Hoy en día todos pueden jugar TETRIS, pero la aventura de un hombre para que esto fuera posible, es digna de una película. ¿Qué tal está la nueva producción original de Apple TV? Acá te lo contamos.
Cuando pensamos en videojuegos, ya no podemos separar las intrincadas narrativas, los asombrosos gráficos, las constantes y distintas emociones al movernos por paisajes (a veces) salidos de nuestros más locos sueños, pero a finales de 1980 las cosas eran muy distintas y en muchos sentidos la industria era apenas un joven en crecimiento (que ya había enfrentado sus propias crisis), las llamadas “arcades” ya eran un éxito, pero la batalla de las consolas caseras se encontraba en un punto crucial, un juego tan simple en sus reglas, como eficaz en su jugabilidad, sería la herramienta perfecta para distanciar el éxito entre una consola y otra, TETRIS era ese juego y cualquiera interesado en los videojuegos podía verlo, pero solo un hombre podía lograrlo.
Un pequeño inconveniente alejaba a cualquiera del éxito: el juego (ahora por todos conocido) tuvo su origen en Moscú y traer los derechos de una propiedad bajo las reglas del comunismo no era tarea fácil, por lo que la película plantea la enorme aventura (y desventuras) que tuvieron que atravesar todos los involucrados para lograr lo imposible. ¿Vale la pena ver este relato en pantalla? Sigue leyendo y te respondemos con detalle.

¿DE QUÉ TRATA “TETRIS”?
La historia nos presenta primero a Henk Rogers (Taron Egerton), un desarrollador de videojuegos que mientras se encuentra en una convención en Las Vegas tratando de vender su propio juego, se encuentra de manera fortuita con “TETRIS”, el primer paso será convencer al banco de que le preste dinero para poder comprar los derechos y así comenzar a distribuirlo, pero esa es apenas la punta del iceberg con el que tendrá que enfrentarse, ya que las negociaciones con Moscú no son del todo claras, Robert Stein (Toby Jones) es el primero en quererse beneficiar de este juego y se irán agregando cada vez más personajes históricos, como el magnate de los videojuegos Robert Maxwell (Roger Allam) y su hijo Kevin (Anthony Boyle) que también tienen la mira puesta sobre el juego y se convierten en los principales rivales comerciales en el objetivo de Henk.
La historia nos lleva desde Las Vegas a Tokyo, pasando por la sede de Nintendo en Seattle, para tener sus momentos más tensos en Rusia, en donde las negociaciones por el videojuego se convierten rápidamente en un juego de espías y decisiones gubernamentales que hacen de la película todo un disfrute.

LO BUENO
La propuesta visual de la película se apoya en momentos con “imágenes de 8 bits” y hasta una narrativa de videojuego que comienza con la elección de personaje y la división de la historia en “niveles”, un guiño muy importante y lleno de nostalgia para cualquier gamer, pero atractivo para aquellos que no hayan tocado una consola en su vida.
El guion, que de acuerdo a los productores Henk Rogers y Alexey Pajitnov (creador del juego) es muy cercano a lo que ocurrió en la realidad, tiene la habilidad de convertir una historia hasta cierto punto “simple” en algo más cercano al género de espías y suspenso gracias al traslado de la narrativa a la fría Unión Soviética, lugar en el que cada uno de los movimientos del personaje principal es estudiado minuciosamente, no solamente por lo que intenta, sino porque como occidental capitalista es casi enemigo público número uno. Es justo también destacar que se mantiene el suspenso y tensión hasta el final, los momentos más ligeros o de humor son acertados y contados, como para evitar restarle seriedad y peligro a la aventura, sin librarse de alguno que otro cliché que ya se tocará en su momento.
La elección del soundtrack es muy buena, con canciones muy conocidas en la cultura popular (sobre todo de la época) pero reversionadas en ruso para algunos momentos clave, todo esto en apoyo de la fluidez de la historia sin que se sientan forzados.
El reparto en general hace un buen trabajo (no excepcional para ser honestos), sobresaliendo un poco Taron Egerton quien carga gran parte de los momentos dramáticos y Toby Jones en los breves momentos en los que participa, muy superior la entrega del reparto “ruso” en comparación con el resto, pero insisto en que es un departamento que sale a flote y cumple su cometido.

LO MALO
El guion no puede escapar de ciertas convenciones en favor del personaje principal, lo cual ayuda a que la narrativa no se detenga, pero que como espectadores tenemos que pasar por alto.
La película propone un subtexto que, como en los mejores tiempos del cine estadounidense en plena guerra fría, hace un duro señalamiento sobre las prácticas políticas y sociales de la Unión Soviética vapuleada por “Rocky IV” (1985), exaltando siempre el “sueño norteamericano” y por lo tanto rebajando algunos de sus momentos más dramáticos con algo de patriotismo y agradecimiento al capitalismo. No es este el lugar para filosofar sobre los beneficios o perjuicios de uno u otro pensamiento político/social, solamente me concreto a lo que, dentro de su narrativa, propone la película.
Los prostéticos aplicados al actor Roger Allam no son los mejores que se han visto en la historia del cine, cumplen su función, no distraen (mucho) de la historia, pero es mi deber señalarlo.

VEREDICTO
Para mí fue una enorme y grata sorpresa ver todo lo que Henk Rogers tuvo que pasar con tal de traer al resto del mundo un juego sin fecha de caducidad (y por qué no decirlo, llevarse en el proceso millones de dólares), en este sentido el director Jon S. Baird (“Filth”, “El Gordo y El Flaco”) lo hace de muy buena manera, sin dejar de lado los easter eggs que harán gritar de emoción a los más familiarizados con el tema, pero con la habilidad suficiente para ser entretenida de manera universal (así como el juego del que trata), y que tiene además la bondad de desbloquear uno que otro recuerdo con respecto al público de más edad, cuya niñez haya transcurrido en el periodo que atraviesa la historia.
Con una buena manufactura en su aspecto técnico, no tengo miedo de señalar que los puntos más altos se alcanzan gracias a su propuesta visual. “TETRIS” es una historia que tiene emoción, suspenso, dosis de drama y mucha tensión, en una negociación que nos incluye como testigos silenciosos dentro de una dura y cambiante Unión Soviética en pleno declive de Mijaíl Gorbachov.
Esta nueva entrega llegará hasta ustedes como parte de los próximos “Apple Original´s” que la plataforma lanzará, y será a partir del 31 de marzo cuando podrán verla desde la comodidad de su casa o pantalla de preferencia y que como quedó claro en párrafos anteriores, recomiendo que le den una oportunidad, ya que estoy seguro que los hará pasar un momento agradable, pero sobre todo para que sean ustedes mismos quienes juzguen la calidad por la que está apostando Apple Tv en esta cruenta batalla del streaming.