Baloncesto, humor e inclusión ¿Fórmula ganadora? Acá te lo contamos.
No es mi intención desatar una ola de demandas, sino más bien dar un contexto que (acepto) puede resultar algo espinoso. El maestro y escritor Ron Jones dirigió un equipo de baloncesto integrado por jóvenes con distintas discapacidades mentales, eventualmente sus memorias quedaron registradas en el libro “B-ball : the team that never lost a game” (1991), el mismo año la historia sería llevada a la pantalla chica gracias a la cadena NBC bajo el titulo “One Special Victory”, cambiando un poco los antecedentes del personaje principal para que tuviera un arco argumental más interesante.
A pesar de la enormes similitudes, el director Javier Fesser lanzó en 2018 la película “Campeones”, sosteniendo que su película está basada en otro equipo real de nombre “Aderes” en Valencia, hasta el momento se le ha hecho un remake en Arabia Saudita (2021), otro más en Alemania (2022), siendo esta entrega el tercer remake acreditado a Javier Fesser y David Marqués su coguionista. Una historia que además suena tremendamente familiar, ya que se fundamente en la clásica historia del equipo “perdedor” y la redención de su entrenador que hemos visto ya en otras ocasiones (y en varios deportes), así que ¿Vale la pena invertir su tiempo y dinero entre las opciones de fin de semana? Sigue leyendo para averiguarlo.

¿DE QUÉ TRATA “LOS CAMPEONES”
La historia nos presenta al entrenador Marcus (Woody Harrelson) quien debido a su mal carácter y temperamento ha sido relegado a ligas menores, después de un altercado con su entrenador en jefe sale a calmar sus penas con algo de alcohol, lo que provoca que choque una patrulla y sea condenado a algunos meses de cárcel que intercambia por trabajo comunitario, esta labor consistirá en hacerse cargo de un equipo de jóvenes con diversas capacidades intelectuales que serán todo un reto para el carácter de Marcus, pero también le recordarán el valor e importancia del liderazgo y trabajo en equipo.

LO BUENO
Se nota que la película no tiene otra intención que hacer pasar un rato ameno a los espectadores, por lo que reúne las dosis necesarias de humor, comedia física y de situación, así como su pequeños momentos de drama para pasar un rato medianamente entretenido.
El reparto hace un buen trabajo, si bien es evidente que la estrella del “juego” es Woody Harrelson, todos los personajes tienen su momento de brillar en la pantalla, cabe resaltar además que muchos de ellos actúan por primera vez y que la decisión de integrar actores con capacidades distintas fue acertada, ya que le otorga mucho realismo y corazón a las escenas.
Aunque no resulta del todo bien, se agradece que la película intente salirse de los lugares comunes, evitando algunos clichés (otros son inevitables) que lejos de ser sorprendentes giros de tuerca intentan, más bien, salirse de la misma historia que hemos visto en numerosas ocasiones.

LO MALO
Como dije anteriormente, la película trata de esquivar ciertos clichés, pero en esta búsqueda de algo “diferente” debilita mucho la historia, al no darle un arco progresivo a Marcus (por ejemplo) cuyo “cambio” fue casi inmediato, evitando también ciertos estereotipos que podrían ser dañinos para los personajes debido a su situación, pero que a la vez les impide ser más atractivos de manera narrativa y diversas decisiones que se notaban bien intencionadas pero que no se suplieron de la mejor manera para darle un mejor acabado a la historia, que se sostiene demasiado en el carisma de sus personajes.
La película (como muchas del género y estilo) se ayuda del uso de montajes para adelantar la historia, pero usan el recurso en exceso, lo cual le da un falso sentido del ritmo a una historia que dura demasiado (poquito más de dos horas), teniendo en cuenta que tiene en su manos una propuesta demasiado simple y a la que sin problema le sobra una media hora.
El tono de la película es dispar, por un lado hay escenas que tienen un humor cuasi infantil y de pastelazo, se siente como una película para niños estilo Disney, por otro lado hace uso de un humor adulto y de contenido sexual, no parece inclinarse por ninguno y ambos tonos chocan entre sí, a esto tendríamos que agregar que la presentación que le otorga el director Bobby Farrelly a su humor parece sacado directamente de su “Loco por Mary”, como si Farrelly se hubiera quedado suspendido en el tiempo en 1998 y la siguiente entrega de ese humor irrespetuoso y perteneciente a otra época fuera esta película, moderado además por un momento en el que ser políticamente correcto es “lo que debe ser”. A lo que voy es, que el viejo humor de Farrelly y su propuesta de conciencia social no hacen buena pareja, ojalá se hubieran decidido por uno u otro, aunque me declaro ignorante acerca de si este tipo de detalles provienen desde el guion “original”.
En la persecución de otorgarle a la película (supongo) cierto realismo, el equipo dejó de lado la emoción del juego, y de nuevo, tratando de esquivar ciertos clichés, nos presentan encuentros poco emocionantes en su nivel de acción, mucho más recargados en el nivel emocional y sentimental de los protagonistas, es más emocionante el discurso en vestidores que el juego en sí, lo cual está bien si ese era el objetivo, pero insisto en que es la dicotomía de tonos, humor y acciones lo que no lo deja del todo claro.

VEREDICTO
Me parece que la película es cumplidora, hasta cierto punto, de continuar con la intención “feel good movie” de su antecesora, que a pesar de sus evidentes fallas tampoco es que hagan del visionado una experiencia amarga sino por el contrario deja bastante claro su mensaje de inclusión, superación, positivismo y cambio, por lo que si están en busca de algo con qué entretenerse este fin de semana (y no tienen otra mejor opción), quizá “Los Campeones” sea una buen pretexto para engullir sus palomitas y salir satisfechos de la sala de cine.
Me parece muy valioso que historias desde el punto de vista de personas distintas tengan visibilidad, además de la oportunidad de ser ellos mismos quienes ocupen estos puestos a los que pocas veces tienen acceso (de manera decorosa al menos), quizá solo deba insistir en que una pulida al guion no haría nada mal, como en cualquier otro tipo de película la intención no lo es todo y aunque Woody Harrelson y el resto del reparto hicieron puntualmente lo que se les indicó (y se nota), no es suficiente como para justificar el éxito español que le precede. Sin embargo no me queda más que invitarlo a que acuda al cine para que se una a la conversación, ya que “Los Campeones” forma parte de la cartelera a partir de hoy 13 de abril y descubra si la película cuenta con el corazón suficiente como para ganarse la taquilla del fin de semana.