Apenas ha pasado un año desde que lanzamos Like A Dragon: Infinite Wealth, y ahora, después de jugar Like A Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, esperamos que pasen algunos años más hasta que podamos jugar a Yakuza 9.

Ojo, no es que Pirate Yakuza sea un mal juego. Es solo que me habría gustado más si me hubieran dado tiempo para extrañar su mundo, en vez de soltarme otra vez en las mismas calles, con los mismos personajes y jugando a los mismos minijuegos de hace un año.

El estilo de Goro en Like A Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii

Esta vez, el legendario ciclón humano llamado Goro Majima despierta en una playa (porque claro, ¿dónde más?), con amnesia y en calzoncillos, seis meses después de los eventos de Infinite Wealth.

Lo lógico en estos casos es reunir una tripulación de piratas, surcar los mares y enfrentarse a un sindicato criminal en busca de un tesoro legendario. Porque Majima no sabe hacer las cosas a medias.

El juego se desarrolla en Madlantis, una especie de Las Vegas flotante llena de bribones con patas de palo, además de algunas islas más pequeñas y, oh sorpresa, el mapa completo de Hawái de Infinite Wealth.

La historia tiene su encanto y Majima sigue siendo un imán de caos, pero la jugabilidad se siente más reciclada que una botella de plástico.

Un juego perfecto para los fans de la franquicia

Si llevas tiempo en la serie Like A Dragon y te encantan sus tonterías gloriosas, este juego será como un bufé de comedia absurda. Pero si este es tu primer rodeo, podrías sentir que te metiste a una broma interna de 15 horas sin haber escuchado el chiste principal.

El problema principal es que la serie siempre ha reutilizado escenarios, pero el regreso a Hawái se siente demasiado pronto.

Pasamos cerca de 100 horas ahí en Infinite Wealth y, honestamente, no teníamos tantas ganas de volver tan rápido.

Madlantis tiene un tamaño decente, pero las otras áreas del juego son básicamente glorificados pasillos entre escenas de historia. Hay islas repartidas por ahí, pero son poco más que arenas de combate con un cambio de paleta de colores.

Un gameplay ya familiar

Y hablando de combate… Pirate Yakuza da un paso atrás al abandonar el sistema RPG y volver a las peleas de acción clásica.

En teoría suena bien, pero en la práctica significa que te la pasas repitiendo los mismos movimientos contra enemigos que parecen haber salido de una fotocopiadora. Hack and slash sin profundidad, sin variedad y sin alma.

La parte “pirata” del juego tampoco ayuda. El combate naval es funcional, pero muy sencillo dejando al lado el aspecto tactico.

Las batallas siempre se sienten iguales y la IA de los barcos enemigos tiene la astucia de una gaviota . Cuando dañas lo suficiente un barco, toca abordarlo… lo que básicamente significa otra pelea monótona contra marineros random.

Al menos puedes reclutar personajes excéntricos para tu tripulación, lo que aporta un poco de diversión al caos.

El viaje en barco es, irónicamente, lo menos emocionante del juego.

La exploración es limitada, la navegación es lenta y pasas tanto tiempo yendo y viniendo entre Hawái y Madlantis que parece que trabajas en Uber Marítimo. El juego lo sabe y te permite viajar rápido con facilidad, lo que es casi como admitir que navegar no es divertido.

Eso sí, Majima sigue siendo Majima, y escucharlo desvariar sobre cualquier cosa sigue siendo un placer. Es por eso que Pirate Yakuza in Hawaii es un juego bueno pero no imprescindible. Los superfans lo disfrutarán porque es más Like A Dragon, pero para los demás puede sentirse como un relleno innecesario en una serie que ya se está saturando.

Ideal para fans pero no para todos

Desde 2020 hemos tenido dos RPGs de más de 100 horas, Like A Dragon: Ishin, The Man Who Erased His Name y ahora Pirate Yakuza in Hawaii. Es demasiado. Y lo peor es que este juego ni siquiera es un cierre de etapa, sino un aperitivo para el próximo gran título. RGG Studio no parece dispuesto a frenar.

Si eres un adicto a Like A Dragon, adelante, súbete al barco y disfruta del delirio. Pero si solo eres un fan casual, probablemente puedas saltarte esta entrega y esperar a algo que realmente traiga vientos frescos a la franquicia. Porque, sinceramente, ya hemos surcado estas aguas antes.

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Espías, traiciones, dobles caras, mentiras y un matrimonio, son los elementos que Steven Soderbergh reúne en este nuevo thriller que te mantendrá con la duda hasta el final.

El guionista David Koepp es un veterano que comenzó en 1988 y su pluma es la responsable de grandes argumentos y adaptaciones como “Soldados de Juguete” (1991), “La muerte le sienta bien” (1992), “Jurassic Park” (1993) o “La ventana Secreta” (2004), el género de espías e historias de misterio tampoco son desconocidas para el escritor que ha estado detrás de “Misión Imposible” (1996), “Ojos de serpiente” (1998) o “La habitación del pánico” (2002). Poner sobre la mesa algunas de las cartas de este guionista tiene el objetivo de resaltar el guion sólido (algo tramposo) de esta película, en un periodo histórico en el que mantener al público con la incertidumbre sin que el final se vuelva predecible es bastante complicado.

Por otro lado, tenemos a Steven Soderbergh, un director que ha demostrado ser versátil a la hora de embarcarse en distintos géneros y que acá se le nota una madurez técnica/visual que de manera muy sobria y formalista le da a “Código Negro” el toque de una clásica historia de espías sin que se note avejentada. Esta es apenas la introducción de una película que creo vale la pena para que acudan al cine y apuesten por el desenlace, pero sigan leyendo para enterarse de más detalles. No se preocupen, esta reseña estará libre de spoilers, les dejo la resolución del misterio a ustedes.

¿DE QUÉ TRATA “CÓDIGO NEGRO”?

El agente George Woodhouse (Michael Fassbender) es letal, meticuloso y despiadado a la hora de desenmascarar mentirosos, un especialista en el llamado “detector de mentiras”, así como reconocido con el grado de leyenda dentro de su corporación, por lo que la opción de elegirlo para descubrir a un intruso dentro de la agencia era la más obvia, de no ser porque entre los cinco sospechosos se encuentra la también agente Kathryn St. Jean (Cate Blanchett), otra leyenda de la organización, pero además esposa de George.

El corazón de George se niega a creer que su esposa haya sido la traidora dentro de la agencia, pero sabe también que no es su corazón sino su frio y calculador cerebro el que lo ha llevado al nivel en el que se encuentra, así que empieza el cuestionamiento y caza de los cinco sospechosos con el objetivo de encontrar al responsable y evitar que se use el peligroso programa que este (o esta) se ha robado de las oficinas. Es así como comienza este juego de dobles caras, que sube de nivel cuando todos los involucrados son expertos en mentir.

LO BUENO DE “CÓDIGO NEGRO”

Steven Soderbergh nos presenta a a George en un plano secuencia que lo sigue desde la calla hasta un bar, para luego salir por puerta trasera de vuelta a la calle, decisión que le obliga a una coreografía a la que se suma la aportación del diseño sonoro y fotografía para combinar los elementos de esta escena inicial que tiene como propósito colocar el conflicto a resolver. Dicha escena no solamente tiene un rápido efecto dramático y narrativo que nos pone en total contexto de lo que va a tratar la historia, sino que además nos deja en claro el nivel técnico/visual en el que se moverá el resto de la película. Nada mal si añadimos a la mezcla que fue el propio Soderbergh quien estuvo encargado de la cinematografía y edición.

Todo el reparto hace un gran trabajo, teniendo en cuenta que (para efectos de la película), todos deben generar tanto empatía como sospecha en el espectador como para que el desenlace sea sorpresivo y lo logran de manera correcta, incluso el frío personaje de Fassbinder quien tiene su equilibrio en el amor que siente por el personaje de Blanchett, pero se les unen complejos personajes de apoyo, tan efectivos en sus trabajo como desequilibrados en sus vidas privadas, un buen trabajo de escritura y desarrollo de personajes que se agradece en películas de este tipo.

El corazón de la historia está en las relaciones personales, pero sobre todo en el tema del matrimonio, el cual de manera consensual se podría esperar que esté basado en la confianza y transparencia entre los involucrados, agregar el elemento de sospecha y duda a personajes cuyo modo de vivir es precisamente guardar secretos es lo que la vuelve tan interesante.

La película evita caer en la tentación de convertir este misterio en una película de acción, ya sea por temas presupuestales o meramente narrativos y de origen, prefiere encerrar la tensión en momentos más íntimos, una que otra escena y el diseño de producción para con la agencia mantiene la credibilidad y poderío de esta nueva organización de espías, pero sin duda no es en los disparos y peleas en donde está concentrado el director para contar su historia.

LO MALO DE “CÓDIGO NEGRO”

El guion está demasiado concentrado en colocar pistas falsas para confundir al espectador y llegado el final deja un sentimiento de que todo está demasiado amarrado, la trayectoria es buena y disfrutable, pero (al menos eso me ocurrió a mi) me sentí muy manipulado como para que el cierre se sienta sólido y creíble. En este sentido, no son pocas las veces que los personajes tomas decisiones muy convenientes para que la historia siga avanzando y los móviles detrás de todo el conflicto pasan casi a segundo término.

El estilo elegido por Steven Soderbergh para mostrarnos este mundo de espías es demasiado elegante y civilizado, antepone el sentimiento artístico al dramático y les resta cierta humanidad a sus personajes, este elemento en específico choca con el elemento visceral que da arranque al conflicto, que quizá es entretenido de ver, pero insisto, es demasiado conveniente para llevar a buen término los objetivos estéticos y narrativos de esta historia que en un inicio no parecía que combinaran.

VEREDICTO: ¿QUÉ TAL ESTÁ “CÓDIGO NEGRO”?

El director se nos muestra en muy buena forma con dos películas al mismo tiempo en cartelera, “Código Negro” es una interesante propuesta de espías que no diré que no hayamos visto antes, pero sí que se agradece que se intente algo nuevo y que a la vez se recarga en el estilo clásico del noir, con un reparto cumplidor y dentro de una historia que se esfuerza por mantener su misterio hasta el final.

Si estás en busca de una película que combine el estilo cuidado de Soderbergh con la emoción del suspenso contenido y minimalista, entonces “Código Negro” es una muy buena opción para ti. Acude al cine a partir del 13 de marzo y apuesten con sus acompañantes acerca de quién es el traidor, el que gane no paga sus palomitas.

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La revolución en la comedia sí fue televisada.

Saturday Night Live es un late show de comedia de variedades con una relevancia en la televisión como pocas producciones y es que no se exagera cuando se dice que cambió la manera de hacer comedía, tanto así que 50 años después de su estreno sigue transmitiendo (claro, con elenco distinto), y de igual manera su éxito repercutió en la televisión internacional con programas que copiaron o se inspiraron en su peculiar fórmula,

Ahora y gracias a nuestros amigos de Sony Pictures México a las salas de cine Saturday Night: La Noche que Cambió la Comedia, película que retrata los noventa minutos previos al estreno del primer episodio en vivo de NBC´s Saturday Night (nombre original del show) y cómo fue que sus productores y elenco tuvieron que luchar para lograr tener la oportunidad de demostrar que tenían un gran programa por ofrecer, aún cuando nadie creyera en ellos ¿vale la pena? A continuación les cuento.

La noche que lo cambió todo.

Como mencioné, Saturday Night: La Noche que Cambió la Comedia, película que retrata los noventa minutos previos al estreno del primer episodio en vivo de NBC´s Saturday Night (ahora Saturday Night Live) y a nivel de producción lo hace de manera espectacular: vestuario, escenarios, los actores, inclusive el filtro de la cámara, todo está hecho para remontarnos a mediados de los 70’s.

Sí son fans del show y han visto los episodios clásicos, de manera inmediata notarán la bien lograda caracterización que se hizo de ellos y es que hasta el elenco fue seleccionado de tal manera que hubiera un parecido con ellos; la película está protagonizada por Gabriel LaBelle, Cooper Hoffman, Rachel Sennott, Ella Hunt, Emily Fairn, Kim Matula, Lamorne Morris, Dylan O’Brien, Cory Michael Smith, Willem Dafoe y Matt Wood.

Y aunque se trata de una recreación de este hecho, su director, Jason Reitman, se acercó a toda persona que estuvo involucrada (y que aún vive) para retratar de la manera más fiel posible el cómo fueron la hora y media previa al estreno del show, con todo y los pormenores y drama que hubo e inclusive, la tensión por el hecho de tal vez no transmitirse, con lo que logra imprimirle un nivel más realista.

Las actuaciones de todo el elenco son impecables, se sienten muy reales en el sentido de ser un elenco de comediantes y productores desconocidos que están teniendo su primera gran oportunidad.

Y aunque tiene muchos elementos de comedía, no es en sí una comedía, sino que se enfoca más en el drama que envolvió el show previó a su estreno con varias personas augurando su fracaso, el no tener cien por ciento bien estructurado el show y el enfrentarse a mentes cuadradas con un proyecto completamente nuevo, así que sí hay risas, pero no esperen encontrarse con ver la recreación del primer episodio y los varios chistes y sketches que hay en éste.

De igual manera cuenta con varios chistes que funcionan como juegos de palabras en inglés y que si bien en su mayoría se encuentran bien adaptados en su traducción al español, hay algunos que se pierden en la misma traducción.

Conclusión.

Saturday Night: La Noche que Cambió la Comedia es un drama con toques de comedía que nos cuenta cómo fueron los noventa minutos previos al estreno del primer episodio de Saturday Night y lo hace de una manera impecable, su producción, dirección y actuaciones logran hacer que el público sienta que está viendo una grabación detrás de cámaras de cómo se logró que se trasmitiera el show; eso sí, no esperen ver una comedía o reírse a carcajadas, pues insisto, se trata más del estrés y drama que hubo poco antes de que se televisara uno de los programas más icónicos de la comedía estadounidense, por lo que lo ideal es al menos estar familiarizados con el show para disfrutar de ésta película.

Saturday Night: La Noche que Cambió la Comedia ya se proyecta en todas las salas de cine de México.

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