Una comedia liderada completamente por actrices, ¿funcionará la fórmula? Acá te contamos qué tal está Socias en Guerra.

Vivimos tiempos cambiantes, el planeta se está convulsionado y la sociedad ya no busca lo que años atrás, y por supuesto el arte se ha visto afectado con todo ello, el cine ha dejado de retratar los clichés de antaño (aunque lamentablemente se aferra a unos nuevos), las mujeres ya no sueñan con encontrar a su “hombre ideal” y casarse (“Cindy la Regia”), el matrimonio ha pasado a segundo plano y las relaciones (ya sea heterosexuales, homosexuales y todo lo que quepa en medio) ya no buscan formar una familia sino alcanzar una plenitud en distintos ámbitos, las parejas están dejando de lado el tener hijos para ocuparse más en ellos mismos, sus carreras o pasiones y “Socias en guerra” nos muestra algo de ese cambio.

Independientemente de si el cambio es bueno o malo, no soy quién para ser juez de ello, pero sí me toca calificar cómo éstas “nuevas” historias son llevadas a la pantalla grande (respecto a su valor visual y artístico independientemente de su validez social), quizá lo más difícil para un crítico sea deshacerse de su propio bagaje cultural, gustos, prejuicios e incluso sexo para comentar lo más objetivamente posible respecto al trabajo audiovisual que se tiene enfrente, lo comento por lo difícil que es ahora que están de moda productos creados para sectores tan específicos y diversos que hacen casi imposible la labor, sin más preámbulo, haré mi mayor esfuerzo por comentar objetivamente esta comedia dirigida en un 99% al público femenino.

¿De qué trata?

Mel (Rose Byrne) y Mía (Tiffany Haddish) son mejores amigas desde la infancia, venidas desde abajo ahora son pequeñas empresarias dueñas de una tienda de maquillajes, viven juntas y aunque su círculo social está lleno de mujeres que ahora son madres de familia parece que ambas están cómodas con la vida “relajada”, empresarial y de soltería que llevan.

Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas y a pesar de que su marca está bien posicionada en el mercado, las deudas están a punto de engullir su sueño, es entonces cuando aparece Claire Luna (Salma Hayek) una multimillonaria empresaria que les ofrece al par de amigas pagar sus deudas a cambio de un porcentaje de su marca lo que (en teoría) las llevaría al estrellato, Mel está convecida de que es la decisión correcta (y única salvación) pero en cambio Mía desconfía del trato desde el principio ya que no quiere perder su independencia.

Es así como comienzan una serie de circunstancias que pondrán a prueba la amistad y decisión de las protagonistas en el peligroso mundo capitalista y peor aún, en el competitivo mercado de la belleza.

Lo Bueno

La trama es sencilla y muy ligera, nunca se toma muy en serio y por lo tanto se permite constantemente chistes y situaciones graciosas que entretienen el tiempo de su duración, el carisma y trabajo de todas las actrices involucradas es bueno (independientemente del tono y guion que llevaban encima), los papeles secundarios aunque exagerados cumplen su función y en general (aunque de manera tibia) hace una pequeña crítica a los estándares de belleza y su explotación por medio de los productos para “ensalzar” esta belleza.

Lo Malo

El guion dota a los personajes de diálogos sexistas, racistas y “chistes marihuaneros” que solo Tiffany Haddish pudo llevar a la perfección, su principal error es que intenta invertir películas totalmente machistas y misóginas llevando la comedia al otro extremo sin que estos sean siempre atinados (siendo mejor siempre en su lenguaje original que en su traducción).

La dirección de Miguel Arteta es bastante regular para el estándar hollywoodense y se nota que Salma Hayek aportó (quizá demasiado) a su exageradísimo personaje que más que una crítica recurre a los clichés raciales y atributos sexuales estereotipados en quizá la peor y más rebuscada actuación de todas.

La historia pretende “casi” nulificar la presencia masculina, las amigas quizá tienen esposos (que nunca aparecen), las “socias” solo tienen amantes de ocasión, y los únicos tres personajes masculinos de la trama (hay un cuarto pero es homosexual) son un asistente y dos estereotipos masculinos que están ahí para representar (supuestamente) aquéllo que las mujeres dicen despreciar pero (eso sí) que acertadamente demuestran que eso pasa a segundo término cuando hay mercadotecnia detrás del producto que dices detestar, por otro lado el guion es además endeble en su situación de conflicto y por momentos se siente más larga de lo que es (apenas roza la hora y media de duración).

Aunque efectiva a la hora de remarcar la importancia de la amistad falla en casi cualquier otro tema narrativo que hay pretendido tocar, con situaciones casi ridículas y un final francamente sin sentido.

Veredicto

“Socias en guerra” es una película de medio pelo tanto en su historia como en su realización, que no dudo entretenga a ciertos espectadores, como dije, sobre todo al que va dirigido, con alguno que otro gag efectivo y quizá chistes (y hasta cameos) que “solo” las mujeres verán graciosos, una historia que busca de manera muy forzada que empaticemos con sus protagonistas, lamentable reflejo de nuestra desubicada sociedad que aún no entiende que no importa el sexo, color o nacionalidad de los o las protagonistas, si la historia o aventura que le ocurre no es interesante y por el contrario es irregular e inconexa no atrapará al público de otra manera que no sea el mal llamado “cine palomero”, un mal intento de cine “feminista” pero tristemente escrito y dirigido por hombres que no acertaron en el clavo (ojalá hubiera más participación y verdadero empoderamiento femenino en su creación que al frente de la pantalla). Película que recomiendo solo si de verdad no tiene otra opción, que no es pésima, pero es apenas disfrutable.

comments