Una bella dirección de arte, una enternecedora historia y un gameplay sencillo pero divertido hacen de NEVA uno de los mejores juegos del año.

Después de su debut con el lanzamiento de GRIS, este 2024 Nomada Studios lanzó su segundo juego: NEVA; el cual guarda muchas similitudes con su antecesor pero a la vez se siente como una propuesta y experiencia completamente nueva.  A continuación les cuento el porqué deben de jugar NEVA y prepararse para uno de los juegos más emotivos del año.

Una entrañable historia maternal que hará que las lágrimas estén presentes.

En NEVA controlaremos a Alba, quien tendrá a su cuidado a una loba cachorra, Neva, quien queda huérfana después de que una entidad obscura atacara el bosque; a lo largo del juego tendremos que ir guiando y cuidando a Neva durante las distintas estaciones del año, mientras buscamos acabar con la obscuridad que amenaza la vida misma.

Superficialmente pareciera la clásica historia del bien contra el mal, pero conforme vamos avanzando en el juego nos damos cuenta que es más una historia sobre la maternidad/paternidad y todo lo que ello conlleva: desde cuidar a un pequeño lobo, lidiar con su etapa rebelde y claro, darle su independencia, todo planteado de manera emotiva y como parte del gameplay, logrando así que tengamos desde un inicio una conexión con Neva y sentir que en verdad estamos a su cuidado.

La narrativa del juego se basa mucho en la interacción y conexión de Alba y Neva, siendo su vínculo el que provoque distintas emociones en el jugador desde los primeros minutos y hasta su conclusión, dándonos varios momentos llenos de emotividad.

Gameplay sencillo pero por demás entretenido.

NEVA es un juego de acción/plataformas en 2D, muy similar a GRIS, pero con una dificultad un poco mayor, pero que sigue sintiéndose un tanto fácil, sobre todo para los “hardcore”, no obstante, es muy entretenido y gracias a su encantadora historia nos mantiene enganchados hasta su conclusión.

Su control es muy sencillo, con un botón designado para ataque, salto, esquivar, etcétera; los movimientos básicos para un juego de este estilo, todos muy responsivos, así que no, no  manteniendo las mecánicas de juego sencillas puesto que el objetivo del juego es contar su historia y hacerla accesible para todo el público, pero insisto, no por ser sencilla su jugabilidad deja de ser divertido.

Una bella dirección de arte en NEVA

Claro que uno de los mayores atractivos del juego es su dirección de arte, la cual es bellísima, haciendo este uno de sus mayores atractivos y lo primero que llama la atención para darle una oportunidad, para posteriormente quedarse por su historia y narrativa, aunado a un espectacular y envolvente soundtrack que acompaña cada momento y escenario de manera perfecta, sobre todo en las distintas Estaciones del año.

Conclusión.

NEVA es un bello juego de acción/plataformas en 2D que gracias a su gameplay y controles sencillos lo hacen una experiencia accesible para todas las personas, sobretodo para disfrutar su emotiva historia contada de una manera impecable gracias a su cautivante narrativa y su bellísima dirección de arte; sin embargo temas como lo fácil que se llega a sentir el juego y su duración (toma de 4 a 5 horas el terminarlo), aún y cuando cuenta con algo de rejugabilidad, pueden alejar a jugadores, no obstante, si le dan una oportunidad se darán cuenta que es de lo mejor de este 2024.

NEVA ya está disponible en PlayStation 5. PlayStation 4, Xbox Series X|S, Nintendo Switch y PC.

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“Lo que hacemos en vida, resuena en la eternidad” ¿Resonará esta secuela que tardó 24 años en llegar? Te contamos qué tal está Gladiador 2 en nuestra reseña sin spoilers.

En el ahora lejano año 2000, conocimos por primera vez la trágica historia de Máximo Décimo Meridio, un general convertido en esclavo, posteriormente comprado como gladiador y finalmente liberador de una nación, la película fue todo un éxito en taquilla, terminó con cinco premios Oscar bajo el brazo (entre ellos “mejor película”) y quedó para siempre en el corazón de sus fanáticos que se saben de memoria la respuesta de Máximo cuando le preguntan por su nombre (aprovecha este espacio para recitarlas en tu cabeza). Es por todo lo anterior que una secuela parece algo impensable y aunque se estuvo maquinando cierto tiempo, la idea no se pudo concretar hasta ahora.

Para la complicada tarea Ridley Scott volvió a hacer equipo con el guionista David Scarpa como para quitarse la espinita que les dejó “Napoleón” (2023) y parece que en esta ocasión si le dieron al clavo, presentando un blockbuster mucho más estructurado que la pifia napoleónica de hace tan solo un año y con los elementos necesarios para que el público disfrute el espectáculo que Scott y su equipo les tienen preparados.

¿DE QUÉ TRATA “GLADIADOR II”?

Han pasado dieciséis años desde la “muerte” del emperador Marco Aurelio, el imperio romano está ahora bajo las despiadadas órdenes de los gemelos Geta (Joseph Quinn) y Caracalla (Fred Hechinger) cuya ambición de poder los lleva a la expansión del territorio y conquista, contrario a los deseos de paz del acaecido Marco Aurelio. El más reciente objetivo es Numidia, última ciudad libre en la “Nueva África” y a pesar de la férrea resistencia de sus defensores, la ciudad cae ante el poderío del ejército romano liderado por el valeroso General Marco Acacio (Pedro Pascal), es en esta cruenta batalla que conocemos a Hanno (Paul Mescal), un valiente soldado que pierde a su esposa bajo las órdenes de Acacio y que por lo tanto guarda en su corazón un enorme rencor y el deseo de venganza.

Hanno es tomado como esclavo y posteriormente comprado como gladiador por Macrino (Denzel Washington) quien le ofrece la oportunidad de cumplir su venganza si se convierte en su mejor gladiador, Hanno acepta y comienza un camino de odio lleno de acción y batallas que son apenas el comienzo de esta épica historia que cambiará el futuro de todo un imperio.

LO BUENO

Lo primero que saldrá a relucir es el buen diseño de producción y ambiente de acción que se mantendrá por el resto de la película, no pasan ni diez minutos cuando tendrán ante sus ojos una gran batalla que será apenas el comienzo y pretexto para ir construyendo poco a poco las intenciones de su personaje. En este sentido, vale la pena destacar el gran trabajo de un hombre que rebasa los ochenta años y que se sigue atreviendo a manejar una historia de estas proporciones, que ya no muestra tanto el cuidado en el detalle y cinematografía como tal, pero que fabrica una historia muy fluida y llena de escenarios enormes para lo cual se ayuda tanto de efectos especiales como cientos de extras y locaciones reales para que en conjunto nos sitúe en la cruel temporalidad que propone.

Si bien los efectos especiales no son perfectos, son más que suficientes en los momentos clave, el presupuesto de más de 300 millones de dólares se hace notar, pero a esa presentación visual grandilocuente (y a veces rebasada por su ambición) se le añade también un gran trabajo por parte de los stunts, coreógrafos y actores para que nosotros como espectadores podamos disfrutar emocionantes batallas.

El trabajo del reparto es muy bueno y el reflector está siempre encima de Paul Mescal quien se echa en sus hombros los momentos más dramáticos de la historia, pero es sin duda Denzel Washington el que amenaza constantemente con robarse el protagonismo de la historia, gracias también a un guion que nos esconde sus antecedentes e intenciones con la finalidad de ser la base piramidal sobre la cual se sostiene prácticamente toda la historia.

Al trabajo actoral se le suma la música, a cargo de Harry Gregson-Williams (“La casa Gucci”, “El último duelo”) quien aumenta con sus composiciones la acción, el drama, pero sobre todo al aspecto épico durante toda la película, labor para la cual se recarga también (por qué no decirlo) en algunas de las melodías de Hans Zimmer que nos regresan a la película anterior.

El mayor acierto de esta continuación es aceptarse como incapaz de superar a su antecesora a nivel frontal, por lo que cambia el tono de la historia y se nota mucho más la búsqueda de un espectacular blockbuster, de esos que hacen que nos emocionemos frente a una pantalla como más recientemente lo han logrado “Top Gun: Maverick” (2022) o “Misión Imposible: Sentencia Mortal” (2023), sacrificando una mejor construcción dramática o suspenso político, para echar todo el presupuesto en volver realidad grandes y hasta ilógicos enfrentamientos a los cuales solamente les faltó un mejor apretón de tuercas en sus acabados.

Las casi dos horas y media (que se quedan siete minutos cortas frente a su antecesora) tiene un ritmo acelerado dirigido a las nuevas audiencias y no para de ser auto referencial tanto en sus diálogos como en momentos visuales y hasta auditivos para apelar a la nostalgia, esto en conjunto es algo positivo pero también tiene sus elementos negativos que serán abordados más adelante.

LO MALO

Es una lástima que su propia campaña de promoción funcione en su contra, si no han visto el tráiler realmente los envidio y les aconsejo que sigan así hasta el punto de ver la película y es que a pesar de que tampoco se trata de una historia tan compleja, el tráiler si que se encarga de revelar gran parte de la trama y un punto crucial que la película intenta esconder lo más que puede.

El ritmo acelerado que se elogió antes, también trae consigo la complicación de que no le alcance el tiempo como para que la empatía hacia el protagonista sea mayor, fuera de algunos pocos regresos hay adiciones que solo giran alrededor de Paul Mescal y no se les da la construcción que se merecen porque la acción constante se consumen la mayor parte del tiempo, al final del día es funcional y el personaje de Denzel Washington podría decirse que salva el día, pero no deja de ser un agujero dentro de su desarrollo.

La línea que divide el tributo y repetir la misma película es muy delgada, no son pocos los momentos que nos remiten a la antecesora y hay varias escenas “espejo” que apelan a la nostalgia, pero que impiden momentáneamente que la película brille más por sí misma y dependa siempre de la sombra, el recuerdo, la gloria de su protagonista anterior.

Aunque el apartado visual, los efectos especiales y CGI para ser específico, es cumplidor a gran escala, son los detalles los que quedan a deber, si a esto le agregamos algunos excesos narrativos provenientes del cerebro de su creador la cosa se complica (para mal) aún más, está bien, es una película cien por ciento palomera, pero definitivamente hay momentos que nos pudimos haber ahorrado o al menos presentarlos de mejor manera.

VEREDICTO

El deseo de Ridley Scott por continuar una historia que terminó de manera tan sólida era un proyecto que podía terminar muy mal, afortunadamente para todos nosotros sale avante a su manera, las comparaciones serán inevitables y es imposible superar una historia tan querida, la cual además lleva madurando más de veinte años, pero que su director tuvo la gran visión de llevar su historia por otros caminos estilísticos, que ante la sequía de grandes y millonarios blockbusters hollywodenses (entretenidos para variar) incluso se agradece, el guion de David Scarpa se esfuerza por darles a los fanáticos una lluvia de referencias para aplaudir cada que salga algo de Máximo, quizá los diálogos no están a la altura de los inspiradores discursos de aquel primer gladiador, pero hacen lo suficiente para mantener la trama, más importante aún, apoyan el mayor logro de esta película: una oportunidad al espectador de olvidarse de los problemas cotidianos y sumergirnos durante dos horas en un épico fantasioso mientras devoramos nuestras palomitas.

Es justo decir que la inspiración cinematográfica de Ridley Scott no está al nivel de “Alien”, “Blade Runner”, es más ni siquiera a la altura de la propia “Gladiador”, pero creo que tampoco aspiraba a eso, la película se siente en todo momento como un gran espectáculo, casi se puede escuchar el eco de la voz de Máximo preguntándonos si “estamos entretenidos”, afortunadamente, auguro que en la mayoría de casos, la respuesta será SÍ.

Aconsejo ver “Gladiador II” en la sala más grande que encuentren para acercarnos lo más posible a la experiencia cinemática que su director y equipo nos ofrecen, definitivamente no será una secuela que alcance la gloria de otras que han incluso superado a la original, pero bajo su propio estilo e intención, yo diría que está casi a la par. Vayan a ver “Gladiador II” y descubran ustedes mismos si todo lo que aquí se dijo es verdad o mejor echamos esta reseña a los leones.

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La banda sueca Amon Amarth nos transportó al Valhalla durante hora y media en su primera presentación en solitario en tierras aztecas.

Aunque no es la primera vez que la banda liderada por la poderosa voz de Johan Hegg toca en México, sí que es la primera vez que lo hace fuera de algún circuito festivalero y en esta ocasión cerrando su gira “Heidrun Over Latin America” que los llevó por países como Brasil, Ecuador, Uruguay, Bolivia, Costa Rica, además de las ediciones del Knotfest en Argentina y Chile.

Para calentar los ánimos tuvieron a un invitado muy especial, ni más ni menos que a la leyenda Kerry King en su etapa post-Slayer quien no se quedó con las ganas de regalarles al público algunas de las pesadas canciones de la legendaria banda. Los horarios oficiales marcaban las 9:30 de la noche como la hora señalada para la aparición de la banda, tan solo unos minutos después del horario establecido las luces del recinto se apagaron y comenzó una noche de gran espectáculo en la que los guerreros aztecas se dieron la mano con los vikingos que se hicieron presentes esa noche.

Una manta negra con el símbolo de la banda cubría el escenario mientras sonaba una canción instrumental que nos daba la bienvenida a las puertas del Valhala para segundos después caer y la banda se nos revelara con el sencillo “Guardians of Asgard”, musicalmente la banda no tiene falla alguna y el sonido de la Arena Ciudad de México los presentaba de manera clara y fuerte, sin embargo lo segundo que inevitablemente salta a la vista es el gran escenario con el que la banda se presentó, el cual comenzó con la batería de Jocke Wallgren montada en un gran casco vikingo el cual tenía dos pantallas por ojos, además de dos grandes inflables que asemejaban guerreros vikingos de piedra. El set continuó con “Raven´s Flight” , momento que aprovecharon para mostrarnos también el elemento pirotécnico que traía su show, por lo menos diez lanzallamas que adornaban en todo momento un show que no dejó de sonar bien en ningún momento hasta el final.

“Buenas noches México, ¿Cómo están cabrones?” fue el saludo con el que Johan Hegg nos dio la bienvenida a la “fiesta vikinga” en un español más que decente para continuar con “Pursuit of Vikings”, momento que hizo saltar a los presentes mientras coreaban los primeros guitarrazos de la canción, la Arena Ciudad de México no estaba llena en su totalidad pero si a unos dos tercios al frente que nos permitieron estar muy cómodos a nosotros y contentos a la banda que se mostraban felices y llenos de energía.

Para la cuarta canción se nos vino el primer elemento teatral de la noche y es que en “Deceiver of the Gods” hizo presencia el mismísimo Loki quien fue empujado y expulsado del escenario con una patada del vocalista. El elemento teatral no desapareció y en “Tattered Banners And Bloody Flags” dos guerreros vikingos se colocaron a cada lado de la batería para ondear unas banderas ensangrentadas con el símbolo de la banda continuando el ánimo por lo más alto con la canción “Heidrun”, con la participación activa del público para el coro.

Las estatuas vikingas se despedían en “War of the gods” y fue también en esta canción en donde tuvo lugar una curiosidad y es que rumbo al final de la canción hay una parte de guitarras gemelas por parte de ambos guitarristas, vocalista y bajista desaparecen un momento del escenario para colocarle los reflectores a ambos músicos en cada extremo del escenario cuando de pronto uno le lanzó al otro la plumilla para que después de atraparla en el aire siguiera la canción, un momento épico.

Las luces se apagan por completo mientras el público grita el nombre de la banda y son interrumpidos por sonidos de oleaje golpeando, mientras que en la oscuridad nuevos inflables con forma de barco vikingo ocupan los dos extremos del escenario, así como un nuevo fondo que nos remitía a una tormenta marina y darle paso así también a uno de los momentos más interactivos de la noche con “Put your back into the Oar”, momento en el que Johan Hegg solicita al publico que se sienten y remen a su comando las naves vikingas a las que hace referencia la canción, el centro de General A, dos zonas en General B y hasta parte del público desde sus asientos en gradas se encargaron de remar ese imaginario barco en el que nos trepó de manera mágica esta banda.

Las peleas vikingas regresan en “The way of the vikings” mientras la canción suena de fondo y unos ojos inyectados de sangre aparecen en las pantallas del gigantesco casco que soporta la batería, el concierto continúa sin fallas aparentes en el sonido, quizá algo saturado los bombos pero todo lo demás suena fuerte y limpio, los asistentes responden saltando y cantando casi todas las canciones,

La banda se toma el tiempo de agradecer a su equipo y al público mexicano, sacando los cuernos vikingos para brindar al grito de “Skol” para que una vez terminadas sus bebidas continúen con “Raise your horns” mientras el público respondió gritando el cántico del coro y elevando sus manos o sus vasos. Parecía que ya nada podría superar la enorme cantidad de energía que la banda sueca nos había brindado ya, pero la oscuridad del escenario y una corta espera, fueron el presagio de un tremendo cierre con las luces simulando una terrible tormenta eléctrica para que Johan Hegg pudiera aparecer cargando el Mjölnir mientras un inflable con forma de monstruo marino (que enfrentó posteriormente el vocalista) hiciera su aparición detrás de la batería y ocupando prácticamente todo el escenario.

Después de 16 canciones, solamente puedo aportar lo que espero este recuento de hechos les haya dado una idea del conciertazo que tuve la suerte de presenciar, es verdad que el escenario elegido tuvo sus propias complicaciones debido a su tamaño, pero el público se portó a la altura y los espacios vacíos estaban llenos de energía y mucho corazón que ya quisieran otras bandas, Amon Amarth cerró su gira Latinoamericana en México y parece que se fueron contentos con el calor del público mexicano, en una noche vikinga de la cual tuvimos que salir del espejismo al abandonar el recinto y regresar al tráfico azteca. Ojalá hays tenido oportunidad de estar ahí, si te lo perdiste creeme que Amon Amarth es una banda que se debe ver en vivo al menos una vez en la vida.

Y ya para cerrar, ¿Sabes qué significa “Amon Amarth”? Les preguntamos a algunos fanáticos y esto nos respondieron.

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