¿Más es mejor? En este caso no y te contamos las razones en nuestra reseña de “Megalodón 2”
En el mundo del cine existe un extraño fenómeno que conquista el corazón de ciertos espectadores, me refiero a las películas de serie B como la saga de “Sharknado” (2013 – 2018), o películas con un mayor presupuesto que conservan este sentimiento de “mal hechura” y ridiculez que les encanta a todos esos defensores de “apagar el cerebro” al asistir a una sala de cine (si, te estoy hablando a ti “Rápidos y Furiosos”). Si bien la primera “Megalodón” (2018) se salvaba por momentos de la definición, pues apostaba por escenas de acción y unos efectos especiales aceptables aún dentro de su fantasiosa narrativa, su secuela abraza con descaro el absurdo, no solamente marcando el tono para posibles continuaciones sino proponiendo una decisión que sin duda dividirá el público.
El director Ben Wheatley (“In the Earth”, “Free Fire”) nos propone prácticamente dos películas en una sola, la primera parte recargada en una especie de thriller a gran profundidad que funciona de manera regular y posteriormente una comedia involuntaria en la que incluso los efectos especiales van en picada, dentro de una historia (como la primera) basada en la basada en la novela de Steve Alten, adaptada al cine por Jon Hoeber y Erich Hoeber (“Megalodón”, “Transformers: Rise of the Beasts”) y Dean Georgaris (“Megalodón”, “Lara Croft: Tomb Raider – The Cradle of Life”), y eso no es todo pues dejé lo peor para el final, los amantes del gore pueden ya irse preparando para evitar decepciones ya que su clasificación internacional es PG-13.

¿DE QUÉ TRATA “MEGALODÓN 2”?
El héroe de acción Jonas Taylor (Jason Statham) regresa como una especie de James Bond ecológico que se encarga de echar abajo los planes de destrucción de la mafia de la contaminación además de que está al frente de la exploración de “El Gran Abismo” que le da título a la película, mientras que de manera paralela nos enteramos de que la enorme compañía para la que trabaja tiene a su cargo el primer Megalodón en cautiverio.
Diversas misiones de exploración han resultado sin problemas pero es justo cuando la “hija adoptiva” de Statham (Shuya Sophia Cai) se mete de contrabando a una de las misiones cuando el guion decide arrancar el punto de conflicto poniendo en riesgo a todos los personajes y develando un oscuro secreto, todo mientras intentan salvar sus vidas con todos los peligros que ofrece la profundidad del océano, entre ellos una colonia de Megalodones que ahora al parecer ya no son una rara especie en extinción sino el vecino más normal entre otras criaturas milenarias.

LO BUENO
La película tiene un buen (aunque lento arranque), más parecida al tono que ofrecía su predecesora y que agrega una trama de suspenso y hasta toques de terror que resultan más intensos gracias a la música y los efectos especiales que resultan bastante competentes para mostrar las profundidades y lo que en ello habita.
Las secuencias de acción están bien ejecutadas, resaltando no solamente el CGI sino el trabajo de stunts y sus coreografías que se ven minimizados solamente por el constante movimiento de cámara que pretende darle celeridad a los momentos de pelea.

LO MALO
Si bien el arranque presenta ciertos clichés, no se compara con los ridículos momentos a los que intencionalmente apunta posteriormente, son muchas las quejas que tengo en este sentido pero mencionaré las más evidentes.
Comenzaré por una trama apenas construida, rodeada de personajes que tienen diálogos irrisorios dentro de situaciones y decisiones que rompen cualquier lógica, la aparición de nuevos y viejos elementos a los que por arte de magia (sobre todo uno) se le dotan nuevas características porque la trama así lo requería, otro de ellos con tendencias claramente suicidas (no, no es Statham), el agregado de un villano de caricatura y finalmente el burdo intento de superar la presencia del megalodón de la primera parte con más sorpresas que en conjunto apenas si podría considerarse entretenida.
El segundo bajón es cortesía del departamento de efectos especiales, lo peor es que nos hace la mala jugada de ser competentes en la primera mitad para una vez llegados los excesos no pueda soportar las ambiciones del exagerado guion, sobre todo con una de las criaturas que amenaza a los protagonistas, no se ven los cables que sostienen a los actores de puro milagro y confía en que el público (como dicen) apague su cerebro y se ponga a disfrutar las constantes escenas de acción a pesar de su endeble soporte, ya no digamos lógico sino incluso narrativo dentro de su propio universo.

VEREDICTO
La película apunta a un nicho muy específico y tan de moda, en este sentido no dudo que la descripción de sus defectos incluso invite a ese público a asistir a las salas de cine y no tiene absolutamente nada de malo, mi conflicto es que tanto la primera entrega como su propia primera mitad ofrece un tono mucho más “serio” para ofrecer un tema que de entrada se recarga en la fantasía, a estas alturas (por ejemplo) ya nadie se sorprende de lo que “La familia Toretto” podría hacer o deshacer dentro de su saga, el cambio fue tan paulatino que el público ni cuenta se dio del salto de una carrera de autos a estos mismos en el espacio, en el caso de Megalodón fue tan brusco que habrá también quien se sienta insultado en su coeficiente intelectual, es ahí en donde se encuentra la decisión que dividirá al público o por otro lado, resulte en un éxito dependiendo de las exigencias del espectador.
El cinismo en el que se regodea y hasta auto consciencia del objetivo al que se dirige hace que se haga presente un humor mal escrito, diálogos ridículos dentro de situaciones ridículas que involucran personajes poco desarrollados que hace que su futuro nos parezca totalmente irrelevante (excepto quizá el de Jason Statham quien ya tuvo una película para empatizar mejor con el público), un insulto incluso para el cine de serie B que en este caso es más cercano a una parodia y cuyo principal error se encuentra en esta indecisión, por momentos se toma demasiado en serio a sí misma y por otros es demasiado descarada en su ligereza narrativa.
Como pueden darse cuenta, en este caso, más no significa mejor y para mi es el inicio del fin de este intento de saga, sin embargo como siempre está más que invitado a (si le llama la atención) que sean ustedes quienes hundan o hagan un éxito esta burla de película que encuentran ya en salas mexicanas, bajo la premisa de que por acá les advertimos lo que podrían esperar, para bien o para mal.