solo buscan repartir espadazos y divertirse.
El gran defecto: el síndrome del completista frustrado
El único lunar del juego aparece cuando decides ir por el 100%. Ahí sí el diseño te juega en contra. El mapa torpe y el backtracking pesado hacen que conseguir todos los amuletos y secretos se vuelva tedioso.

No es un problema que arruine la experiencia general, pero sí deja claro que Sega y Lizardcube no terminaron de pulir la parte más “Metroidvania”. El juego brilla en el combate y la presentación, pero cuando lo exprimes al máximo, notas que todavía hay espacio para mejorar.
Un acierto total con Shinobi: Art of Vengeance
Al final, Shinobi: Art of Vengeance no solo revive a una franquicia olvidada: la reinventa con un respeto y creatividad que pocas veces vemos en la industria. Combina nostalgia con ideas frescas, ofrece un combate delicioso y se ve tan bien que debería exhibirse en galerías.
Sí, tiene sus fallos, pero lo que logra es enorme: devolver a Shinobi a la conversación moderna sin sentirlo como un simple homenaje. Si este es el estándar que Sega piensa aplicar a sus otros resucitados (Jet Set Radio, Crazy Taxi, Golden Axe), entonces que sigan abriendo la bóveda, porque con este nivel de calidad, nadie se va a quejar.
Shinobi: Art of Vengeance es el ninja que Sega nos debía desde hace décadas. Más rápido, más brutal y más espectacular que nunca.
Definitivamente es el mejor Shinobi hasta la fecha y un regreso que no sólo honra al pasado, sino que lo mejora a niveles que nunca imaginamos.
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Cine
La Máquina, The Smashing Machine – Reseña
La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.

La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.
La cinta está escrita y dirigida por Ben Safdie, el mismo detrás de Diamantes en bruto, y protagonizada por Dwayne Johnson y Emily Blunt. Si en aquella ocasión Safdie sacó lo mejor de Adam Sandler, la pregunta es: ¿logró hacer lo mismo con “La Roca”? Aquí te lo platico.

Lo bueno de La Máquina, The Smashing Machine
La película tiene un estilo visual muy atractivo, logrando que te sientas totalmente dentro de la época. Los colores brillantes y el granulado le dan un toque artístico que la hace destacar entre otras biografías deportivas. Además, el enfoque semidocumental, con cámara en mano y planos que parecen seguir a los personajes en todo momento, le da un aire muy realista, como si estuviéramos viviendo los eventos en primera persona.
Las peleas son simplemente brutales. Safdie logra transmitir toda la crudeza del deporte, su intensidad y lo peligroso que puede ser. El diseño de sonido es sobresaliente: se escuchan los impactos, los huesos que parecen romperse y el dolor de los luchadores con un realismo que incomoda, pero justo eso lo hace efectivo.
El soundtrack acompaña perfectamente los momentos clave, reforzando la emoción en los puntos más intensos y dando identidad a la historia.
En cuanto a las actuaciones, Emily Blunt interpreta a Dawn Staples, la novia de Mark Kerr. Desde hace tiempo está consolidada como una gran actriz, y aquí lo vuelve a demostrar con un papel entrañable, cariñoso, pero también desesperante en ocasiones. Su presencia da un gran equilibrio a la cinta y complementa bien el drama personal de su pareja.

Y llegamos al punto que muchos esperaban, Dwayne Johnson. Mucho se ha dicho que La Máquina representa su mejor papel hasta la fecha, e incluso se comentó que recibió una ovación de 15 minutos por su actuación. La verdad es que sí, probablemente esta sea su interpretación más lograda. Sin embargo, hay que ser honestos, la vara no estaba muy alta.
Johnson cumple con creces en las escenas más caóticas o contenidas, pero cuando la historia le exige profundidad emocional o vulnerabilidad, su desempeño se siente limitado. Es una buena actuación, pero no algo tan impresionante como para aplaudirle durante un cuarto de hora.
Lo malo de La Máquina, The Smashing Machine
Tal vez el punto más negativo de La Máquina, The Smashing Machine, es que por momentos se siente fragmentada y apresurada, como si se hubieran saltado varios años o eventos importantes en la vida del protagonista. Esta narrativa irregular en la línea del tiempo de la historia hacen que se sienta entrecortada y apresurada.
De igual formase tratan de retratar los primeros pasos de la UFC, aunque ese aspecto se siente pobremente desarrollado, aunque lo intentan, no se logra entender del todo la relevancia de lo que están construyendo.

Tal vez el desenlace puede resultar algo anticlimático para algunos, ya que el tercer acto tiene un cierre sobrio o realista, pero personalmente, lo encontré desconectado del tono serio y dramático general de la historia, puede sonar un tanto absurdo en relación con lo que la cinta venía construyendo, pero a fin de cuentas es basado en una historia real.
Además, hay un intento de mostrar un conflicto interno en el protagonista, pero nunca llega a sentirse realmente grave o profundo. Tomándose meramente como una insinuación de problemas, pero sin el peso necesario para justificar el cambio que la trama propone.
¿Vale la pena La Máquina, The Smashing Machine?
La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.
Aunque tiene fallas en su ritmo y un cierre discutible, sobresale por su dirección visual, realismo, y por ofrecernos una versión más contenida y humana de Dwayne Johnson.
No es una obra maestra ni una revolución del género, pero sí un paso adelante en la carrera actoral de “La Roca” y un relato lo suficientemente sólido como para mantenerte pegado a la pantalla hasta el final.
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La Máquina, The Smashing Machine - Reseña
Overall
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Trama
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Dirección
The Smashing Machine - Review
La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.
Reseñas
Little Nightmares III | Reseña sin spoilers
Por fin llega Little Nightmares III desarrollado nuevamente por Supermassive Games y publicado por Bandai Namco. ¿Qué tal está? Aquí te lo contamos.

¿Es “Little Nightmares III” una entrega refrescante o más de lo mismo?
Desde el lanzamiento de su primer entrega, Little Nightmares demostró que los temores más “simples” (como el propio miedo a la obscuridad o los pasillos desolados de la escuela) siempre pueden regresar para crearnos nuevamente pesadillas, ahora llega Little Nightmares III desarrollado nuevamente por Supermassive Games y publicado por Bandai Namco y que sigue la estructura de sus antecesores, pero con la diferencia de tener un gameplay enfocado para dos jugadores, pero ¿Sigue conservando la magia del terror que en entregas anteriores? o ¿Ya ha pasado de moda el soft horror que ofrece? A continuación les cuento.

Escapando de Nowhere
En Little Nightmares III tomaremos el control de Low o de Alone, los protagonistas de esta historia y quienes buscan escapar de Nowhere, siendo que el otro personaje será controlado por la I.A. si lo estamos jugando en solitario o por una amiga o amigo en modo cooperativo local o en línea.
Al igual que entregas anteriores la estructura del juego es igual, pasar del punto A al punto B en escenarios en 2D mientras vamos resolviendo algunos acertijos y escapando de los monstruos que acechan cada nivel sorteando los distintos obstáculos que se nos presenten en la huida.

Asimismo el terror del juego se basa en maximizar los horrores nocturnos y temores psicológicos que muchos hemos tenido, desde muñecas antiguas y tétricas de porcelana, hasta educadoras gruñonas listas para castigarnos, pero trasladados a la fantasía como los imaginábamos cuando éramos más jóvenes, todo combinado con escenarios lúgubres, deprimentes e invadidos por una obscuridad que nos hace recordar el miedo más básico, el miedo a lo desconocido, (aunque para esta tercera entrega eso es casi inexistente).
Cooperando para sobrevivir en Little Nightmares III
Para esta entrega el gameplay se ha enfocado en una experiencia cooperativa entre dos jugadores, uno controlando a Low y el otro a Alone, cada personaje cuenta con una herramienta que ayudará a resolver ciertos acertijos o acabar con algunos enemigos de manera cooperativa, Low cuenta con un arco y flechas, en tanto que Alone tiene una llave inglesa, ambas insisto pueden ser usadas como herramientas o armas.
Pero no se preocupen, el juego cuenta con un modo para un solo jugador, en cuyo caso será la I.A. quien controle al otro personaje el cual responde muy bien para resolver acertijos o acabar con enemigos, haciendo que sea una experiencia entretenida sin frustraciones el jugar en solitario.

Los controles son precisos y responsivos, lo que se agradece sobre todo para ciertos momentos del juego en donde se espera que todo fluya como una escena de escape tipo película de terror y fluya como tal y en PS5 las cualidades del DualSense son aprovechadas para generar un poco de tensión (aunque no mucha) al jugador.
Gran diseño de personajes y escenarios
Algo que ha caracterizado a esta saga de juegos es su diseño de personajes al lograr transmutar el terror que provoca algo cotidiano y volverlo una verdadera pesadilla y Little Nightmares III no es la excepción, entregándonos geniales monstruos salidos de nuestros más profundos miedos en escenarios de pesadumbre, pero que lamentablemente no logran transmitir ese ambiente de tensión y de horror que vimos en entregas pasadas y ello se debe a un soundtrack y efectos de sonido que esta vez no terminan de envolver al jugador, algo que ni siquiera sus gráficos (que son mejores a juegos pasados) logran salvar.

“Little Nightmares III” es una interesante propuesta para iniciarse en el género de terror, pero que se siente inferior a sus predecesores
Pese a todo lo anterior el juego se sigue sintiendo como una experiencia ligera de terror, siendo el medio ideal para adentrarse en este género o para quienes no gustan de experiencias más intensas, siendo la entrega la menos aterradora.
Por lo que en ese sentido, quienes buscan un juego de terror hardcore no lo encontrarán aquí, además de que su duración ciertamente podría ser un obstáculo para los más experimentados ya que toma entre unas 4 o 5 el terminarlo.

Y es que de todos los juegos es éste es el que tiene con los niveles más cortos y con menor variedad de mecánicas, haciendo que se vuelva solo una experiencia de ir de un punto a otro con algunos obstáculos, pero sin sentir un verdadero terror, inclusive en los efectos de sonido y música ya no hay la misma tensión y aunque la saga siempre ha sido una experiencia de terror ligera, los juegos anteriores provocaban cierta tensión para al menos dar una sensación de miedo a lo desconocido, lo cual aquí casi ni vemos.
¿Vale la pena Little Nightmares III?
Little Nightmares III es una entretenida experiencia de terror ligero ideal para quienes buscan algo menos intenso a otros títulos o quienes se inician en los juegos de miedo y ofrece suficiente diversión sobre todo en su modo cooperativo local o en línea, aunque también es muy disfrutable en solitario; y aunque los elementos que hicieron entrañable a esta saga están presentes como el suspenso, las fobias, los terrores nocturnos y los diseños de personajes grotescos y escenarios tétricos, es imposible no sentir que estamos ante una versión inferior a entregas anteriores, con niveles más cortos, menos escabrosos y aún menos explorables y sin esa atmósfera de terror/tensión que nos capturaban en juegos pasados, siendo además el de más corta duración pues toma entre 4 y 5 horas el terminarlo.
Little Nightmares III ya está disponible en PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X|S, Xbox One, Nintendo Switch, Nintendo Switch 2 y PC.
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Little Nightmares III | Reseña
Overall
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Gameplay
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Gráficos
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Audio, soundtrack
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Diseño y dirección.
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Duración
Little Nightmares III - Reseña
Little Nightmares III es una entretenida experiencia de terror ligero ideal para quienes buscan algo menos intenso a otros títulos o quienes se inician en los juegos de miedo y ofrece suficiente diversión sobre todo en su modo cooperativo local o en línea, aunque también es muy disfrutable en solitario; y aunque los elementos que hicieron entrañable a esta saga están presentes como el suspenso, las fobias, los terrores nocturnos y los diseños de personajes grotescos y escenarios tétricos, es imposible no sentir que estamos ante una versión inferior a entregas anteriores, con niveles más cortos, menos escabrosos y aún menos explorables y sin esa atmósfera de terror/tensión que nos capturaban en juegos pasados, siendo además el de más corta duración pues toma entre 4 y 5 horas el terminarlo.
Cine
TRON: ARES (2025) | Reseña
TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.

TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.
La honesta brutalidad con que acá se desmenuzan las películas es una característica que no pienso soltar, por lo que comenzaré confesando que mis expectativas eran casi nulas, las razones se debían a sucesos como la tremenda espera que tuvimos que soportar para la llegada de esta tercer entrega, el cambio de casting/historia (de acuerdo a lo que podíamos suponer del tráiler), pero la razón más poderosa tiene nombre y apellido: Joachim Rønning.
La desconfianza no es meramente personal o subjetiva, sino que se recarga en sus trabajos previos, comenzando por su ópera prima del 2006 llamada “Bandidas”, si esa donde sale Salma Hayek y Penélope Cruz, la lista de infamias continúa más recientemente con “La venganza de Salazar” (2017) y “Maléfica: Maestra del Mal” (2019). Mi lógica me decía que no había manera de que esa trayectoria fuera aquello que se necesitaba para levantar una saga que, después de tantos años, parecía casi muerta. Qué grato es cuando el sexto sentido se equivoca. Tron: Ares llega a pantalla grande con la clara intención de ser un éxito en taquilla sin dejar de lado sus momentos de nostalgia y hasta filosóficos, un viaje que no se van a querer perder.

¿DE QUÉ TRATA “TRON: ARES”?
Una rápida introducción (sospechosamente parecida a lo que puede realizar visualmente hoy en día a una Inteligencia Artificial) nos explica el mundo en el que estamos situados: ENCOM y DILLINGER son las dos grandes compañías tecnológicas que compiten por la vanguardia en su ramo, Sam Flynn (quien fue introducido en “TRON: LEGACY”) ha dejado vacía nuevamente la silla de CEO y es Eve Kim (Greta Lee) la más idónea para tomar el puesto, sin embargo tendrá que ganarle al imparable e inmoral Julian Dillinger (Evan Peters) en la carrera por encontrar la “permanencia”, un código que permitiría que todo aquello que sea “impreso” a nivel partículas por una computadora, sea completamente real.
En esta batalla por el poder tecnológico, Dillinger lleva la delantera como creador de un súper programa llamado “Ares” (Jared Leto), diseñado como Control Maestro de la red de Dillinger y que es capaz de “pasar” al mundo real por algunos minutos, el código le permitiría a Dillinger no solamente ser el poseedor de un súper soldado, sino de una artillería ilimitada que le garantiza un millonario contrato armamentista con el gobierno. Un plan que, aunque maligno, parece no tener falla alguna excepto por la aparición de una consciencia en Ares que hace qué se pregunte si un programa podría ser humano.

LO BUENO DE TRON: ARES
Trent Reznor y Atticus Ross (aunque sagazmente presentados como Nine Inch Nails) son los encargados de la música y lo que tendrán oportunidad de presenciar es un concierto auditivo que no solamente acompaña, sino que participa activamente dentro de la narrativa visual de la historia y sin duda añade emoción y fluidez a la historia (los momentos sin música son muy breves), con beats que harán vibrar el pecho. En entrevista, el director ha dicho la insistencia de los compositores de que la música emergiera de las bocinas frontales, cuando vayan a verla entenderán el por qué tenían toda la razón de que así fuera. La música por sí sola ya vale mucho la pena, pero las virtudes de esta película no terminan ahí.
Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores, el mundo de Tron conocido como “la red” mantiene los vivos colores de sus antecesoras, pero en esa ocasión añaden además un toque de nostalgia en cierta escena que hace honor a la primera entrega sin que se sienta visualmente forzado. “Tron: Ares” es un constante espectáculo visual que combina a la perfección con su música. La película podría verse sin diálogos y aún así ser digna de contemplarse en pantalla grande.
La historia es quizá el punto más endeble de la película y es verdad que tiene momentos que van a necesitar que el espectador fluya con lo que nos propone, sin embargo, vale la pena destacar que intenta ofrecer cierta profundidad en un entorno que se nota meramente de entretenimiento, “Tron: Ares” no es el lugar para preguntas filosóficas y existenciales, de hecho tampoco aborda estos momentos con la mayor seriedad, pero si que pone sobre la mesa terrenos temáticos que se han abordado desde “Frankenstein” o “Pinocho”, incógnitas eternas como ¿Qué nos hace ser humanos? o si ¿Las máquinas pueden llegar a tener deseos y sentimientos? Como dije anteriormente, el objetivo de “Tron: Ares” es convertirse en un blockbuster que haga que el espectador la vea una y otra vez, quizá no está de más exigir que aborde temas importantes de manera más comprometida, pero lo cierto es que los temas ahí están, si quieres desarrollo y complejidad, tal vez debas llevártelos a casa y continuar allá.
La nostalgia, tributos y referencias están presentes, pero no como simple “fan service”, la película les tiene preparadas varias escenas que nos hacen sentir que el corazón y alma del Tron original está presente, más aún, no se olvidan del todo de la película anterior y les aconsejo que no se salgan inmediatamente, ya que hay una escena mid credits que no solo muestra algo de lo que se vendrá en el futuro sino que conecta de manera directa con la película de 1982.

LO MALO DE TRON: ARES
Aunque el humor acierta algunos chistes y el personaje que sirve de alivio cómico está bien definido, el guion se saca una puntadas indefendibles, lo peor es que la mayoría de esos penosos diálogos recaen en el personaje de Jared Leto, si la intención era que Ares causara empatía, lo que en realidad termina generando es incomodidad.
La lógica es el peor enemigo de la saga (quizá desde 1982), así que si están esperando a que su narrativa sea sólida, lógica y comprobable científicamente están buscando en la película equivocada.

¿VALE LA PENA VER TRON: ARES?
Tuve oportunidad de ver “Tron: Ares” en IMAX y es una experiencia que recomiendo mucho si tienen la posibilidad de hacerlo, la música de Nine Inch Nails resalta mucho y al ser parte importante de la película vale la pena que se expongan a las bocinotas del formato, además de que la imagen nítida y de gran tamaño le queda perfecto a su propuesta visual.
Después de tanto tiempo es natural que la desconfianza se haga presente en el espectador, creo que por momentos es evidente que el guion pasó por diversos tratamientos de reciclaje, borradores y correcciones para alejarse lo suficiente de la segunda entrega, pero no por completo para mantener la trilogía y el espíritu de la saga, es por ello que quizá narrativamente no sea perfecta pero ni de cerca, sin embargo se nota también que el objetivo de la película es aprovechar la grandiosidad visual que solo te da una pantalla de cine, un blockbuster sin otra intención que generar taquilla y hacer que los espectadores acudan a las salas, un trepidante viaje lleno de efectos especiales bien logrados y emocionantes peleas, aunque encima de una historia más bien simple, pero bien intencionada, para que los fanáticos (y no tanto) salgan contentos de la sala y con ganas no solo de ver más, sino de visitar a las anteriores.
Recomiendo mucho “Tron: Ares” como producto de entretenimiento, que aunque muchos insisten, no está del todo vacío, en el fondo las intenciones de hacer crecer la saga se combinan con el respeto a las entregas anteriores, temáticamente hablando se queda algo corto en sus críticas tecnológicas, pero la humanidad está presente, a pesar de la robótica actuación de Jared Leto, quien no ha parado de elegir un fracaso tras otro, “Tron: Ares” puede ser la película que rompa la maldición y espero que así sea.
Encuentran “TRON: ARES” en salas mexicanas a partir de este 09 de octubre y recuerden darle las gracias y ser amables con la inteligencia artificial de su preferencia porque cuando se subleve es mejor que nos considere de su lado.
TRON: ARES - Review
Overall
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Música
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Efectos Especiales
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Historia
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Actuaciones
TRON: ARES - Reseña
Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido, sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores.
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