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“Rifkin´s Festival” | Reseña sin spoilers

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Woody Allen regresa, como casi cada año, a la pantalla grande. Hace tiempo que esto dejó de ser un suceso esperado ¿Es hora de romper la maldición? Acá te contamos.

Desde “What´s Up, Tiger Lily?” (1966) solo en siete ocasiones el director neoyorquino ha fallado en entregar un trabajo de manera anual, siendo “Rifkin´s Festival” su película correspondiente al 2020, sin embargo cabe señalar (y esto a título muy personal), que la última película que me quitó el sueño y despertó mucho interés se remonta al 2008, la entrega de ese año fue “Vicky Cristina Barcelona”, y es que es imposible que una obra tan prolífica no vea mermada su calidad y las temáticas se noten un tanto repetitivas, si a lo anterior le agregamos que a Woody Allen se le está pasando la factura de sus decisiones personales en el pasado, es más que comprensible que su (aparente) inacabable creatividad se vea disminuida entre los conflictos de la edad (cuenta actualmente con 86 años), la condena pública, los dichos de actrices que han trabajado con el y un documental que lo deja muy mal parado.

Para fortuna de todos (y más allá de la inocencia o culpabilidad en su quehacer privado), al parecer está de regreso, con una temática que nos parece más que reconocible a todos los que estemos familiarizados con su trabajo, pero que le dota (por fin) de cierta frescura, no solo abandonando su eterno Nueva York sino dotando a su alter ego de una especie de introspección y auto redención que solo podría dar el tiempo y sus circunstancias, mientras aprovecha el viaje para rendir un sentido tributo a las películas y autores que lo formaron.

¿DE QUÉ TRATA?

El inseguro escritor Mort Rifkin (Wallace Shawn) acude al Festival de San Sebastián sobre todo porque piensa que su esposa Sue (Gina Gershon) está enamorándose de uno de los clientes de su agencia de publicidad, la sensación francesa en el circuito cinematográfico, un pretencioso director de nombre Philippe (Louis Garrel), el mundo del cine y el circuito de festivales (en términos modernos al menos), no son una experiencia grata para Mort, quien está enamorado de los clásicos sobre los cuales en algún momento dio cátedra, todos bajo el sello de nombres consagrados como Orson Welles, Jean-Luc Godard, Akira Kurosawa, François Truffaut o Luis Buñuel.

El constante sentimiento de no pertenencia saca a flote la (tan visitada por Allen) hipocondría de Mort, lo que lo orilla a visitar a la doctora Jo Rojas (Elena Anaya) con quien tiene un enamoramiento casi universitario que pretende nivelar el posible amorío de su esposa. El hermoso paraje hace que los sentimientos salgan a flote, pero los problemas también, lo que lleva a Mort a pensar en el verdadero sentido de la vida (o de la suya al menos).

LO BUENO

La ciudad de Donostia luce maravillosa, acogedora y hasta nostálgica gracias a la cinematografía de Vittorio Storaro (“Apocalypse Now”, “El último Emperador”) que le aporta un dorado casi mágico que contrasta muy bien con el blanco y negro de las secuencias de ensoñación del personaje principal.

El guion es típico de Woody Allen, los fanáticos no extrañarán los comentarios intelectuales y el sarcasmo ingenioso, pero se añade además una introspección pocas veces vista en sus trabajos, además de escenas “prestadas” de grandes clásicos del cine que serán una gozada para cualquier entendido en sus referencias, pero equilibrado en su sentido del humor para aquél que no entienda de donde provienen las secuencias en blanco y negro.

El talento del director y cinematógrafo se unen para regalarnos diversos planos muy bellos, el aspecto visual en general tienen una manufactura muy buena (quizá no espectacular), y aunado a la música y actuaciones puede ser que no se coloque como el mejor trabajo de Allen pero sí de lo más presentable en todos los aspectos que le he visto en los últimos años.

La comedia no perdona los momentos de crítica social, no solamente a las relaciones de pareja (como tanto acostumbra) sino a la industria en la que se ha convertido el cine, un monstruo ávido de dinero que tiene que recurrir a disfrazar lo banal de arte para no sentir remordimientos, definitivamente el cine ya no es lo que solía ser y Woody Allen ha estado más de cincuenta años en primera fila para atestiguarlo, para bien o para mal la industria ha cambiado, los medios de entrega han cambiado y sin tomar partido alguno creo que es valiosa la percepción de un director hecho (todavía) a la vieja escuela.

Salvo algunos momentos, el ritmo es muy bueno y el final es un toque agridulce que resulta en la cereza del pastel.

LO MALO

Como ocurre con casi cualquier creativo, es muy posible que el toque del director se sienta por momentos repetitivo y a pesar de las sutiles diferencias no me sorprenderá que muchos tilden a esta película como “una más” dentro del acervo del neoyorquino.

La coproducción estadounidense, española e italiana, así como el entorno en el que se desarrolla la historia justifica muy bien el reparto variopinto de la historia, sin embargo no estoy seguro de si la elección de éste fue la mejor, lo que hace que la historia se sienta un poco fuera de balance en cuanto al trabajo actoral de algunos de sus interpretes.

Las referencias directas a la obra de los directores arriba mencionados pasarán desapercibidas para aquellos que no estén acostumbrados a ver películas del siglo pasado, si bien (como dije arriba), no es requisito para “entenderle” a la trama, si que será uno de los puntos más fuertes de la historia, un tributo en general que pasará de largo a cierto parte del público.

El ego (golpeado pero no extinto) del director hace que la historia gire alrededor del personaje principal sin permitirle (casi) a los demás personajes presentar un arco que tenga que ver más allá de la relación que tienen con Mort, lo que la hace por momentos en un monólogo que los más acostumbrados entenderán, pero que se hubiera agradecido un trato más redondo para con los personajes secundarios.

VEREDICTO

Sin estar a la altura de las obras que hicieron de Woody Allen un ícono y referente cultural (hoy golpeado y venido a menos), “Rifkin´s Festival” resulta un respiro en una serie de obras muy medianas, donde se nota el exilio comercial del que ha sido objeto este director, lo que se refleja en un guion, quizá igual de personal que todos los anteriores, pero distinto en su autopercepción y pertinente en la reflexión que hace de el mismo (a través de su alter ego) sobre la importancia y el valor de las cosas, el regreso a las eternas preguntas que mueven a la humanidad, en lugar del regodeo en las mismas historias, en los mismos “problemas”, muchas veces abordados simplemente por moda o en busca de algún beneficio económico y la retribución en taquilla.

No me cabe duda que los fanáticos de este director sabrán que esperar, el reto es con aquéllos que se quieran acercar por primera vez a su estilo, aquéllos enemigos que se echó a la bolsa por sus problemas personales, la soberbia que un día lo llevó a no asistir a la entrega de premios Oscar (a pesar de llevarse la estatuilla) es de alguna manera puesta sobre la mesa, lo que se siente no como un arrepentimiento o redención sino como el hecho de que dentro de toda su pedantería, son temas que también se ha llevado a la cama para la reflexión.

A veces el mejor cine es el más humano, el cine que confundimos con aburrido, porque la vida no es siempre dinámica, no es siempre feliz, no es siempre cómica como no puede ser siempre trágica y en medio de tantas secuencias irreales, Woody Allen nos entrega un pedacito muy real de sí mismo y por ende de las relaciones humanas, con la esperanza de que, como Mort, nosotros también hagamos un autoexamen y revisemos los actos que nos han llevado al día de hoy, si tenemos el poder de cambiar, de mejorar, si no es demasiado tarde. Lo único que puedo opinar es que si a los 85 años Woody Allen está proponiendo esto, seguramente todos tenemos la oportunidad de buscar nuestro sentido en la vida.

La película estrena el día de hoy 20 de enero en algunas salas nacionales y recomiendo mucho que no se pierdan la oportunidad de ver la propuesta de un neurótico amante del cine.

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La Máquina, The Smashing Machine – Reseña

La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.

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La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.


La cinta está escrita y dirigida por Ben Safdie, el mismo detrás de Diamantes en bruto, y protagonizada por Dwayne Johnson y Emily Blunt. Si en aquella ocasión Safdie sacó lo mejor de Adam Sandler, la pregunta es: ¿logró hacer lo mismo con “La Roca”? Aquí te lo platico.

Lo bueno de La Máquina, The Smashing Machine

La película tiene un estilo visual muy atractivo, logrando que te sientas totalmente dentro de la época. Los colores brillantes y el granulado le dan un toque artístico que la hace destacar entre otras biografías deportivas. Además, el enfoque semidocumental, con cámara en mano y planos que parecen seguir a los personajes en todo momento, le da un aire muy realista, como si estuviéramos viviendo los eventos en primera persona.

Las peleas son simplemente brutales. Safdie logra transmitir toda la crudeza del deporte, su intensidad y lo peligroso que puede ser. El diseño de sonido es sobresaliente: se escuchan los impactos, los huesos que parecen romperse y el dolor de los luchadores con un realismo que incomoda, pero justo eso lo hace efectivo.

El soundtrack acompaña perfectamente los momentos clave, reforzando la emoción en los puntos más intensos y dando identidad a la historia.

En cuanto a las actuaciones, Emily Blunt interpreta a Dawn Staples, la novia de Mark Kerr. Desde hace tiempo está consolidada como una gran actriz, y aquí lo vuelve a demostrar con un papel entrañable, cariñoso, pero también desesperante en ocasiones. Su presencia da un gran equilibrio a la cinta y complementa bien el drama personal de su pareja.

Y llegamos al punto que muchos esperaban, Dwayne Johnson. Mucho se ha dicho que La Máquina representa su mejor papel hasta la fecha, e incluso se comentó que recibió una ovación de 15 minutos por su actuación. La verdad es que sí, probablemente esta sea su interpretación más lograda. Sin embargo, hay que ser honestos, la vara no estaba muy alta.
Johnson cumple con creces en las escenas más caóticas o contenidas, pero cuando la historia le exige profundidad emocional o vulnerabilidad, su desempeño se siente limitado. Es una buena actuación, pero no algo tan impresionante como para aplaudirle durante un cuarto de hora.

Lo malo de La Máquina, The Smashing Machine

Tal vez el punto más negativo de La Máquina, The Smashing Machine, es que por momentos se siente fragmentada y apresurada, como si se hubieran saltado varios años o eventos importantes en la vida del protagonista. Esta narrativa irregular en la línea del tiempo de la historia hacen que se sienta entrecortada y apresurada.

De igual formase tratan de retratar los primeros pasos de la UFC, aunque ese aspecto se siente pobremente desarrollado, aunque lo intentan, no se logra entender del todo la relevancia de lo que están construyendo.

Tal vez el desenlace puede resultar algo anticlimático para algunos, ya que el tercer acto tiene un cierre sobrio o realista, pero personalmente, lo encontré desconectado del tono serio y dramático general de la historia, puede sonar un tanto absurdo en relación con lo que la cinta venía construyendo, pero a fin de cuentas es basado en una historia real.

Además, hay un intento de mostrar un conflicto interno en el protagonista, pero nunca llega a sentirse realmente grave o profundo. Tomándose meramente como una insinuación de problemas, pero sin el peso necesario para justificar el cambio que la trama propone.

¿Vale la pena La Máquina, The Smashing Machine?

La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.

Aunque tiene fallas en su ritmo y un cierre discutible, sobresale por su dirección visual, realismo, y por ofrecernos una versión más contenida y humana de Dwayne Johnson.

No es una obra maestra ni una revolución del género, pero sí un paso adelante en la carrera actoral de “La Roca” y un relato lo suficientemente sólido como para mantenerte pegado a la pantalla hasta el final.

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La Máquina, The Smashing Machine - Reseña
Overall
3.8
  • Trama
  • Actuaciones
  • Fotografia
  • Dirección

The Smashing Machine - Review

La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.

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DEMIÁN BICHIR REGRESA A LA CIUDAD DE MÉXICO PARA CELEBRAR EL ESTRENO DE TELÉFONO NEGRO 2

El actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir estuvo presente en la alfombra roja de Teléfono Negro en México.

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Demian Bichir en la alfombra roja de Teléfono Negro 2 en México.

El actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir estuvo presente en la alfombra roja de Teléfono Negro en México.

Universal Pictures México celebró en Cinemex Antara el estreno de Teléfono Negro 2, la esperada secuela del fenómeno de terror de 2022 que cautivó a la crítica y al público mundial.   

Demián Bichir en el muro de la fama de Cinemex.

El evento contó con la presencia del actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir, quien desfiló por la alfombra roja y presentó la película ante medios, creadores de contenido e invitados especiales.

“Este filme es especial porque es una película de terror de la más alta manufactura artística. El director Scott Derrickson es un autor cuya visión está a la altura de cualquier director especializado en drama o películas de corte artístico. Lo impresionante de esta película es que te tiene un terror psicológico tan fino que no depende de los sustos fáciles, apoyados en efectos especiales o de sonido, para transmitir el terror que sientes sus personajes, que son muy humanos y por eso la película te conmueve hasta las lágrimas”, dijo el actor durante su paso por la alfombra roja. 

En esta nueva entrega, Bichir interpreta a Mando, el dueño del campamento Alpine Lake, un hombre marcado por un pasado turbulento que dedica su vida a proteger a los niños bajo su cuidado.

“Me encantó mi personaje porque está alejado de todos los estereotipos prejuiciosos que muchas veces Hollywood se encarga de reforzar respecto a los latinos. No es una coincidencia que Armando sea mexicano, ya que sólo nosotros los hermanos latinos somos capaces de empatizar y proteger a nuestros seres queridos de esta manera tan particular”.   

El personaje, detalló Demián, fue inspirado por figuras reales de ascendencia mexicana que influyeron en la juventud del director Scott Derrickson, quien además firma el guion junto a C. Robert Cargill, basados en los personajes creados por autor Joe Hill.

La historia retoma los eventos cuatro años después de la primera película: Finn (Mason Thames), el único sobreviviente de El Raptor, intenta rehacer su vida tras el secuestro, mientras su hermana Gwen (Madeleine McGraw) comienza a recibir visiones inquietantes que la llevan a Alpine Lake, un campamento donde el mal vuelve a manifestarse… y el teléfono vuelve a sonar.

Producida por Jason Blum, Scott Derrickson y C. Robert Cargill, la cinta cuenta con las actuaciones de Ethan Hawke, Mason Thames, Madeleine McGraw, Demián Bichir, Arianna Rivas, Miguel Mora, Jeremy Davies, Maev Beaty y Graham Abbey.

Teléfono Negro 2 combina terror psicológico, elementos sobrenaturales y una narrativa emocional que explora el trauma, la fe y la redención. La primera entrega, estrenada en 2022, recaudó más de 160 millones de dólares a nivel mundial y consolidó a El Teléfono Negro como una de las franquicias de terror más exitosas de Universal Pictures y Blumhouse.
Teléfono Negro 2 estrena en cines el 16 de octubre, distribuida por Universal Pictures México.

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TRON: ARES (2025) | Reseña

TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.

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TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.

La honesta brutalidad con que acá se desmenuzan las películas es una característica que no pienso soltar, por lo que comenzaré confesando que mis expectativas eran casi nulas, las razones se debían a sucesos como la tremenda espera que tuvimos que soportar para la llegada de esta tercer entrega, el cambio de casting/historia (de acuerdo a lo que podíamos suponer del tráiler), pero la razón más poderosa tiene nombre y apellido: Joachim Rønning.

La desconfianza no es meramente personal o subjetiva, sino que se recarga en sus trabajos previos, comenzando por su ópera prima del 2006 llamada “Bandidas”, si esa donde sale Salma Hayek y Penélope Cruz, la lista de infamias continúa más recientemente con “La venganza de Salazar” (2017) y “Maléfica: Maestra del Mal” (2019). Mi lógica me decía que no había manera de que esa trayectoria fuera aquello que se necesitaba para levantar una saga que, después de tantos años, parecía casi muerta. Qué grato es cuando el sexto sentido se equivoca. Tron: Ares llega a pantalla grande con la clara intención de ser un éxito en taquilla sin dejar de lado sus momentos de nostalgia y hasta filosóficos, un viaje que no se van a querer perder.

¿DE QUÉ TRATA “TRON: ARES”?

Una rápida introducción (sospechosamente parecida a lo que puede realizar visualmente hoy en día a una Inteligencia Artificial) nos explica el mundo en el que estamos situados: ENCOM y DILLINGER son las dos grandes compañías tecnológicas que compiten por la vanguardia en su ramo, Sam Flynn (quien fue introducido en “TRON: LEGACY”) ha dejado vacía nuevamente la silla de CEO y es Eve Kim (Greta Lee) la más idónea para tomar el puesto, sin embargo tendrá que ganarle al imparable e inmoral Julian Dillinger (Evan Peters) en la carrera por encontrar la “permanencia”, un código que permitiría que todo aquello que sea “impreso” a nivel partículas por una computadora, sea completamente real.

En esta batalla por el poder tecnológico, Dillinger lleva la delantera como creador de un súper programa llamado “Ares” (Jared Leto), diseñado como Control Maestro de la red de Dillinger y que es capaz de “pasar” al mundo real por algunos minutos, el código le permitiría a Dillinger no solamente ser el poseedor de un súper soldado, sino de una artillería ilimitada que le garantiza un millonario contrato armamentista con el gobierno. Un plan que, aunque maligno, parece no tener falla alguna excepto por la aparición de una consciencia en Ares que hace qué se pregunte si un programa podría ser humano.

LO BUENO DE TRON: ARES

Trent Reznor y Atticus Ross (aunque sagazmente presentados como Nine Inch Nails) son los encargados de la música y lo que tendrán oportunidad de presenciar es un concierto auditivo que no solamente acompaña, sino que participa activamente dentro de la narrativa visual de la historia y sin duda añade emoción y fluidez a la historia (los momentos sin música son muy breves), con beats que harán vibrar el pecho. En entrevista, el director ha dicho la insistencia de los compositores de que la música emergiera de las bocinas frontales, cuando vayan a verla entenderán el por qué tenían toda la razón de que así fuera. La música por sí sola ya vale mucho la pena, pero las virtudes de esta película no terminan ahí.

Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores, el mundo de Tron conocido como “la red” mantiene los vivos colores de sus antecesoras, pero en esa ocasión añaden además un toque de nostalgia en cierta escena que hace honor a la primera entrega sin que se sienta visualmente forzado. “Tron: Ares” es un constante espectáculo visual que combina a la perfección con su música. La película podría verse sin diálogos y aún así ser digna de contemplarse en pantalla grande.

La historia es quizá el punto más endeble de la película y es verdad que tiene momentos que van a necesitar que el espectador fluya con lo que nos propone, sin embargo, vale la pena destacar que intenta ofrecer cierta profundidad en un entorno que se nota meramente de entretenimiento, “Tron: Ares” no es el lugar para preguntas filosóficas y existenciales, de hecho tampoco aborda estos momentos con la mayor seriedad, pero si que pone sobre la mesa terrenos temáticos que se han abordado desde “Frankenstein” o “Pinocho”, incógnitas eternas como ¿Qué nos hace ser humanos? o si ¿Las máquinas pueden llegar a tener deseos y sentimientos? Como dije anteriormente, el objetivo de “Tron: Ares” es convertirse en un blockbuster que haga que el espectador la vea una y otra vez, quizá no está de más exigir que aborde temas importantes de manera más comprometida, pero lo cierto es que los temas ahí están, si quieres desarrollo y complejidad, tal vez debas llevártelos a casa y continuar allá.

La nostalgia, tributos y referencias están presentes, pero no como simple “fan service”, la película les tiene preparadas varias escenas que nos hacen sentir que el corazón y alma del Tron original está presente, más aún, no se olvidan del todo de la película anterior y les aconsejo que no se salgan inmediatamente, ya que hay una escena mid credits que no solo muestra algo de lo que se vendrá en el futuro sino que conecta de manera directa con la película de 1982.

LO MALO DE TRON: ARES

Aunque el humor acierta algunos chistes y el personaje que sirve de alivio cómico está bien definido, el guion se saca una puntadas indefendibles, lo peor es que la mayoría de esos penosos diálogos recaen en el personaje de Jared Leto, si la intención era que Ares causara empatía, lo que en realidad termina generando es incomodidad.

La lógica es el peor enemigo de la saga (quizá desde 1982), así que si están esperando a que su narrativa sea sólida, lógica y comprobable científicamente están buscando en la película equivocada.

¿VALE LA PENA VER TRON: ARES?

Tuve oportunidad de ver “Tron: Ares” en IMAX y es una experiencia que recomiendo mucho si tienen la posibilidad de hacerlo, la música de Nine Inch Nails resalta mucho y al ser parte importante de la película vale la pena que se expongan a las bocinotas del formato, además de que la imagen nítida y de gran tamaño le queda perfecto a su propuesta visual.

Después de tanto tiempo es natural que la desconfianza se haga presente en el espectador, creo que por momentos es evidente que el guion pasó por diversos tratamientos de reciclaje, borradores y correcciones para alejarse lo suficiente de la segunda entrega, pero no por completo para mantener la trilogía y el espíritu de la saga, es por ello que quizá narrativamente no sea perfecta pero ni de cerca, sin embargo se nota también que el objetivo de la película es aprovechar la grandiosidad visual que solo te da una pantalla de cine, un blockbuster sin otra intención que generar taquilla y hacer que los espectadores acudan a las salas, un trepidante viaje lleno de efectos especiales bien logrados y emocionantes peleas, aunque encima de una historia más bien simple, pero bien intencionada, para que los fanáticos (y no tanto) salgan contentos de la sala y con ganas no solo de ver más, sino de visitar a las anteriores.

Recomiendo mucho “Tron: Ares” como producto de entretenimiento, que aunque muchos insisten, no está del todo vacío, en el fondo las intenciones de hacer crecer la saga se combinan con el respeto a las entregas anteriores, temáticamente hablando se queda algo corto en sus críticas tecnológicas, pero la humanidad está presente, a pesar de la robótica actuación de Jared Leto, quien no ha parado de elegir un fracaso tras otro, “Tron: Ares” puede ser la película que rompa la maldición y espero que así sea.

Encuentran “TRON: ARES” en salas mexicanas a partir de este 09 de octubre y recuerden darle las gracias y ser amables con la inteligencia artificial de su preferencia porque cuando se subleve es mejor que nos considere de su lado.

TRON: ARES - Review
Overall
4.3
  • Música
  • Efectos Especiales
  • Historia
  • Actuaciones

TRON: ARES - Reseña

Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido, sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores.

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