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LOS ROSES (2025) | Reseña
Los altibajos del matrimonio desde una perspectiva ácidamente divertida. Te la vas a pasar genial con “Los Roses” y te contamos las razones
Los altibajos del matrimonio desde una perspectiva ácidamente divertida. Te la vas a pasar genial con “Los Roses” y te contamos las razones en nuestra reseña.
El miedo se apodera de nosotros cada que aparece un remake que amenaza con faltarle el respeto a los grandes clásicos y “Los Roses” no es la excepción. Corría el año 1989 cuando Danny DeVito, en su faceta como director, decidió lanzar a la pantalla grande su versión de la novela “La guerra de los Roses”.
Para asegurar un poco el éxito se acompañó de dos estrellas que ya habían probado su química como pareja en dos ocasiones: Michael Douglas y Kathleen Turner.

Todo parecía apuntar al éxito, sin embargo el estudio intentó frenarlo en varias ocasiones, ya que la perspectiva con que el director abordó la historia resultaba muy oscura para las audiencias (o eso creían), el estira y afloje se prolongó hasta el controvertido final, pero Danny DeVito y su equipo se impusieron para entregar finalmente una película tan memorable como políticamente incorrecta e incómoda para los estándares actuales.
Esa visión oscura que DeVito le sembró a la historia era precisamente lo que temía que no llegara y perjudicara una versión actualizada, ya que mucho del humor de su antecesora se recarga en conductas y estereotipos que hoy son seriamente señalados, así que “Los Roses” tenían en sus espaldas no solamente la responsabilidad de proteger el legado sino modernizar la narrativa sin perder el espíritu confrontativo de la pieza original.
Con mucha alegría y algo de paz, puedo compartirles que el equipo detrás de “Los Roses” logró su objetivo y nos entregan una película muy entretenida que vale la pena que le den oportunidad en cines.
¿DE QUÉ TRATA “LOS ROSES”?
Ivy (Olivia Colman) es una talentosa chef que de manera casual conoce a Theo (Benedict Cumberbacht), un idealista arquitecto, este encuentro digno de comedia romántica barata se convierte en una matrimonio sólido de diez años en donde el humor ágil entre la pareja es parte de los cimientos, se nos cuenta que Ivy dejó atrás sus sueños de ser chef y Theo tiene el éxito suficiente como para abrirle un pequeño restaurante al que solo acuden dos o tres personas, pero la familia se nota feliz.
Es entonces que la tragedia toca a su puerta y el último gran proyecto de Theo se derrumba, de manera demasiado literal, debido a una tormenta, así que su carrera entra en crisis, por fortuna, el mismo fenómeno que destruye la carrera de Theo, le trae el éxito al negocio de Ivy así que los papeles se tienen que invertir.
Este cambio de roles dentro de la familia será el primer granizo que se convertirá en la bola de nieve que evoluciona en la tremenda avalancha que pone en peligro su matrimonio y el amor entre estos dos.

EL MATRIMONIO ES UNA LARGA Y PESADA BROMA
Es muy posible que este sentimiento venga desde la novela (lo ignoro, no la he leído), pero si me consta que la versión de 1989 nos presenta primero esta historia como una comedia romántica, la típica historia de “chico conoce chica y viven felices por siempre”, en este sentido “Los Roses” respetan y presentan la misma estructura, pero el guion es muy inteligente en mostrar que este matrimonio en específico no es del todo común, su dinámica se recarga en diálogos humorísticos que fuera del contexto podrían pensarse agresivos, para que esta decisión no parezca completamente fuera de lugar se aprovechan de personajes ingleses dentro de un ambiente norteamericano, de esa forma esta historia “rosa” de amor a primera vista puede ir mutando de manera orgánica en lo que la historia requiere.
Actuaciones de calidad
El guion sin duda, es lo que se lleva los aplausos en esta entretenida presentación de una pareja heterosexual moderna de vida acomodada, gran parte del humor se recarga en los diálogos de todos los personajes, pero también hay cabida para momentos más físicos y alocados, sin embargo nada de esto podría funcionar de no ser por el gran trabajo actoral de todo el reparto, pero especialmente de sus dos protagonistas y es que, siendo sinceros, Oliva Colman y Benedict Cumberbacht no ofrecen (de manera fotográfica al menos) este sentimiento de pareja ideal.
Sin embargo su entrega actoral combinada con las situaciones que viven y los diálogos con que enfrentan las situaciones no deja duda: Ivy y Theo son el uno para el otro.
No serán pocas las parejas que se sientan intermitentemente identificados con la fatiga que a veces provoca el matrimonio, con la envidia del éxito ajeno, con el precio que se paga por este éxito, las discusiones acaloradas que pueden originarse por el más trivial de los temas.
Si bien, el carácter inglés de los personajes hace que estos percances matrimoniales parezcan demasiado civilizados, son el puente perfecto para el violento cierre una vez que se toma la decisión de separarse.

NADA COMO UNA BUENA RISA PARA EVITAR EL DIVORCIO
El director Jay Roach (“Austin Powers”, “La familia de mi novia”, “Una cena para tontos”), no es ningún novato a la hora de entregar comedia, en este sentido la película es un ir y venir constante de diversión a la que se agrega el lado más bobo (jugando más a la segura) con las intervenciones de los personajes de Kate McKninnon y Andy Samberg, con una buena hechura que (inevitablemente) se queda algo corta en comparación a la obra de finales de los ochentas, y sin embargo es claro que su objetivo también es más ligero que su antecesora.
La duda que flotaba en mi cabeza acerca de la dificultad de trasladar al presente una obra tan incómoda se resolvió de manera muy práctica al recargarse completamente en el humor, dejando un poco de lado la crítica punzante al matrimonio de la original, pero de alguna manera respetando el espíritu que le da fuerza a esta historia: a veces el amor no es suficiente.
Esta perspectiva más edulcorada provoca que también se dejen fuera otros elementos como lo es el impacto de un divorcio en los hijos o la voracidad de los abogados, que en esta se toca apenas de pasada.
Pese a todo lo anterior creo que la película tiene bien claras sus pretensiones: Hacer pasar un rato entretenido al público. Desde mi perspectiva lo logra con creces.

DIVORCIO Y MORTAJA, DEL CIELO BAJAN
El capítulo más oscuro de cualquier matrimonio es cuando (por las razones que sean) se pierde la chispa que unió dos vidas en primer lugar, normalmente la pelea por el patrimonio compartido es la gota que derrama el vaso y el destape de intenciones que podrían caer incluso en la venganza, manchando todas las promesas fundadas en el amor que algún día se dijeron.
Tanto “Los Roses” como la obra en que se inspira, son un pequeño recordatorio o quizá una gran oportunidad para ir en contra del conocido refrán y escarmentar en cabeza ajena.
“Los Roses” esconde en todas sus risas el espejo social que cada uno decida reflejar respecto a su vida personal, pero también la oportunidad de recordar todas las cosas que nos unen a esa pareja que en algún momento elegimos “para toda la vida”. Y no se preocupen los solteros, creo que “Los Roses” tiene comedia suficiente para satisfacer a todo tipo de público.
Aunque se extraña la manufactura seria y clásica de la película original, “Los Roses” capturan la moraleja y la actualizan bastante bien, sin miedo a pasearse por peligrosos caminos de la censura moral y dejando a los espectadores con una sonrisa de oreja a oreja y (espero) un momento de reflexión.
Vayan a ver “Los Roses” y nos cuentan cómo les fue, bajo la advertencia de que puede afianzar su amor o acelerar la separación más rápido de lo que creen.
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Los Roses - Reseña
Overall
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Historia
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Comedia
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Actuaciones
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Funciona como remake
Los Roses - Review
Los altibajos del matrimonio desde una perspectiva ácidamente divertida. Te la vas a pasar genial con “Los Roses” y te contamos las razones en nuestra reseña.
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La Máquina, The Smashing Machine – Reseña
La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.

La Máquina, The Smashing Machine nos cuenta la historia de Mark Kerr, uno de los peleadores que ayudaron a popularizar y dar forma a lo que hoy conocemos como la UFC.
La cinta está escrita y dirigida por Ben Safdie, el mismo detrás de Diamantes en bruto, y protagonizada por Dwayne Johnson y Emily Blunt. Si en aquella ocasión Safdie sacó lo mejor de Adam Sandler, la pregunta es: ¿logró hacer lo mismo con “La Roca”? Aquí te lo platico.

Lo bueno de La Máquina, The Smashing Machine
La película tiene un estilo visual muy atractivo, logrando que te sientas totalmente dentro de la época. Los colores brillantes y el granulado le dan un toque artístico que la hace destacar entre otras biografías deportivas. Además, el enfoque semidocumental, con cámara en mano y planos que parecen seguir a los personajes en todo momento, le da un aire muy realista, como si estuviéramos viviendo los eventos en primera persona.
Las peleas son simplemente brutales. Safdie logra transmitir toda la crudeza del deporte, su intensidad y lo peligroso que puede ser. El diseño de sonido es sobresaliente: se escuchan los impactos, los huesos que parecen romperse y el dolor de los luchadores con un realismo que incomoda, pero justo eso lo hace efectivo.
El soundtrack acompaña perfectamente los momentos clave, reforzando la emoción en los puntos más intensos y dando identidad a la historia.
En cuanto a las actuaciones, Emily Blunt interpreta a Dawn Staples, la novia de Mark Kerr. Desde hace tiempo está consolidada como una gran actriz, y aquí lo vuelve a demostrar con un papel entrañable, cariñoso, pero también desesperante en ocasiones. Su presencia da un gran equilibrio a la cinta y complementa bien el drama personal de su pareja.

Y llegamos al punto que muchos esperaban, Dwayne Johnson. Mucho se ha dicho que La Máquina representa su mejor papel hasta la fecha, e incluso se comentó que recibió una ovación de 15 minutos por su actuación. La verdad es que sí, probablemente esta sea su interpretación más lograda. Sin embargo, hay que ser honestos, la vara no estaba muy alta.
Johnson cumple con creces en las escenas más caóticas o contenidas, pero cuando la historia le exige profundidad emocional o vulnerabilidad, su desempeño se siente limitado. Es una buena actuación, pero no algo tan impresionante como para aplaudirle durante un cuarto de hora.
Lo malo de La Máquina, The Smashing Machine
Tal vez el punto más negativo de La Máquina, The Smashing Machine, es que por momentos se siente fragmentada y apresurada, como si se hubieran saltado varios años o eventos importantes en la vida del protagonista. Esta narrativa irregular en la línea del tiempo de la historia hacen que se sienta entrecortada y apresurada.
De igual formase tratan de retratar los primeros pasos de la UFC, aunque ese aspecto se siente pobremente desarrollado, aunque lo intentan, no se logra entender del todo la relevancia de lo que están construyendo.

Tal vez el desenlace puede resultar algo anticlimático para algunos, ya que el tercer acto tiene un cierre sobrio o realista, pero personalmente, lo encontré desconectado del tono serio y dramático general de la historia, puede sonar un tanto absurdo en relación con lo que la cinta venía construyendo, pero a fin de cuentas es basado en una historia real.
Además, hay un intento de mostrar un conflicto interno en el protagonista, pero nunca llega a sentirse realmente grave o profundo. Tomándose meramente como una insinuación de problemas, pero sin el peso necesario para justificar el cambio que la trama propone.
¿Vale la pena La Máquina, The Smashing Machine?
La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.
Aunque tiene fallas en su ritmo y un cierre discutible, sobresale por su dirección visual, realismo, y por ofrecernos una versión más contenida y humana de Dwayne Johnson.
No es una obra maestra ni una revolución del género, pero sí un paso adelante en la carrera actoral de “La Roca” y un relato lo suficientemente sólido como para mantenerte pegado a la pantalla hasta el final.
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La Máquina, The Smashing Machine - Reseña
Overall
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Trama
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Actuaciones
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Fotografia
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Dirección
The Smashing Machine - Review
La Máquina, The Smashing Machine es una película entretenida, intensa y con estilo, ideal para quienes disfrutan las historias deportivas o son fans de la UFC. Presentándonos una visión interesante sobre los inicios del deporte y rescatando la historia de uno de sus primeros íconos olvidados.
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DEMIÁN BICHIR REGRESA A LA CIUDAD DE MÉXICO PARA CELEBRAR EL ESTRENO DE TELÉFONO NEGRO 2
El actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir estuvo presente en la alfombra roja de Teléfono Negro en México.

El actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir estuvo presente en la alfombra roja de Teléfono Negro en México.
Universal Pictures México celebró en Cinemex Antara el estreno de Teléfono Negro 2, la esperada secuela del fenómeno de terror de 2022 que cautivó a la crítica y al público mundial.

El evento contó con la presencia del actor nominado al Premio de la Academia Demián Bichir, quien desfiló por la alfombra roja y presentó la película ante medios, creadores de contenido e invitados especiales.
“Este filme es especial porque es una película de terror de la más alta manufactura artística. El director Scott Derrickson es un autor cuya visión está a la altura de cualquier director especializado en drama o películas de corte artístico. Lo impresionante de esta película es que te tiene un terror psicológico tan fino que no depende de los sustos fáciles, apoyados en efectos especiales o de sonido, para transmitir el terror que sientes sus personajes, que son muy humanos y por eso la película te conmueve hasta las lágrimas”, dijo el actor durante su paso por la alfombra roja.
En esta nueva entrega, Bichir interpreta a Mando, el dueño del campamento Alpine Lake, un hombre marcado por un pasado turbulento que dedica su vida a proteger a los niños bajo su cuidado.
“Me encantó mi personaje porque está alejado de todos los estereotipos prejuiciosos que muchas veces Hollywood se encarga de reforzar respecto a los latinos. No es una coincidencia que Armando sea mexicano, ya que sólo nosotros los hermanos latinos somos capaces de empatizar y proteger a nuestros seres queridos de esta manera tan particular”.
El personaje, detalló Demián, fue inspirado por figuras reales de ascendencia mexicana que influyeron en la juventud del director Scott Derrickson, quien además firma el guion junto a C. Robert Cargill, basados en los personajes creados por autor Joe Hill.
La historia retoma los eventos cuatro años después de la primera película: Finn (Mason Thames), el único sobreviviente de El Raptor, intenta rehacer su vida tras el secuestro, mientras su hermana Gwen (Madeleine McGraw) comienza a recibir visiones inquietantes que la llevan a Alpine Lake, un campamento donde el mal vuelve a manifestarse… y el teléfono vuelve a sonar.

Producida por Jason Blum, Scott Derrickson y C. Robert Cargill, la cinta cuenta con las actuaciones de Ethan Hawke, Mason Thames, Madeleine McGraw, Demián Bichir, Arianna Rivas, Miguel Mora, Jeremy Davies, Maev Beaty y Graham Abbey.
Teléfono Negro 2 combina terror psicológico, elementos sobrenaturales y una narrativa emocional que explora el trauma, la fe y la redención. La primera entrega, estrenada en 2022, recaudó más de 160 millones de dólares a nivel mundial y consolidó a El Teléfono Negro como una de las franquicias de terror más exitosas de Universal Pictures y Blumhouse.
Teléfono Negro 2 estrena en cines el 16 de octubre, distribuida por Universal Pictures México.
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TRON: ARES (2025) | Reseña
TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.

TRON: ARES es un festín visual, pero sobre todo musical. ¿Qué tal está? Te contamos en nuestra reseña por qué no te la debes perder.
La honesta brutalidad con que acá se desmenuzan las películas es una característica que no pienso soltar, por lo que comenzaré confesando que mis expectativas eran casi nulas, las razones se debían a sucesos como la tremenda espera que tuvimos que soportar para la llegada de esta tercer entrega, el cambio de casting/historia (de acuerdo a lo que podíamos suponer del tráiler), pero la razón más poderosa tiene nombre y apellido: Joachim Rønning.
La desconfianza no es meramente personal o subjetiva, sino que se recarga en sus trabajos previos, comenzando por su ópera prima del 2006 llamada “Bandidas”, si esa donde sale Salma Hayek y Penélope Cruz, la lista de infamias continúa más recientemente con “La venganza de Salazar” (2017) y “Maléfica: Maestra del Mal” (2019). Mi lógica me decía que no había manera de que esa trayectoria fuera aquello que se necesitaba para levantar una saga que, después de tantos años, parecía casi muerta. Qué grato es cuando el sexto sentido se equivoca. Tron: Ares llega a pantalla grande con la clara intención de ser un éxito en taquilla sin dejar de lado sus momentos de nostalgia y hasta filosóficos, un viaje que no se van a querer perder.

¿DE QUÉ TRATA “TRON: ARES”?
Una rápida introducción (sospechosamente parecida a lo que puede realizar visualmente hoy en día a una Inteligencia Artificial) nos explica el mundo en el que estamos situados: ENCOM y DILLINGER son las dos grandes compañías tecnológicas que compiten por la vanguardia en su ramo, Sam Flynn (quien fue introducido en “TRON: LEGACY”) ha dejado vacía nuevamente la silla de CEO y es Eve Kim (Greta Lee) la más idónea para tomar el puesto, sin embargo tendrá que ganarle al imparable e inmoral Julian Dillinger (Evan Peters) en la carrera por encontrar la “permanencia”, un código que permitiría que todo aquello que sea “impreso” a nivel partículas por una computadora, sea completamente real.
En esta batalla por el poder tecnológico, Dillinger lleva la delantera como creador de un súper programa llamado “Ares” (Jared Leto), diseñado como Control Maestro de la red de Dillinger y que es capaz de “pasar” al mundo real por algunos minutos, el código le permitiría a Dillinger no solamente ser el poseedor de un súper soldado, sino de una artillería ilimitada que le garantiza un millonario contrato armamentista con el gobierno. Un plan que, aunque maligno, parece no tener falla alguna excepto por la aparición de una consciencia en Ares que hace qué se pregunte si un programa podría ser humano.

LO BUENO DE TRON: ARES
Trent Reznor y Atticus Ross (aunque sagazmente presentados como Nine Inch Nails) son los encargados de la música y lo que tendrán oportunidad de presenciar es un concierto auditivo que no solamente acompaña, sino que participa activamente dentro de la narrativa visual de la historia y sin duda añade emoción y fluidez a la historia (los momentos sin música son muy breves), con beats que harán vibrar el pecho. En entrevista, el director ha dicho la insistencia de los compositores de que la música emergiera de las bocinas frontales, cuando vayan a verla entenderán el por qué tenían toda la razón de que así fuera. La música por sí sola ya vale mucho la pena, pero las virtudes de esta película no terminan ahí.
Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores, el mundo de Tron conocido como “la red” mantiene los vivos colores de sus antecesoras, pero en esa ocasión añaden además un toque de nostalgia en cierta escena que hace honor a la primera entrega sin que se sienta visualmente forzado. “Tron: Ares” es un constante espectáculo visual que combina a la perfección con su música. La película podría verse sin diálogos y aún así ser digna de contemplarse en pantalla grande.
La historia es quizá el punto más endeble de la película y es verdad que tiene momentos que van a necesitar que el espectador fluya con lo que nos propone, sin embargo, vale la pena destacar que intenta ofrecer cierta profundidad en un entorno que se nota meramente de entretenimiento, “Tron: Ares” no es el lugar para preguntas filosóficas y existenciales, de hecho tampoco aborda estos momentos con la mayor seriedad, pero si que pone sobre la mesa terrenos temáticos que se han abordado desde “Frankenstein” o “Pinocho”, incógnitas eternas como ¿Qué nos hace ser humanos? o si ¿Las máquinas pueden llegar a tener deseos y sentimientos? Como dije anteriormente, el objetivo de “Tron: Ares” es convertirse en un blockbuster que haga que el espectador la vea una y otra vez, quizá no está de más exigir que aborde temas importantes de manera más comprometida, pero lo cierto es que los temas ahí están, si quieres desarrollo y complejidad, tal vez debas llevártelos a casa y continuar allá.
La nostalgia, tributos y referencias están presentes, pero no como simple “fan service”, la película les tiene preparadas varias escenas que nos hacen sentir que el corazón y alma del Tron original está presente, más aún, no se olvidan del todo de la película anterior y les aconsejo que no se salgan inmediatamente, ya que hay una escena mid credits que no solo muestra algo de lo que se vendrá en el futuro sino que conecta de manera directa con la película de 1982.

LO MALO DE TRON: ARES
Aunque el humor acierta algunos chistes y el personaje que sirve de alivio cómico está bien definido, el guion se saca una puntadas indefendibles, lo peor es que la mayoría de esos penosos diálogos recaen en el personaje de Jared Leto, si la intención era que Ares causara empatía, lo que en realidad termina generando es incomodidad.
La lógica es el peor enemigo de la saga (quizá desde 1982), así que si están esperando a que su narrativa sea sólida, lógica y comprobable científicamente están buscando en la película equivocada.

¿VALE LA PENA VER TRON: ARES?
Tuve oportunidad de ver “Tron: Ares” en IMAX y es una experiencia que recomiendo mucho si tienen la posibilidad de hacerlo, la música de Nine Inch Nails resalta mucho y al ser parte importante de la película vale la pena que se expongan a las bocinotas del formato, además de que la imagen nítida y de gran tamaño le queda perfecto a su propuesta visual.
Después de tanto tiempo es natural que la desconfianza se haga presente en el espectador, creo que por momentos es evidente que el guion pasó por diversos tratamientos de reciclaje, borradores y correcciones para alejarse lo suficiente de la segunda entrega, pero no por completo para mantener la trilogía y el espíritu de la saga, es por ello que quizá narrativamente no sea perfecta pero ni de cerca, sin embargo se nota también que el objetivo de la película es aprovechar la grandiosidad visual que solo te da una pantalla de cine, un blockbuster sin otra intención que generar taquilla y hacer que los espectadores acudan a las salas, un trepidante viaje lleno de efectos especiales bien logrados y emocionantes peleas, aunque encima de una historia más bien simple, pero bien intencionada, para que los fanáticos (y no tanto) salgan contentos de la sala y con ganas no solo de ver más, sino de visitar a las anteriores.
Recomiendo mucho “Tron: Ares” como producto de entretenimiento, que aunque muchos insisten, no está del todo vacío, en el fondo las intenciones de hacer crecer la saga se combinan con el respeto a las entregas anteriores, temáticamente hablando se queda algo corto en sus críticas tecnológicas, pero la humanidad está presente, a pesar de la robótica actuación de Jared Leto, quien no ha parado de elegir un fracaso tras otro, “Tron: Ares” puede ser la película que rompa la maldición y espero que así sea.
Encuentran “TRON: ARES” en salas mexicanas a partir de este 09 de octubre y recuerden darle las gracias y ser amables con la inteligencia artificial de su preferencia porque cuando se subleve es mejor que nos considere de su lado.
TRON: ARES - Review
Overall
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Música
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Efectos Especiales
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Historia
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Actuaciones
TRON: ARES - Reseña
Desde 1982 el objetivo de TRON fue ser una parteaguas en cuanto al aspecto visual, a más de cuarenta años de distancia parece que los avances no solo no se han detenido, sino que siguen creciendo a pasos acelerados en la realización de mundos cada vez más complejos gracias al CGI, “Tron: Ares” no es la excepción y si bien no es tan ambicioso en cuanto a propuesta o innovación, los fondos y escenarios (reales e imaginarios) en los que se mueve la trama son más que cumplidores.
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