Una remasterización tan bien lograda que parece un remake.

Tras el innegable éxito de Persona 5 y su creciente popularidad, Atlus y SEGA se han encargado de traernos en remasterizaciones, remakes o nuevos juegos, varios de los juegos que forman parte del universo de Shin Megami Tensei, y siempre que lo hacen lo hacen de maravilla (aunque siempre hay una oveja negra ¿no Soul Hackers 2?). Ahora llega a plataformas de actual generación Raidou Remastered: The Mystery of the Soulless Army, remasterización del jeugo lanzado originalmente en PS2 y que es spin-off de Demon Summoner, juego que además de mejorar gráficos, mejora por mucho su gameplay y mecánicas para adaptarse a tiempos modernos ¿Vale la pena para los fans de Persona o Shin Megami Tensei? ¿Qué tal cumple para nuevas audiencias? A continuación les cuento.

El detective invoca demonios.

Raidou Remastered: The Mystery of the Soulless Army se sitúa ne Japón en 1931, poniéndonos en el papel del joven detective Raidou, quien tiene la habilidad de contactar e invocar demonios y quien debe investigar el secuestro de la joven Kaya, lo que la llevará a investigar distintas partes de Tokyo para resolver el misterio y evitar el fin del mundo.

Con una premisa sencilla, el juego poco a poco va escalando de menos a más como todo buen RPG y aunque llega a haber puntos predecibles, no deja de ser interesante, sobre todo por el carisma y desarrollo de personajes.

Jugabilidad como los mejores action/RPG contemporáneos.

Raidou Remastered: The Mystery of the Soulless Army desde su lanzamiento en PS2 fue un action/RPG, sin embargo su jugabilidad en ese entonces era un poco lenta, aún para la época, lo cual cambia por completo en esta remasterización, en la que se siente y se juega como un action/RPG moderno: en cada combate “se abre” una zona donde podremos movernos libremente para atacar al oponente con movimientos cuerpo a cuerpo, magias, ítems y claro el uso de los Demonios que tengamos a nuestra disposición, además también de poder esquivar, saltar y cubrirnos de los ataques del oponente.

Dentro de los combates podremos usar ataques cuerpo a cuerpo, pudiendo hacer uso de la espada, la lanza y el hacha, cada una con ataques y habilidades distintas dependiendo el combate que vayamos a tener y es que es de los juegos que, aunque tengamos un arma favorita, el juego nos invita a probar todas ante distintos tipos de  enemigos ya que la lanza ayuda a los combates contra varios oponentes y el hacha aunque algo más lenta, da golpes contundentes y ayuda a romper defensas; pero el mayor atractivo es el uso del arma de fuego que es una especie de mini-juego dentro de los combates bastante fresco y que le dá aún más versatilidad al juego.

De igual manera varias de las clásicas mecánicas de los “MegaTen” están presentes, como el explotar las debilidades de los rivales ante los elementos que son vulnerables y el uso de los Demonios que conocemos de las distintas sagas de Atlus, los cuales aquí se manejan de una manera un tanto distinta; dentro de cada batalla podremos invocar a dos de los que llevemos en nuestra party, quienes atacarán de manera autónoma a los rivales, y aunque toman un rol de soporte, debemos estar al pendiente de su salud y del tipo de ataque que manejan. SIendo aún más importante el mejorar, encontrar y fusionar demonios para alcanzar nuevos niveles de poder que el ir adquiriendo experiencia.

Además del combate, tendremos que ir investigando distintas partes de la ciudad e ir descubriendo pistas, para lo cual también haremos uso de los Demonios, ya que dependiendo de su tipo, nos ayudarán a encontrar dichas pistas o llegar a nuevos lugares conforme vayas avanzando en el juego.

Todo esto hace que se sienta como un juego completamente nuevo, aún si nunca tuvieron un acercamiento con su versión del PS2 notarán que su jugabilidad y mecánicas están bien adaptadas para tiempos modernos y es que además de los cambios en el combate, fueron integrados “qualities of life” para nuevas generaciones y para el público en general para hacer mucho más amena la experiencia como el tener la opción de un “salvado rápido” para poder pausar la partida en cualquier momento, menús más intuitivos y hasta el tener la opción de “saltarnos” los combates contra los enemigos más débiles, evitando que se vuelva algo repetitivo o tedioso.

Mejoras a nivel técnico.

A nivel gráfico también tuvo una clara mejora, pareciendo que todo está re-hecho, y aunque no tiene los gráficos impresionantes de lo que sería un remake en forma como lo hemos visto en Persona 3 Reload, sí luce bastante atractivo considerando que es un juego de hace 20 años y que se le haya dado el tratamiento para darnos uno de los mejores juegos remasterizados, corriendo perfectamente a 1080p a 60FPS en PS5  sin caídas de framerate.

Su soundtrack y sonido en general también se  encuentran remasterizados y suenan increíbles, los juegos de Shin Megami Tensei y sus spinoffs siempre destacan por sus increíbles soundtracks y este juego no es la excepción.

Conclusión.

Raidou Remastered: The Mystery of the Soulless Army es una remasterización que bien podría ser un remake en forma, ya que mejora por mucho a su versión de PS2 no solo a niveles técnicos, sino en su jugabilidad, y es que su gameplay no le pide nada a los action/RPG modernos. Historia envolvente, personajes con buen desarrollo, un sistema de juego sólido y actualizado, mejoras en sus mecánicas para hacer más amena la experiencia y gran soundtrack hace de este título un juego imperdible para los fans de Shin Megami Tensei o de Persona y un buen medio para quienes quieran ir conociendo más del universo de Shin Megami Tensei. 

Raidou Remastered: The Mystery of the Soulless Army ya está disponible en PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X|S, Nintendo Switch, Nintendo Switch 2 y PC.

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¿Listos para volverse fans de la Formula 1?

En los últimos años el automovilismo ha ido ganando más fans, sobre todo porque en México hemos tenido carreras oficiales de la Formula 1 y aunque es un deporte por demás interesante, adentrarse en él es complicado, no solo por ser caro para practicarlo, verlo en vivo o incluso por transmisión digital, sino también por tener la mala fama de no ser tan “espectacular” como lo sería una carrera callejera como se muestran en ciertas películas de acción: por fortuna ahora llega a cines F1: La Película, cinta que muestra de una manera digerible para todo el público los temas que giran alrededor de la Formula 1 con carreras emocionantes, personajes carismáticos y buenos efectos especiales, pero ¿Qué tan bien lo hace para los fans más hardcore? ¿Es la película de F1 definitiva? A continuación les cuento.

¿De qué va?

Sonny Hayes (Brad Pitt), es un piloto de Formula 1 que corrió en la década de los 90´s, pero debido a un terrible accidente se retiró, para posteriormente competir en distintas disciplinas del automovilismo. Hasta que Rubén Cervantes (Javier Bardem) ex-piloto de F1, dueño del equipo Apex Grand Prix (APXGP) y amigo de Sonny, le pide a Hayes que salga de su retiro para ser mentor del prodigio novato Joshua Pearce (Damson Idris) para salvar a su escudería de ser vendida.

Lo bueno.

F1: La Película nos ofrece una muy entretenida y emocionante cinta de automovilismo, con escenas de acción bien logradas para hacernos sentir la adrenalina y tensión desde una perspectiva del piloto, demostrando la precisión y preparación que se requiere para poder conducir un automóvil de la F1, lo cual se logra gracias a las actuaciones pero sobre todo a la dirección de Joseph Kosinski (Top Gun: Maverick).

Las carreras que tenemos son por demás intensas y emocionantes gracias a las tomas en los vehículos, tomas aéreas y los POV, además de que la cinta se encarga que explicarnos todo lo que se requiere para que un piloto alcance la primer posición en cada una de las competencias, no solo es salir a correr y ya, hay que formular estrategias, tomar vueltas previas, calentar llantas, tipos de llantas, ya que el mínimo error puede costar mucho más que una buena posición.

Para fans de la velocidad

Y como mencioné al inicio, la película busca retratar todos los aspectos que envuelven a la F1, pero de una manera digerible y entretenida para todo el público, en lo cual tiene mucho éxito; aspectos como: el piloto y su preparación física y mental que exige para conducir un automóvil que alcanzan velocidades máximas de 360 km/h; el diseño y creación del automóvil para lo que se requiere una increíble preparación; estrategias durante la competencia, cuando entrar a pit, cuándo no, el uso de algunas lagunas en las reglas a favor del equipo, etcétera.

Con lo que logrará atraer la atención del público a este deporte y quitarles las erróneas impresiones/mitos que se tienen del mismo (jamás alguien que conduce su automóvil diario podría ser piloto solo por eso, como cierto futbolista alguna vez dijo muy desacertadamente) y descubrir el porqué las carreras son entretenidas y disfrutables.

Y para los fans del automovilismo encontrarán una película entretenida y fiel al deporte que lo sintetiza y representa bastante bien y que además le inyecta un toque más humano con el choque de personalidades entre un piloto veterano y un novato, algo que se ha visto en las distintas escuderías, además de tener muy buen fan service.

Asimismo la historia aunque sencilla, es funcional y en gran medida es gracias a la interacción entre los personajes por la buena química que hay entre Brad Pitt y Damson Idris y en general entre todo el elenco, para lograr un buen desarrollo de personajes con los que es fácil empatizar en distintos aspectos.

Lo malo.

El único pequeño problema con la película es su trama que va a lo seguro entregándonos la clásica historia deportiva en la que un mentor ayuda a una joven promesa a dar el paso de madurez para ser el mejor, con varios otros clichés que se usan en éstas fórmulas como la pareja dispareja que aprende a trabajar en equipo, un talentoso piloto con un pasado obscuro buscando redención, etcétera. Por fortuna el guión, diálogos,a ctuaciones y la propia acción de la película hacen que esto se pase por alto y se vuelva una historia disfrutable aún sin que se encuentre proponiendo algo nuevo al género.

Conclusión.

F1: La Película es una muy entretenida y emocionante película deportiva que captura de una manera digerible para toda la audiencia todo lo que involucra a este mundo del automovilismo: preparación física y mental de los pilotos, el diseño y creación de los automóviles y el cómo una sola pieza puede hacer la diferencia. la retroalimentación del piloto con su equipo, estrategias, etcétera, para tener un mejor enfoque respecto a este deporte y para los ya fans encontrarán mucho fanservice y una película que cubre bien a la Formula 1 y aunque su trama es algo ya la hemos visto, su acción, dirección, guión y actuaciones hacen que se pase alto y se vuelva uno de los mejores estrenos del verano. Sus dos horas y media de duración se van como agua.

F1: La Película ya se estrenó en las salas de cine de México.

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A veces, los dioses del gaming bajan del Olimpo digital con sorpresas inesperadas. A finales del mes pasado, SEGA decidió desenterrar uno de juegos más queridos de la era Xbox 360 y anunció, sin demasiados aspavientos, que Warhammer 40K: Space Marine regresaría en forma de remaster para Xbox Game Pass.

El nombre completo –Space Marine Master Crafted Edition– ya suena a martillo de guerra, y la buena noticia es que mañana, 10 de junio, los jugadores podrán volver a aplastar orcos a ritmo de disparos rítmicos y gloriosa brutalidad espacial y lo mejor es que el juego ha envejecido mejor de lo esperado.

Aunque siendo muy objetivos Space Marine sigue siendo un juego de 2011 con maquillaje nuevo. Y eso, en 2025, puede ser tanto una delicia nostálgica como una bofetada polvorienta.

La experiencia de Warhammer 40000: Space Marine Master Crafted Edition

Nunca jugué el original cuando salió. Lo conocía de nombre y de culto, pero en su momento lo pasé por alto a favor de otros shooters más conocidos.

Aun así, Space Marine fue constantemente recomendado por amigos que lo vendían como “el Gears de los fans de Warhammer”.

Desde los primeros minutos, el ADN de Xbox 360 es evidente: paleta de colores café con gris, marines corpulentos con más acero que personalidad y toneladas de enemigos para pulverizar.

Pero lo sorprendente es lo sólido que se siente su gameplay hoy día. No será tan refinado como Gears, pero sí lo suficientemente divertido y visceral para seguir vigente. Y las mejoras de esta nueva edición hacen bastante por acercarlo al estándar moderno.

Las mejoras visuales que valen la pena

Warhammer 40000: Master Crafted Edition no reinventa nada, pero tampoco lo pretende. Sus texturas se han pulido, ahora luce bien en 4K, y corre a 60 FPS estables.

El sistema de control también ha sido modernizado (aunque con una rueda de armas deja mucho que desear).

La interfaz es limpia, más clara y con menos líos que la mayoría de los menús tácticos de la franquicia. En pocas palabras cuenta con una mejora visual que respeta la obra original, lo cual puede ser bueno y malo a la vez.

Y es que se nota que es un juego de hace más de una década. Sus animaciones son duras, la iluminación sigue atrapada en 2010, y aunque el motor aguanta, está lejos de lo que vimos con Space Marine 2 el año pasado.

No esperes reflejos dinámicos ni destrucción ambiental; esto es puro músculo retro.

Un gameplay fluido y entretenido

Afortunadamente, todo ese óxido gráfico desaparece en cuanto empuñas tu bólter y te lanzas al caos. Space Marine sigue siendo un shooter sólido, directo y satisfactorio.

Disparar se siente bien. Cortar enemigos con la motosierra sagrada de tu espada es aún mejor. Y la sensación de ser un titán andante que aplasta orcos por centenares, no tiene comparación.

El juego no se anda con sutilezas. Aquí no hay coberturas ni florituras tácticas. No es un cover shooter, sino una bestia de frente: te acercas, disparas, machacas, y sigues avanzando como buen Adeptus Astartes.

La variedad no es su fuerte, pero hay momentos brillantes. Uno de ellos llega temprano: la mochila propulsora. Usarla para elevarte en el aire y descender como un cometa enfadado sobre las cabezas de tus enemigos es glorioso… hasta que el juego te la quita sin razón. Y no la vuelves a ver en la mayoría del tiempo.

Esta mecánica tenía potencial para reinventar el ritmo del juego, pero se queda como anécdota glorificada.

Ideal para los fans de Warhammer

Space Marine es un producto orgullosamente oscuro y sombrío. La dirección de arte está basada en el eterno apocalipsis gótico de Warhammer 40K, donde todo es metálico, decrépito y con pinchos innecesarios.

Se nota que nació en una era en que los colores eran pecado. Hay poco contraste, muchos tonos apagados, y una repetición visual que a ratos abruma. Si esperabas una renovación artística que lo acercara al dinamismo de Space Marine 2, este no es tu juego.

Y si no lo eres, probablemente te preguntes por qué todo el mundo grita nombres de planetas o menciona rituales de purificación cada cinco minutos.

Un viaje a la nostalgia

La historia es simple cuando la despojas de jerga: eres un marine que intenta evitar que un jefe destripe el mundo. Fin. Lo demás son adornos. ¿Importa? Un poco. ¿Funciona sin contexto? Más o menos. Pero lo cierto es que el carisma de los personajes brilla por su ausencia, y los diálogos se sienten como si cada línea viniera de un panfleto de propaganda imperial.

La campaña dura entre 7 y 9 horas, dependiendo de tu afán purificador. Es una longitud decente, aunque con más variedad en mecánicas, podría haber brillado aún más. Habría sido genial tener más tramos con la mochila propulsora o enemigos que no fueran carne de cañón, pero incluso con sus limitaciones, es una experiencia cerrada y satisfactoria.

Warhammer 40K: Space Marine – Master Crafted Edition es una cápsula del tiempo: una mezcla de nostalgia pura con toques modernos que no terminan de disimular su alma vieja. Su combate sigue siendo una delicia, y si nunca lo jugaste en su día, es una gran oportunidad para descubrir un shooter singular, alejado de las fórmulas actuales.

Eso sí: no esperes el refinamiento de Gears ni el espectáculo de Space Marine 2. Esto es una celebración de una época donde los shooters eran directos, brutales y sin muchas pretensiones. Y a veces, eso es justo lo que hace falta.

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