reseñas videojuegos
Dustborn | Reseña sin spoilers
Hay títulos que sin importar si son fans o no, deben darse la oportunidad de disfrutar, y justamente DUSTBORN busca colarse entre esos
Un roadtrip entre amigos (con poderes) en busca de su libertad en un mundo distópico.
Los juegos de aventura narrativas siempre son complicados de recomendar ya que no es un género del que todo mundo disfruta, sin embargo, hay títulos que sin importar si son fans o no, deben darse la oportunidad de disfrutar, y justamente DUSTBORN busca colarse entre esos imperdibles
con una historia y personajes únicos y divergentes que mezclan la fantasía y problemas con los que es fácil de identificarse y además, agregando a su jugabilidad elementos de acción ¿serán estos elementos suficientes para hacer que DUSTBORN destaque entre otros títulos similares y más en este 2024 en el que aún faltan grandiosos juegos por estrenarse? A continuación les cuento.

El gameplay de Dustborn que no es para todos.
Como lo mencioné en un inicio, Dustborn es un juego de aventura interactiva cuya mayor mecánica es el interactuar con los personajes, contemplar la historia y la toma de decisiones, las cuales, siendo la interacción con los personajes y la toma de decisiones los pilares para determinar el desarrollo de la historia y el vínculo entre la protagonista Pax y los demás personajes.
Con una buena cantidad de ramificaciones respecto a las decisiones que podemos tomar y las conversaciones que podemos generar al interactuar, sin embargo, muchas de estas decisiones no tienen un peso real dentro del juego, ya que nos llevan al mismo resultado, solo narrado de una manera distinta.
siendo que para las decisiones o interacciones, se nos presentará un ícono para advertirnos que la respuesta que elijamos tendrá un impacto fuerte en la historia o que tenemos un tiempo limitado para elegir nuestra decisión o lo que diremos.

Además, el juego añade mecánicas de ritmo y algunas partes de juego de acción bastante sencillas pero que le dan un plus para que se sienta variedad dentro de su gameplay, pero lo cierto es que el juego es una aventura interactiva (tipo “Detroit Become Human”).

Una conmovedora y muy entretenida historia.
Siendo una aventura interactiva, es claro que su mayor atractivo debe ser su historia y guión y en este aspecto el juego cumple con creces; DUSTBORN nos sitúa en el año 2030 en la ciudad de Pacifica en los Estados Unidos.
En este mundo existen androides y personas con poderes a los que se les denomina “anomalías”, quienes con el uso de su voz o “Habla”, pueden manipular las emociones de otras personas o transformar su cuerpo como volverse de piedra.

En esta aventura conoceremos a Pax, quien, junto Noam (su pareja/expareja no binaria), Sai (su mejor amiga) y Theo (un dude que acaban de conocer pero que es bien chévere), toman un trabajo para robar información del Gobierno para entregárselo a la “resistencia”, ah, olvidaba mencionar que el mundo de DUSTBORN se nos presenta un futuro distópico en el que las “Anomalías” son arrestadas y pues deben luchar por su libertad; y ya que Pax, Noam y Sai son anómales.
La historia
Theo les ofrece un trabajo para robar datos del Gobierno y por el trabajo recibirán un millón de dólares, lo cual les tres amigues lo ven como su oportunidad para escapar del país y empezar una nueva vida sin temor a ser arrestades. Así, el juego nos sitúa justo una vez que se acaba de llevar a cabo el atraco y seremos testigos de cómo éste crew iniciará un roadtrip en busca de su libertad.
Lo sé, la historia pudiera sonar trillada, pero lo cierto es que su narrativa y guión están tan bien escritos, que desde el minuto uno nos engancha para conocer y ser parte de la historia de esto cuatro personajes, en gran medida porque muchos de los conflictos entre ellos y los propios internos, son muy fáciles de relacionar con el día a día de todos nosotros, haciendo aún más entrañables a los protagonistas, con quienes tendremos momentos inolvidables, discusiones y claro, algunos difíciles por los cuales habrá que pasar si queremos alcanzar nuestro objetivo.

Una dirección de arte bellísima.
El otro pilar en el juego es su dirección de arte con la cual pareciera que estamos viendo un cómic animado y de hecho, claramente esa es la intención puesto que en varios momentos dentro del juego vemos esta presentación tipo viñetas en algunos menús y claro, al final de cada capítulo con las tomas de decisiones más importantes y en donde además se nos muestra qué porcentaje de jugadores ha tomado las decisiones que nosotros hicimos.

Así es como se debe representar la inclusión.
Lamentablemente el juego ha recibido malas críticas al ser tachado de ser (y disculpen el término que me molesta) “woke”, debido a la inclusión que hay en éste al poner pronombres como “elle” o personajes no binarios, hate que resulta ser completamente absurdo y deja ver lo poco objetivos que pueden ser algunos medios (y que necesitan sair de su burbija).
Ya que si bien cuenta con mucha inclusión, para nada se siente forzada ni tampoco se siente que ciertos personajes estén dentro del juego solo para llenar una agenda, sino que la inclusión se siente como algo natural, porque se decidió que el personaje debe ser así, no porque la narrativa lo exija, sino porque somos billone de personas en el mundo que pues, claro que en una historia habría una protagonista bisexual o no binaria o con vitiligio, etcétera, simplemente SON, así que no se dejen levar por ese infundado hate, porque por ahi no va.
Conclusión.
DUSTBORN es un juego imperdible si les gustan los juegos de aventura interactiva con toma de decisiones como los que Quantic Dream nos ha entregado anteriormente:
su historia emotiva de fantasía en un mundo distópico resulta ser muy entretenida y con la que es fácil identificarse, sus personajes entrañables y su gran dirección de arte e inclusión (no forzada), son los elementos que hacen de éste título una apuesta segura para quien disfruta del género, inclusive estos puntos hacen que se pase de largo algunos de sus “errores” como el que algunas decisiones que se señalan que tendrán un impacto dentro del juego a posteriori, realmente no tengan ese peso, ya que se llega al mismo resultado; en cambio, si no disfrutan de las aventuras interactivas, DUSTBORN no los hará cambiar de parecer, ya que si bien cuenta con algunos elementos de juego de ritmo o acción, son menos y predomina como una aventura interactiva, que llega a tener una duración de entre 12 y 15 horas.
DUSTBORN ya está disponible en PS5, PS4, consolas Xbox y PC.
8/10
Reseñas
Dragon Quest I & II HD-2D Remake – Reseña
Si seguiste el lanzamiento de Dragon Quest III HD-2D Remake, seguramente ya sabías que Dragon Quest I & II eran los siguientes en la lista
Si seguiste de cerca el lanzamiento de Dragon Quest III HD-2D Remake, seguramente ya sabías que Dragon Quest I & II eran los siguientes en la lista. Y sí, Square Enix no perdió el tiempo: con este nuevo lanzamiento, la compañía promete llevarnos justo después de los eventos del tercer juego para cerrar, por fin, el legendario arco de Erdrick en glorioso estilo HD-2D.
Y vaya que la nostalgia pega fuerte.

Si eres nuevo en la saga, probablemente te desconcertó que el remake de Dragon Quest III saliera antes que los dos primeros títulos. Pero hay método en esa locura: cronológicamente, Dragon Quest III ocurre antes de los eventos de I y II. En otras palabras, lo que vimos fue una precuela.
La épica aventura
Dragon Quest I nos pone en la piel de un héroe solitario descendiente de Erdrick, quien se lanza a derrotar al temible Señor de los Dragones. Todo comienza en el Castillo de Tantegel, tras ayudar a un capitán en apuros. Es una historia simple, casi arquetípica, pero precisamente ahí reside su encanto: representa el ADN puro del JRPG clásico.

Dragon Quest II, por su parte, ya muestra la evolución de la saga. Aquí controlas al Príncipe de Midenhall, descendiente directo del héroe del primer juego, en una aventura más ambiciosa donde te acompañan otros miembros de tu linaje. Por primera vez, el juego introduce un grupo de personajes y un sistema de combate que exige planificación y sinergia. Lo que antes era una odisea personal se transforma en una historia sobre herencia y unión familiar para enfrentar al malvado Hargon.
Un remake con corazón y respeto por su legado
En tiempos donde muchos remakes intentan reinventar por completo sus originales, Dragon Quest I & II HD-2D Remake toma otro camino: la recreación fiel. No busca modernizar en exceso ni alterar su estructura; su objetivo es que se sienta exactamente como lo recordabas, pero con un acabado visual que quita el aliento.

El resultado es una auténtica carta de amor al estilo 8-bit, pero presentada con una elegancia moderna. El motor HD-2D —el mismo de Octopath Traveler y Dragon Quest III Remake— ofrece lo mejor de ambos mundos: entornos 3D bellamente iluminados con sprites 2D llenos de vida y textura.
Ver los clásicos castillos y pueblos renacer con este nivel de detalle es casi un acto de arqueología emocional. Es exactamente la imagen que tu memoria idealizada tenía de esos juegos, solo que ahora, por fin, existe en pantalla.
Voces, opciones y modernidad
Más allá del apartado visual, Dragon Quest I & II HD-2D Remake introduce algunas mejoras de calidad de vida. La más notoria es el doblaje parcial, que añade voz a los momentos clave y a ciertos personajes no jugables. No todo el juego está hablado, pero el simple hecho de escuchar a los villanos y aliados dar vida a sus líneas aporta un peso dramático que los originales no podían ofrecer.
También se suman nuevas opciones de personalización de la experiencia. Puedes desactivar los marcadores del mapa para recrear la sensación de exploración de los ochenta o activar ayudas visuales si prefieres un recorrido más guiado.

La dificultad ajustable es otro acierto. Puedes optar por un modo más accesible para disfrutar de la historia sin sufrir, o subir el reto hasta niveles que pondrán a prueba tu paciencia y estrategia. Incluso se incluye un “modo invencible” que puedes desactivar o activar según tu preferencia, ideal para novatos que solo quieren disfrutar del viaje sin tanto castigo.
Combate clásico con alma intacta
El sistema de combate por turnos se mantiene prácticamente idéntico al original, y eso es una bendición. La esencia que definió a Dragon Quest —combates tácticos, preparación minuciosa y aprendizaje constante— sigue intacta.

No hay concesiones: incluso en dificultad normal, el juego te obliga a entrenar, administrar tus recursos y aprender de cada derrota. El primer jefe de Dragon Quest II es un excelente ejemplo: brutal, pero justo. Derrotarlo no depende de suerte, sino de estrategia, y cuando finalmente lo logras, la sensación de recompensa es total.
En un mercado saturado de sistemas de combate automáticos o simplificados, Dragon Quest I & II Remake se siente refrescantemente “retro”.
Un desafío justo, pero exigente
A pesar de los nuevos ajustes, el espíritu desafiante de la saga sigue vivo. Los enemigos pueden castigar duramente a un equipo mal preparado, y las mazmorras aún son un ejercicio de paciencia y exploración cuidadosa. Sin embargo, la curva de dificultad está mejor equilibrada que en las versiones originales, algo que los veteranos apreciarán y los nuevos jugadores agradecerán.
El progreso se siente orgánico: cada nuevo hechizo, arma o miembro del grupo representa una evolución palpable en la aventura. Square Enix ha hecho un trabajo ejemplar manteniendo la sensación clásica sin caer en la frustración.
Más que nostalgia
Este remake no solo busca revivir viejas glorias; también funciona como una puerta de entrada perfecta para nuevos jugadores. Quienes se perdieron los originales ahora tienen la oportunidad de experimentar los cimientos del JRPG moderno con una presentación impecable.

El estilo HD-2D no es solo un filtro bonito: transmite una calidez artesanal que realza la épica sin traicionar su origen. No hay cinemáticas desbordadas ni reinterpretaciones innecesarias, solo pura aventura pixelada refinada con mimo.
Y para los veteranos, es un regreso a casa. Un recordatorio de por qué Dragon Quest se convirtió en una piedra angular del género: su sencillez, su nobleza narrativa y su inquebrantable fe en que el héroe siempre encontrará la luz.
El gran legado de Dragon Quest I & II HD-2D Remake
Dragon Quest I & II HD-2D Remake es exactamente lo que debería ser un remake: una experiencia que respeta sus raíces pero se siente fresca y moderna. Square Enix ha conseguido pulir dos joyas fundacionales sin alterar su alma.
Los visuales son encantadores, el sonido renovado es envolvente y las mejoras de accesibilidad permiten que cualquier jugador pueda disfrutarlo, ya sea por nostalgia o por curiosidad histórica.
Desde el humilde inicio en Tantegel hasta la épica cruzada contra Hargon, estos juegos conservan su esencia desafiante, justa y profundamente satisfactoria. No intentan reinventar el pasado, sino celebrarlo con el brillo que siempre mereció.
Siguenos en todas nuestras redes sociales para estar enterado de lo más atractivo del mundo geek, además suscríbete a nuestro canal de Youtube y podcast
-
Jugabilidad
-
Historia
-
Gráficos
-
Narrativa
-
Qualities of Life
Dragon Quest I & II HD-2D Remake
Dragon Quest I & II HD-2D Remake es exactamente lo que debería ser un remake: una experiencia que respeta sus raíces pero se siente fresca y moderna. Square Enix ha conseguido pulir dos joyas fundacionales sin alterar su alma. Los visuales son encantadores, el sonido renovado es envolvente y las mejoras de accesibilidad permiten que cualquier jugador pueda disfrutarlo, ya sea por nostalgia o por curiosidad histórica. Desde el humilde inicio en Tantegel hasta la épica cruzada contra Hargon, estos juegos conservan su esencia desafiante, justa y profundamente satisfactoria. No intentan reinventar el pasado, sino celebrarlo con el brillo que siempre mereció.
Reseñas
The Outer Worlds 2 — Reseña
The Outer Worlds 2 pertenece a un incómodo punto medio: no es brillante ni espantoso, sino una curiosa mezcla de virtudes y defectos
En muchos sentidos, es más fácil escribir sobre juegos geniales o desastrosos que sobre los que se quedan a medio camino.The Outer Worlds 2 pertenece a ese incómodo punto medio: no es brillante ni espantoso, sino una curiosa mezcla de virtudes y defectos que lo hacen tan fascinante como frustrante.

Y eso sin contar el elefante en la habitación: su contexto corporativo, que inevitablemente empaña la conversación sobre su lanzamiento. Pero vamos por partes.
El regreso del sarcasmo espacial
Si nunca jugaste el primero, The Outer Worlds 2 es básicamente lo que pasaría si Fallout se mudara al espacio y tomara un curso de sátira política. Obsidian vuelve a lo que mejor sabe hacer: un RPG de disparos en primera persona donde el humor, las decisiones y los dilemas morales van de la mano.

Eres el Comandante del Directorio de la Tierra, una especie de sheriff interplanetario encargado de poner orden en Arcadia, un conjunto de colonias humanas infestadas de burocracia, propaganda y compañías que creen que vender salchichas enlatadas es un acto de patriotismo.
La personalización del personaje sigue siendo un punto fuerte. Puedes moldear tu héroe (o antihéroe) a tu gusto, decidiendo si resolverás los problemas con plomo, labia o pura improvisación. No hay una habilidad dominante: todo tiene su utilidad, incluso la Medicina, algo que rara vez se puede decir en un shooter.
Lo más interesante es que el juego no te deja “respecar” habilidades: tus decisiones son permanentes. ¿Invertiste todos tus puntos en diálogo y ahora necesitas forzar una puerta? Mala suerte. Pero siempre hay rutas alternativas: rejillas de ventilación, terminales de hackeo o llaves perdidas. El diseño evita frustrar al jugador y recompensa la creatividad.
Rasgos, defectos y mucho humor negro
El sistema de rasgos y desventajas regresa con más estilo que nunca. Puedes elegir hasta dos ventajas, pero si vas por la segunda, también adquieres un defecto. Y aquí es donde The Outer Worlds 2 brilla: las desventajas son tan graciosas como útiles.
Tomemos mi favorita: “Tonto”. Te bloquea varias habilidades clave, pero desbloquea opciones de diálogo absurdamente divertidas. Es una desventaja que, en cierto modo, te premia por no tomarte tan en serio este universo hiperconsumista y delirante.

El humor sigue siendo la columna vertebral del juego. Soldados que cantan jingles de salchichas, matemáticos fanáticos que rezan ecuaciones, y corporativos que te descuentan cada bala de tu salario. Es Black Mirror con anuncios de cereales.
Facciones: capitalismo o fanatismo, elige tu veneno
Obsidian no es sutil, pero no necesita serlo. Las facciones del juego representan los extremos de nuestra realidad:
Auntie’s Choice, la mega corporación, es una oda al capitalismo salvaje. Sus empleados viven para trabajar, consumen solo productos de la marca y miden su valor por cuántos turnos dobles pueden soportar sin colapsar.
La Orden, en cambio, encarna el dogmatismo científico: creen en “La Ecuación Absoluta”, una fórmula mística que resolverá todos los conflictos del universo… algún día. Mientras tanto, ignoran los problemas reales y mueren convencidos de tener la razón.

Ambas ideologías están tan caricaturizadas que rozan lo ridículo, pero justo ahí radica la gracia. The Outer Worlds 2 no te sermonea, te pone un espejo deformante enfrente.
En un momento, debes mediar entre refugiados de guerra y fanáticos matemáticos que quieren echarlos de su asentamiento “porque las ecuaciones lo predicen”. No hay solución correcta, y ese es el punto.
Compañeros: el alma del juego
Los compañeros son uno de los mayores aciertos del juego. Cada uno aporta una perspectiva distinta, y las conversaciones entre ellos enriquecen el viaje más que muchas misiones. Tristan, por ejemplo, es un exárbitro del Protectorado (una especie de Juez Dredd corporativo) que empieza a cuestionar todo lo que creía sobre autoridad y justicia.

Sin embargo, no todos brillan igual. Inez, una exmercenaria de Auntie’s Choice, tiene contradicciones molestas: defiende a los trabajadores, pero se escandaliza cuando realmente luchas por ellos. En parte, esa hipocresía parece intencional, una crítica al “activismo de escritorio” moderno… pero a veces da más coraje que risa.
Combate y progresión: el eslabón débil
El sistema de combate mejora respecto al original, pero sigue sin sentirse del todo bien. Las armas de biomasa, por ejemplo, son un suplicio: lentas, poco precisas y con animaciones interminables. Solo los revólveres pesados y rifles de francotirador ofrecen verdadera satisfacción.

Las modificaciones de armas tampoco ayudan. Una vez encuentras un arma que encaja con tu estilo, el incentivo para cambiarla es mínimo. En mi caso, el rifle de francotirador que obtuve a mitad del juego fue suficiente hasta el final… al menos hasta que encontré la “Trituradora de Balas”, una ametralladora que combina todos los tipos de munición y nunca se recarga. Sí, está tan rota como suena.
Exploración: entre mazmorras brillantes y planetas vacíos
El mundo abierto es, irónicamente, lo menos interesante. Aunque los paisajes de Arcadia son visualmente atractivos, la exploración se siente monótona. Caminas entre llanuras casi vacías con alguna que otra criatura aleatoria o edificio abandonado.
Pero las mazmorras, en cambio, son un deleite. Obsidian demuestra su maestría en el diseño de niveles: múltiples rutas, puzzles, trampas, recompensas y narrativa ambiental en cada rincón. Una misión secundaria en la que pirateas trampas para usarlas contra tus enemigos fue, fácilmente, uno de los mejores momentos del juego.

Donde The Outer Worlds 2 realmente muestra su genio es en los detalles. La nave insignia de Auntie’s Choice es un festival de sátira corporativa: anuncios constantes, slogans pegajosos, empleados robotizados y oficinas donde los descansos están cronometrados.
El contraste con los planetas exteriores —nevados, áridos o selváticos— es notable, pero también irregular. Cuando el juego abandona la sátira para enfocarse solo en la exploración, pierde parte de su identidad.
Entre lo grandioso y lo vacío
The Outer Worlds 2 es un juego de contrastes. Su narrativa, su construcción de mundo y sus sistemas de rol son brillantes. Pero su combate, ritmo y diseño abierto se sienten mediocres. Tiene momentos de genialidad seguidos de largos tramos de… nada.
Es un título que constantemente roza la excelencia sin llegar a tocarla. Terminarlo deja una sensación de satisfacción parcial, como si hubieras comido un gran platillo sin guarnición.

Aquí es donde las cosas se complican. Obsidian Entertainment sigue siendo uno de los estudios más talentosos de la industria, pero ahora forma parte de Xbox Game Studios, es decir, de Microsoft. Y Microsoft, como sabemos, atraviesa un periodo turbulento de despidos, cierres y decisiones cuestionables.
El resultado de The Outer Worlds 2
The Outer Worlds 2 es una sátira espacial brillante atrapada en un cuerpo de shooter promedio. Su guion, sus diálogos y su crítica social son de lo mejor que ofrece el RPG moderno, pero su combate, ritmo y exploración diluyen parte de su potencial.
Obsidian entrega una obra que fascina tanto como desespera, y que refleja —quizás demasiado bien— los males del sistema que parodia. No es el juego del año, pero sí uno de los más interesantes para discutir.
Siguenos en todas nuestras redes sociales para estar enterado de lo más atractivo del mundo geek, además suscríbete a nuestro canal de Youtube y podcast
-
Jugabilidad
-
Historia
-
Gráficos
-
Narrativa
-
Qualities of Life
The Outer Worlds 2
The Outer Worlds 2 es una sátira espacial brillante atrapada en un cuerpo de shooter promedio. Su guion, sus diálogos y su crítica social son de lo mejor que ofrece el RPG moderno, pero su combate, ritmo y exploración diluyen parte de su potencial.
Obsidian entrega una obra que fascina tanto como desespera, y que refleja —quizás demasiado bien— los males del sistema que parodia. No es el juego del año, pero sí uno de los más interesantes para pasarla bien.
Reseñas
Once Upon a Katamari – Reseña
Después de muchos años sin una nueva entrega, Once Upon a Katamari marca el regreso de una de las sagas más extravagantes de Bandai Namco.
Después de muchos años sin una nueva entrega, Once Upon a Katamari marca el regreso de una de las sagas más extravagantes y queridas de Bandai Namco. Esta vez, el Príncipe y su padre, el Rey del Cosmos, se meten en un enredo que involucra viajes en el tiempo, lo que nos lleva a rodar nuestros katamaris a través de distintas épocas históricas y lugares del mundo. Desde la prehistoria hasta el futuro, todo se presta para hacer lo que más nos gusta: rodar, rodar y rodar hasta dejar el escenario vacío.

Como en todas las entregas anteriores, la historia sigue siendo un simple pretexto para disfrutar del caos y la diversión. Pero esa simplicidad siempre ha sido parte del encanto de Katamari.
Apartado artístico
Visualmente, el juego mantiene su estilo colorido y caricaturesco, con escenarios llenos de detalles, objetos absurdos y esa estética tan única que ha acompañado a la franquicia desde sus inicios. No intenta ser realista, y eso está bien, Katamari siempre ha destacado por su identidad visual tan peculiar.

El salto temporal entre niveles aporta una gran variedad de ambientes, lo cual se agradece. Rodar en la era medieval, en Egipto o en un Tokio futurista hace que cada partida se sienta diferente. Sin embargo, hay momentos en que el rendimiento baja ligeramente, sobre todo cuando el katamari ya es enorme y hay miles de objetos en pantalla.
El soundtrack es simplemente excelente. Mantiene esa mezcla entre lo excéntrico y lo alegre que caracteriza a Katamari, con temas nuevos y también algunos clásicos de entregas pasadas. Es una de esas bandas sonoras que te sacan una sonrisa incluso cuando solo estás navegando por el menú.

Jugabilidad
Aquí es donde las cosas se mantienen fieles a la fórmula original. La mecánica sigue siendo la misma, recolectar todo lo que puedas para formar la bola más grande posible dentro del tiempo límite. Lo nuevo llega con minijuegos, desafíos extra y un modo multijugador en línea que agrega bastante rejugabilidad. Competir contra tus amigos o la IA para ver quién hace el katamari más grande es algo que, honestamente es muy divertido.
También hay una amplia personalización, puedes cambiar el aspecto de tu personaje, los colores de tu katamari, usar sombreros, máscaras o incluso diferentes rostros. Todo se desbloquea al completar misiones y retos, lo que motiva a seguir jugando.

Pero no todo brilla, aunque la rejugabilidad es alta, a veces puede sentirse repetitiva o frustrante, sobre todo cuando necesitas rejugar un nivel varias veces para conseguir objetos ocultos o alcanzar la puntuación perfecta. Y si bien los controles fueron “mejorados”, todavía se sienten torpes en algunos momentos, especialmente con la cámara, que puede arruinar más de una partida. Eso sí, se agradece poder elegir entre el modo clásico o el moderno de control, dependiendo de cómo prefieras jugar.
Conclusión
Once Upon a Katamari es un regreso encantador a una saga que muchos pensaban olvidada. Mantiene intacta su esencia, introduce ideas nuevas y conserva ese toque de locura que la hace tan única. A pesar de sus problemas con los controles y cierta sensación de repetición, el juego logra lo más importante, ser divertido.
No es un título para todo el mundo, su estilo tan particular puede no gustarle a algunos, pero si disfrutas de juegos ligeros, creativos y con personalidad, definitivamente vale la pena darle una oportunidad.
Siguenos en todas nuestras redes sociales para estar enterado de lo más atractivo del mundo geek, además suscríbete a nuestro canal de Youtube y podcast
8
Once Upon a Katamari
No es un título para todo el mundo, su estilo tan particular puede no gustarle a algunos, pero si disfrutas de juegos ligeros, creativos y con personalidad, definitivamente vale la pena darle una oportunidad.
-
Cine1 semana ago6 Exorcismos | Reseña sin spoilers
-
Anime4 días agoSuper Sentai llega a su fin en 2026 tras 50 Años
-
Cine1 semana agoDEPECHE MODE: M (2025) | Reseña
-
Cine7 días agoNo Me Sigas | Reseña sin spoilers
-
Netflix1 semana agoStranger Things lanza el primer tráiler de su temporada final
-
Anime3 días agoNuevo vistazo de Nico Robin en el live action de One Piece
-
Reseñas1 semana agoPainkiller | Reseña sin spoilers
-
Cine1 semana agoScream 7 estrena un tráiler lleno de sangre y gritos
